Like Cats and Dogs. |YoonMin| |Omegaverse|

Transición

Al fin era suyo. Sin secretos, con sus manías, traumas y defectos, JiMin le aceptaba. YoonGi llevó a JiMin a su casa poco después de cenar juntos y luego volvió a la suya. Estaba eufórico, pero tampoco podía ir gritando por ahí que se había acostado con el amor de su vida, porque sí, ambos lo daban por hecho ya. Le resultaba extraño, porque, a pesar de lo mucho que YoonGi había siempre disfrutado del sexo, eso se había sentido bastante distinto, pero mucho más gratificante. Nunca creyó en esa idea de que el sexo con amor era mejor que el sexo sin más. Para YoonGi sólo podía ser simplemente sexo. Hasta ahora. La idea, no sólo de darle placer a la persona que amaba, sino de cuidar de ella, de poder tocar e incluso besar su vientre, dela cofiaza y complicidad entre los dos, de saber que esa persona le amaba con el fervor que él le profesaba. Todo ello lo hacía más mágico, más especial. Así se acostó YoonGi en su cama, completamente en las nubes. Estaba tan eufórico que no podía dormir y decidió escuchar música.
A pesar de tener los auriculares puestos, a eso de las 3 de la madrugada, oyó un golpe y un grito ensordecedor que le hizo estremecerse en lo más profundo. JungKook. Salió corriendo tirando los auriculares y el móvil. Entró en la habitación de su hermano el primero, pues era el que estaba más cerca y el más despierto. Le encontró tirado en el suelo, encogido en posición fetal. Se abrazaba el vientre con las manos y temblaba, lloraba y chillaba de dolor. Se precipitó sobre él con una idea en la cabeza, ¿se estaba presentando? No, no podía ser. No desprendía olor alguno. Además, el dolor no podía ser tanto como para que el muchacho gritase de esa forma.
- ¿Qué te pasa, Kookie? - Preguntó. Pero el joven tigre no pudo responder del miedo y el dolor que sentía. YoonGi le cogió en brazos y JungKook se enredó en su cuello instintivamente, no quería soltarse. Su hermano era su refugio. Se sentó en la cama con el muchacho en su regazo.
- ¿Qué ocurre aquí? - Dijo el señor Jeon alterado entrando en la habitación seguido de su esposa.
- ¿Qué te pasa, mi cachorro? - Se acercaron a él.
- Duele mucho, mamá. - Consiguió decir ahora que estaba siendo arropado y consolado por los brazos de su hermano.
- Pero no hay olor. - Murmuró su padre. Una misma idea pasó por YoonGi y su madre.
- Quizá no tenga olor. - Planteó la mujer. Sabía que había híbridos sin olor, eran muy pocos, pero era una anomalía que se podía dar. Era un problema bastante grave para un híbrido. - JungKook, cariño. ¿Deja que tu hermano toque tu vientre? - Si se estaba presentado, como omega que era, debería apartar al alfa y proteger su vientre. JungKook no dio respuesta, ni afirmativa ni negativa. Aquello dolía demasiado y sólo podía llorar y temblar contra el cuerpo de su hermano mayor. YoonGi se la jugó ante la atenta y preocupada mirada de los dos adultos. Deslizó su mano y metió la mano bajo la camiseta del pijama de JungKook hasta tocar su vientre. Lo acarició con suavidad y no pasó nada. Ahora si estaban perdidos. No tenían idea de lo que le podía estar pasando al pequeño.
- Se acabó. Voy a llamar a una ambulancia. - Sentenció su padre.
- Ya está, Kookie. - Le habló con cariño su hermano. - Vas a ponerte bien. Aguanta un poco. Pronto vendrán a ayudarte. - JungKook le abrazó con más fuerza e intentó calmarse un poco, pero le era difícil.
- Hyung. - Lloró. - ¿Qué me ocurre? ¿Por qué me duele tanto? - Quiso saber aterrorizado. Su Hyung no sabía que decirle y buscó ayuda en su madre, la cual estaba temiendo por un problema de fertilidad en su hijo. No podía ser casualidad que le doliera tantísimo el vientre cuando estaba claro que estaba cerca de presentarse como omega.
- No te preocupes, cariño. - Le habló la mujer con su voz más dulce frotando su espalda, haciéndole saber que estaba allí con él.
