Por la familia de otra sangre

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- ¿Qué quieres decir con eso? - Cuando JungKook llegó a casa, YuGyeom le dijo lo que llevaba pensando toda la mañana.
- Ya lo he decidido. No puedo seguir aquí y dejar que tus padres sigan manteniéndome. - Opinó.
- YuGyeom, sabes que a mis padres no les importa que estés aquí. Y la compañía de mi madre gana más dinero del que podemos gastar con nuestra forma de vida. - Aseguró. - Preferimos gastarlo en ayudarte a ti que en cualquier otra cosa. No te sientas mal por eso. - Pidió.
- Claro que me siento mal. No quiero esto. - Afirmó.
- ¿Y qué harás? - Preguntó alterado. - ¿Volverás con tu madre y tu abuela?
- No puedo hacer eso tampoco. - Confirmó sentándose en la cama. - Ese pueblo es muy pequeño como para conseguir un trabajo que nos dé para vivir a los tres. - JungKook estaba temiendo lo próximo que iba a decir YuGyeom. Pero no continuó hablando.
- ¿Y qué trabajo tienes pensado hacer ahora? - Le tanteó.
- JungKook, sin estudios... - Intentó excusarse. - ...no hay muchos trabajos con los que pueda conseguir el dinero suficiente como para vivir en Seúl y enviar parte a mi familia. Y además es un trabajo de noche, por lo que puedo seguir yendo al instituto. - Planteó el perro. - Prefiero se prostituto a traficante o algo así.
- Lo dices como si de verdad fuera una buena opción. Una buena idea. Vender tu cuerpo...
- No seas hipócrita, JungKook. - Bramó. - Tú me contrataste, ¿recuerdas?
- Yo no sabía la razón por la que estabas en ese trabajo. - Aseguró el tigre con la cabeza agachada.
- Claro que no lo sabías. Ni tenías que saberlo ni te importaba hasta que supiste quien era yo. - No entendía por qué YuGyeom hacía aquello. Por qué se resistía tanto a que cuidara de él. - Te agradezco mucho lo que has hecho. Has salvado mi vida. Siempre serás un gran amigo para mí. Nada cambiará eso. Pero no puedes protegerme más de esta forma.
- ¿Por qué no? - Quiso saber JungKook.
- No eres mi alfa. No tienes porque ocuparte de mí así.
- Podría serlo. - Dijo de repente.
- ¿Crees que estoy jugando? - Preguntó ofendido. - No juegues conmigo. Somos amigos, pero nada más. Hemos estado separados muchos años. ¿Y ahora pretendes hacerme creer que sientes algo por mí? ¿Por qué? ¿Por qué te gustó como te follé?
- No hables así. - Pidió.
- No te vuelvas remilgado ahora, Kookie. - Dijo YuGyeom. - No voy a decirte que no lo pasé bien en la cama contigo, pero no por eso eres el amor de mi vida.
- Yo no he dicho eso. - Aseguró el tigre. - Sólo te estoy diciendo que mi familia tiene el dinero que tú necesitas. Eso es todo.
- No voy a vivir de la caridad, JungKook. ¿No ves lo humillante qué es eso. - El tigre abrió mucho los ojos sorprendido.
- ¿Eso te resulta humillante y prostituirte no? - Gruñó.
- Creí que estabas a favor de la prostitución. - Ironizó el perro con desgana. JungKook le tomó del brazo.
- Deja de recordármelo. - Su voz sonó grave.
- Suéltame. - Dijo algo amedrentado y JungKook lo hizo al instante.
- YuGyeom... - Empezó el tigre. - Dime como puedo convencerte.
- No puedes. - Le aseguró.
- Entonces te contrato. - Anunció.
- ¿Qué? - Habló desconcertado.
- Si vas a continuar con ese empleo o como quieras llamarlo, seré tu único cliente. Te pagaré bien. - Aseguró.
- ¿Estás burlándote de mí? - Quiso saber YuGyeom confuso.
- No. - Afirmó. - Quiero que te dediques sólo a mí.
- ¿Crees que voy a dejar que tus padres me paguen para que me meta en tu cama? Respeto demasiado a tus padres como para eso. ¿Estás mal de la cabeza?
- No meteré a mis padres en esto. - Planteó JungKook.
- ¿Y cómo vas a hacerlo? Tú no trabajas. - Le recordó.
- Le pediré el dinero a mi hermano. Él ganó bastante dinero como maestro. Sé que me lo dará. Ya se lo devolveré.
