IskenderTodos los años de su vida, se sintió feliz junto a su familia. Ellos lo eran todo para él.
Se encontraba dentro de una oscura y húmeda bodega, estaba navegando a ciegas. Solo sabía que estaba dentro de un barco, alejándose de sus seres amados.Todo se tambaleaba, escuchaba gritos desde arriba, eran órdenes y regaños, le pareció escuchar la palabra "capitán" varias veces. Iskender desconocía totalmente si se encontraba ya cerca de tierra firme o en pleno mar abierto. No tenía ventanas por dónde mirar.
Le habían quitado la venda de los ojos cuando lo empujaron ahí dentro, sin embargo aún tenía sus manos y piernas atadas. Deseaba con todo su corazón que abrieran esa escotilla en el techo y lo liberaran.
–¡Puerto a la vista! —Se escuchó desde el exterior.
Escuchó pasos y alboroto. Todos se movilizaban, arrastraban objetos y dejaban caer cosas pesadas al piso. La escotilla se abrió de un momento a otro, Iskender quedó enceguecido por el brillo del sol, no veía absolutamente nada. Sin darse cuenta sus ojos se habían acostumbrado a la oscuridad, sintió mucho dolor de cabeza.
Un sujeto se asomó desde arriba. No pudo ver nada más que su silueta.–Atracaremos pronto, muchacho, más te vale no intentar nada extraño.
Todo se volvió oscuridad otra vez cuando cerró la escotilla.
Iskender solo podía pensar en sus padres, en sus hermanos, en la familia que había dejado atrás.
Había perdido totalmente la noción del tiempo, sentía que habían transcurrido semanas desde su secuestro, cuando en realidad, la mañana del día anterior aún estaba en su hogar.Estaba acostumbrado a escuchar sobre los periodos de cacería, podían durar varios días, e incluso semanas. Tenía conocimiento sobre arcos y flechas pero no sabía utilizarlos. Solían cazar jabalíes y cocinarlos en la intemperie. Iskender no se sintió cómodo las primeras veces que asesinó animales, pero su percepción cambió una vez que vio a su familia disfrutando de la comida que él había conseguido. Solo los había acompañado dos veces, y muy cerca de la cabaña. Eran su padre y sus hermanos quienes pasaban más tiempo ahí fuera.
Burak y Erkan, eran los hermanos mayores de Iskender. Junto con su padre, los cuatro se iban de viaje por los alrededores de la tundra en la que vivían. Tenían una cabaña sobre una colina. Su madre y su hermana, Catherina, se quedaban solas en casa. Ella era mayor que Iskender, pero se comportaba como una niña la mayoría del tiempo.
La mañana del día anterior acababan de regresar de viajar. Iskender dio dos pasos fuera de los árboles y su madre ya se había asomado por la puerta para recibirlos. Nunca supo cómo podía verlos desde tan lejos.
–Te extrañé mucho, madre. —Iskender la abrazó con fuerza.
–Yo todavía más, eres mi pequeño gigante. Ya eres todo un hombre fuerte.
Erkan no pudo contener la risa y se burló de su hermano menor. Iskender lo miró con las cejas apretadas y lo ignoró. Era algo habitual que no lo tomasen en serio. Siempre le decían que por ser el menor de la familia, jamás haría algo que los impresionara por que ellos ya lo habrían hecho.
–¿A mí nadie me saluda con un abrazo? —Catherina infló las mejillas. Iskender la miró y sintió vergüenza de que hiciera eso. –¿Tú qué me ves enano?
Su padre se acercó y la abrazó. Ella cerró los ojos y disfrutó volver a verlo, era la niña de sus ojos. Siempre la cuidaron, por ser la única hermana, y por ser la única hija. En ocaciones todo giraba en torno a ella, eso abrumaba un poco a Iskender pero podía vivir con eso.
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Príncipe Mehmed. (Gay) (Reescribiendo y Corrigiendo)
Teen Fiction(Reescribiendo y corrigiendo) Iskender, es un joven arrebatado de su hogar y llevado como esclavo a un mundo de opulencia y peligro. Su encuentro con el arrogante Príncipe Mehmed marca el comienzo de una relación turbulenta, marcada por la violencia...