- Ya están de camino. - Dijo el señor Jeon entrando de nuevo en la habitación y acercándose a su familia. Se sentó en la cama junto a YoonGi y permitió que su mujer se sentara sobre sus rodillas. Cuanto más cerca estuvieran los cuatro menos miedo pasaría su cachorro.
- Mamá... - Lloró con fuerza.
- Ya, mi vida. No tengas miedo. Mamá, papá y YoonGi-Hyung están aquí contigo. - Le consoló. - Todo irá bien.
Así permanecieron hasta que llegó la ambulancia. JungKook tendía a ser un llorica con el dolor ajeno, ese tipo de empatía le hacía colapsar, como a su madre. Pero cuando se trataba de dolor físico propio, no era ningún quejica, nunca lloraba de dolor incluso cuando era niño. Así se lo dijeron a los médicos, que lo primero que hicieron fue darle un sedante que le dejó completamente dormido entre las caricias y arrumacos de su madre. Al menos así no dolería más. Se les partió el corazón verle así. JungKook era duro como un roble, no se ponía enfermo casi nunca. Era difícil para ellos verle tumbado sobre aquella camilla, pálido, frágil e indefenso.
Esperaron casi toda la noche en la sala de espera del hospital sin tener apenas noticias de él. Sólo le habían dicho que no se estaba presentando, no era un problema de no poseer olor. Pero si tenía que ver con su reproducción y fertilidad, aunque aún no sabían de que se trataba.
- ¿Y si no puede tener hijos? - Murmuró su madre apenada.
- No pienses en eso querida. - Le dijo su esposo abrazándola.
- Igualmente JungKook no creo que quisiera quedarse embarazo. - Se le escapó a YoonGi.
- No digas eso. - Le regañó su madre. - Es verdad que últimamente estaba algo histérico con lo de ser un omega pero podría cambiar de opinión. Tiene mucha vida por delante. - Comentó.
- Aún así, hay mucha gente que no puede tener hijos, no pasa nada. No es el fin del mundo. Si quiere podría adoptar. - Opinó su padre. - Lo importante es que esté bien. - YoonGi no podía estar más de acuerdo. Su madre, por supuesto que estaba de acuerdo, lo primero era JungKook, pero la idea de que no pudiera tener hijos, como omega, le atormentaba.
- ¿Pudiera haber tomado algo qué le hiciera daño? - Planteó la mujer poniéndose en lo peor.
- ¿De qué hablas? - Quiso saber su marido.
- Últimamente le hemos presionado mucho con lo de la presentación. ¿Y si ha tomado algo...no sé...para intentar retrasarlo? Alguna hormona o droga que le haya hecho daño a su vientre de omega.
- No creo que hiciera eso. - Opinó YoonGi. La verdad lo dijo para consolar a su madre, pero era cierto que JungKook estaba muy afectado por ese tema.
- JungKook no sabía que le ocurría. Estaba tan confundido como nosotros. - Señaló el hombre. - Así que no puede ser eso. - Madre e hijo respiraron más tranquilos al oír ese razonamiento.
- ¿Familiares de Jeon JungKook? - Preguntó un médico.
- Aquí. - Hablaron todos a la vez.
- ¿Qué le pasa a mi cachorro? ¿Lo saben ya? - Preguntó la madre alterada.
- Sí señora. Lo que le ocurre a su hijo es algo muy poco habitual. Es más, en su hijo no debería poder darse de ninguna de las maneras.
- ¿Pero va a estar bien? - Se apresuró a preguntar el señor Jeon.
- No se preocupe, él va a estar completamente bien. - Un gran suspiro de alivio salió de los tres.
- ¿Y su vientre? ¿Va poder quedarse embarazado? - Ahora que sabía que estaba bien, le surgió la necesidad de preguntarlo. El médico negó.
- No. No va a poder albergar vida en su interior. - Declaró el doctor. La omega de tigre se llevó las manos a la boca sin poder evitarlo. - Cálmese, señora Jeon. Deje que le explique. Lo que le ocurre a su hijo es que está sufriendo una dolora y muy poco habitual transición. Pero, como le digo, seguimos sin entender como es posible que le esté pasando esto a su hijo, no debería ser posible.

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