- No voy a hacer eso. - Sentenció. - No puedo dejar que hagas eso. Y mucho menos por lástima. Somos amigos, Kookie. Quiero pasarlo bien contigo, no ser tu juguete sexual. - Se exaltó.
- No es por lástima. No... - Apretó los dientes. - Joder, YuGyeom. ¡No me das opciones! - Golpeó la puerta del armario con el puño y el perro dio un paso hacia atrás. - ¡No ves que no quiero que estés en la cama con otro! - Alzó la voz y sus ojos comenzaron a centellear rojos. - ¡Me resulta asqueroso sólo pensar en que cualquier otro tipo te toque de esa forma!
- No te pertenezco. - Le enfrentó. - ¿A qué viene esa actitud? ¿Te crees mi dueño o algo así? ¿Piensas que soy como los tipos a los que trataba YoonGi-Hyung? - JungKook se alteraba cada vez más y las palabras del omega no le ayudaban a calmarse, sino todo lo contrario. - Yo no soy... - El tigre caminó hacia él y le hizo retroceder hasta dar con la espalda en la pared. Puso sus manos en la pared, acorralándole y se cernió sobre él para besarlo con dureza. YuGyeom se revolvió intentando apartarle a pesar de la fuerza que tenía el alfa.
- Jung... - JungKook le cogió por las muñecas apretándose aún más contra él. - Por fa... - Le apresó los labios con más brusquedad.
- ¡Ah! - Gritó JungKook apartándose de él violentamente. - ¡Me has mordido! - Se llevó la mano al labio herido. Cuando levantó la cabeza para mirar al omega, este se dio cuenta de que los ojos de JungKook relucían como dos rubia engarzados. - ¡¿Qué diablos te pasa?! - Gruñó de malas maneras y se volvió a acercar a él agresivamente. YuGyeom se encogió asustado. Unos leves golpes en su hombro, llamaron atención del alfa, que se dio la vuelta más que molesto. Recibió una bofetada en la mejilla antes de darse cuenta de que era su madre la que le había pegado. Ya no fueron sólo sus ojos, sino que también aparecieron sus colmillos de alfa, con los que gruñó deliberadamente a su madre. La omega de tigre dio un paso atrás, pero no se mostró asustada.
- Jeon JungKook. - Habló firme, maldiciendo que su esposo y su hijo mayor estuvieran tratando otros asuntos y aún no hubieran llegado a casa. - No te consentiré esos repugnantes comportamientos. - Pronunció completamente dolida. - YuGyeom. - Se dirigió al omega que estaba encogido en la esquina de la habitación. - Ven aquí, hijo. - Le tendió la mano y el muchacho corrió hasta colocarse tras ella. - No creí que pudieras hacer algo así. Estoy profundamente decepcionada contigo. ¿De verdad esa es la forma en la que te he educado?
- Me has educado para ser un omega. - Habló un poco más calmado, pero aún molesto. - Pero no lo soy. - Le sostuvo la mirada desafiante a la tigresa.
- Dame una sola muestra más de que no sabes controlar tus impulsos y enfados hasta el punto de asustar así a un omega y amigo y ten por supuesto que no habrá cabida para ti en esta casa. ¿Te ha quedado claro? No pienso volver a lidiar con un monstruo. - Esas palabras ahogaron todo rastro de altivez del alfa. Parpadeó hasta que sus ojos y sus dientes volvieron a ser los de siempre y su expresión cambió radicalmente. La mujer se alegró de reconocer su pequeño de nuevo, pero aún seguía furiosa con él.
- Mamá... yo... - Alzó un poco la vista y miró al omega que se escondía detrás de su madre. - YuGyeom... - Pero él no quiso escuchar más.
- Señora Jeon. - Pronunció. - Será mejor que me vaya. Siento mucho todas las molestias.
- Tú no molestas, YuGyeom. - Le cogió las manos. - ¿Estarás bien? - El perro asintió. - Esta casa es tuya. Vuelve cuando quieras, cariño.
- Gracias por todo, señora Jeon. - Y dando una mirada extraña a JungKook, pero sin despedirse de él, se marchó de la casa.
- Me da igual como lo hagas, JungKook. - Alegó su madre. - Pero arreglalo. - Fue a cerrar la puerta y marcharse, pero aún tenía algo más que decir. - Controla ese mal genio. - Sonó verdaderamente angustiada. - Me has recordado mucho a... a tu padre. - Terminó diciendo antes de dejar solo al alfa con sus pensamientos.

Like Cats and Dogs. |YoonMin| |Omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora