JiMin se sentía fatal. YoonGi tenía un fuerte golpe en el hombro y era por su culpa. Habían ido a la casa de NamJoon, que era la que estaba más cerca para descansar y calmarse un poco. Habían llamado a Jin y se había presentado inmediatamente. Observó el golpe de YoonGi que, a pesar de que él decía que no era nada, tenía un feo moratón en su escápula, pero nada roto. Le decía a Jin que no le dolía, pero ponía cara de estar aguantando el dolor mientras Jin le examinaba. Había tenido que quitarse la camiseta para ello y había dejado su cicatriz a la vista de JiMin. Quería preguntarle cómo se la hizo. Quería preguntarle también por qué esos chicos le habían llamado "Suga", pero no tenía derecho a preguntarle nada. Había puesto a YoonGi en multitud de malas situaciones durante las escasas tres semanas que se conocían. Primero le había obsequiado con su torpeza, así fue como se conocieron en el pasillo. Luego le había puesto en una situación realmente incómoda con su estúpido celo. Nada más volver, tuvo que salvarle la vida, reanimándole y cargándole hasta la enfermería y luego acompañarlo hasta casa de TaeHyung. Y hoy, sólo un día después, le había acusado de maltratador y le había hecho recibir un golpe en el hombro de su brazo dominante. El que más usaba para jugar al baloncesto. YoonGi tenía razones suficiente para odiarle. Parecía que JiMin había querido hacerse odiar intencionadamente, nada más lejos de la realidad. Era un idiota. Pensando en todo aquello, no pudo resistirlo más y, sin importarle estar delante de todo el mundo, allí mismo, encogido sobre el sofá de la casa de NamJoon, se echó a llorar. Todos se giraron hacia él cuando se dieron cuenta de que estaba sollozando con su rostro escondido entre sus rodillas recogidas.
- ¿JiMin? - Pronunció TaeHyung. - ¿Qué ocurre? - El tanuki no pudo responder, aquello era aún peor. Le hacía sentirse aún más idiota y pero no podía evitarlo. JiMin oyó la lengua de YoonGi volver a chasquear molesta y se encogió aún más.
- JiMin, no estás asustando. - Dijo Jin. - Dinos que sucede. - Quería desaparecer. Desaparecer para siempre. Había encontrado amigos geniales que le habían acogido como a uno más y él les hacía sentirse así.
- Mocoso. - La voz de YoonGi se escuchó serena. Como siempre. - ¿Que pasa? ¿Te duele algo? - JiMin gimió. ¿Cómo podía seguir preocupándose por él después de todo lo que le había hecho? - Mírame, JiMin. - Le ordenó con firmeza, pero el tanuki no obedeció, a pesar de que le costó no hacerlo. - JiMin, te estoy hablando. Levanta la cabeza y dinos qué te pasa. - JiMin no aguantó más. Se levantó del sofá corriendo, cogió el abrigo y salió disparado fuera de la casa de NamJoon. Todos se quedaron estupefactos ante sus acciones. Jin miró inmediatamente a YoonGi.
- ¿Qué has hecho?
- Nada. - Aseguró indignado.
- Idiota. Algo has hecho y ni si quiera sabes el qué. - Dijo sabiendo que la indignación de Yoongi no era falsa. - Sal ahí ahora mismo. Alcanzale, averigua que has hecho mal y arréglalo antes de la comida. - Le ordenó. YoonGi no se lo pensó demasiado. Se puso la camiseta de nuevo, todo lo rápido que pudo aún con la lesión de su hombro. Cogió su abrigo, se aseguró de tener su móvil y salió detrás del tanuki.
- ¡JiMin! - Llamó desde fuera de la casa mirando a un lado y a otro. tardó sólo un segundo es saber hacia que lado se había ido, por el sonido de sus pasos y por el rastro de su dulce olor en el aire. Le encontró sólo 10 segundos más tarde y corrió detrás de él. Aún tenía el abrigo en la mano. - JiMin, para de correr. - Le pidió, pero el tanuki seguía corriendo sin mirar atrás. - No hagas correr a tu Hyung. - Su hombro estaba demasiado sensible y, aunque pareciera que no tenía nada que ver, en cada golpe con el suelo, todo su cuerpo vibraba y su hombro se resentía. Ese hecho, unido a que JiMin no le hacía caso, le estaba enfureciendo. No soportaba que le ignoraran de esa forma. Para más inri, el tanuki estaba cruzando varias calles sin mirar si venían coches o no. Por suerte, puesto casi era la hora de la comida, no había demasiada gente por las carreteras de aquel lujoso barrio residencial. - ¡JiMin! Detente de una vez. Me estás haciendo enfadar. - Al subir el bordillo de una de las calzadas, YoonGi pisó con más fuerza de la habitual y su hombro dolió más. - ¡JiMin! - Su voz de alfa salió sin darse cuenta y JiMin se paró en seco. No pudo no obedecer la voz de mando de YoonGi. Permaneció quieto, sin darse la vuelta. YoonGi detuvo su carrera y continuó andando hasta él. Pensando que, quizá había parado por miedo a él. Quizá esa era la razón por la que JiMin había salido huyendo de la casa. ¿Podría ser que tuviera miedo de él? En el partido, ¿habría sentido miedo al ver los ojos de su tigre? Además, al hablar con Young, le había preguntado si él sería capaz de pegarle. ¿De verdad pensaba eso de él? Y al ver su cicatriz... ¿Le habría asustado ver la violencia que podía haber el él? YoonGi no podía imaginar nada peor que que aquel pequeño tuviera miedo de él. - JiMin. - Pronunció con un hilo de voz, poniendo con delicadeza sus manos en los brazos del tanuki. No quería asustarle más. - Mírame, por favor. - El omega se dio la vuelta despacio y miró a su Hyung. Tenía en rostro lleno de lágrimas y sorbía su nariz de cuando en cuando. Volvió a bajar la mirada. - No, por favor. - Suplicó. - Tú no. - Dijo llevando la mano a su mejilla y haciendo que le mirara de nuevo. - No me tengas miedo, pequeño. Tú no. - JiMin le miró con sorpresa al escucharle. - Muchos me tienen miedo. - Confesó. - Tú no, por favor.
- Hyung, ¿de que habla? - Pronunció JiMin sin comprender. - ¿Cómo podría yo tenerle miedo a usted? Hyung siempre cuida de JiMin. - Ahora YoonGi estaba más que confundido. - Y JiMin no hace más que darle problemas a Hyung. - El tigre le miró con los ojos muy abiertos y torció la cabeza sin comprender.
- ¿Qué problemas, mocoso? - ¿JiMin no le tenía miedo? Un peso enorme salió del pecho de YoonGi. Entonces ¿por qué había salido así de la casa? Limpió las lágrimas de su rostro acariciándolo gentilmente con sus pulgares. - ¿Por qué lloras entonces, pequeño? - YoonGi se separó un poco y se puso el abrigo finalmente. Hizo una mueca de dolor al colocarse la manga del hombro golpeado. Eso hizo aún más daño en el corazón de JiMin.
- Porque usted debe odiarme, Hyung. - Respondió finalmente. - Por eso lloro. - Si antes estaba confuso, YoonGi no sabría describir como se sentía ahora. - Sólo hago que Hyung se enfade y tenga problemas. Primero con mi celo y luego en la piscina. Usted cuida de mí, alivia mi dolor y me salva la vida, y yo ni si quiera le doy las gracias, Hyung. - JiMin comenzó a llorar más fuerte y sorbía su nariz con fuerza. - YoonGi no sabía si llorar con él o echarse a reír. Era tan sumamente adorable. ¿De verdad se había estado preocupando por algo así? - Y hoy. - Sorbió su nariz y continuó. - Yo le insulto y luego hago que le peguen. - Sus hombros empezaron a sufrir leves espasmos por el llanto y alzó sus manitas enjuagando su ojos con sus puños, como si de un niño pequeño se tratase. - Hyung, no me odie por favor. No le daré más problemas. Se lo prometo. - El alma de YoonGi se derrumbó ante su petición y su promesa. Lo rodeó en un abrazo y lo acunó contra su pecho.
- No, JiMin. Sigue dándome problemas como esos, por favor. - Le pidió. - Me encanta que me des problemas. - Confesó. No pudo evitar reír levemente.JiMin continuó temblando en sus brazos, desahogándose. - Oh, Dios , ¿quién en su sano juicio podría odiar a alguien tan adorable como tú, mi cachorro? - Fue la primera vez que YoonGi utilizó el artículo posesivo "mi" para referirse a JiMin, pero no sería la última vez, ni mucho menos.
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Like Cats and Dogs. |YoonMin| |Omegaverse|
FanfictionLa sociedad está dividida entre aquellos que intentan demostrar que la convivencia entre felinos y cánidos es posible. Para ello, jóvenes híbridos, alfas y omegas de distintas especies, descendientes de las familias más influyentes del país se conce...