Noche de celebración

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Lo cierto era que tenían mucho que celebrar. Por eso se habían reunido todos en la casa del presidente de país, la casa de NamJoon. Sus padres y su hermana habían salido del país dos días por un asunto oficial. Jin ya había bebido un par de copas de más esperando a que los otros llegaran, por lo que estaba más meloso y cariñoso que de costumbre. A NamJoon no le importaba lo más mínimo la actitud de su pareja, de hecho le agradaba, nunca le parecían demasiados mimos al alfa de león, pero al resto terminó por resultarles un tanto molesto. TaeHyung estaba más eufórico que nunca y cantaba y bailaba por la sala. HoSeok le observaba obnubilado sin poder creer aún que pudiese llamar novio a aquel hermoso, elegante y dulce felino. Le quedaban muchos problemas que resolver, pero ahora se sentía con fuerzas para enfrentarlos todos. Siempre que le tuviera junto a él, podría con todo lo que le viniera. JungKook jugaba con TaeHyung animádamente, alegre de que a aquellos a los que consideraba como más que hermanos, empezaran a conducir sus vidas por senderos agradables a pesar de las dificultades. Por su parte, se dedicaría a disfrutar del poco tiempo que le quedaría como cachorro, antes de que empezaran sus propios problemas. YoonGi se sentía tremendamente relajado desde que había regresado a casa después de llevar a JiMin a El Callejón. Se apoyaba en el sofá riendo con sus amigos calmádamente y tomando de su botella de Soju tragos cortos. JiMin estaba feliz por haber descubierto una más de las muchas facetas de la vida de su amado tigre, aunque esta hubiera resultado ser tan traumática. No importaba, le apoyaría y estaría a su lado aunque el mundo entero intentara impedírselo. Incluso aunque aquello estuviera mal. Sin embargo, en ese mismo infante, lo que más sentía el tanuki era una lucha interna.
- Vamos, pruébalo. - Le invitó TaeHyung. - No te va a hacer daño.
- No creo que a mis padres les gustase que bebiera alcohol. - Opinó JiMin.
- Tampoco les gustaría que estuvieras saliendo con un tigre de Bengala y mírate. - Habló HoSeok. - Igualmente no se enterarán. Dormiremos hoy aquí. JiMin aún dudaba.
- Si no te apetece no lo hagas, JiMinnie. - Le dijo NamJoon comprensivamente. El tanuki miró a YoonGi pidiendo su opinión.
- Es de cereza. Está muy bueno. - Continuó animándole TaeHyung.
- No le presiones, cariño. - Le regañó HoSeok dulcemente.
- A mí no me mires. Es cosa tuya. - Afirmó YoonGi. No podía tomar decisiones por él. Era un dominante, pero no debía dejar que JiMin se volviera dependiente de él hasta el punto de pedirle que decidiera por él cualquier mínima cosa de su vida. Como dominante, YoonGi conocía los peligros que su tipo de relación podían ocasionar a un sumiso si no se hacía bien. Un buen dominante tenía que encontrar el punto medio entre la sumisión y la libertad. YoonGi había visto casos de sumisos que se habían vuelto tan dependientes que no podían salir solos de sus propias casas y no sabían tomar decisiones por sí mismos. No podía, ni quería que ese fuera el destino de JiMin. Ni muchísimo menos. Quería, por encima de todo, que fuera libre de decidir lo que quisiera hacer con su vida. Aunque no podía negar que quería tenerle sometido a sus pervertidas voluntades cuando que estuvieran en la intimidad de su habitación. Tanto para complacerse a sí mismo como para llevar a su pareja al límite de su propio placer.
El tanuki terminó por coger la botellita de Soju entre sus manos y probarlo. Lo saboreó entre la atenta mirada de sus amigos. El sabor era bastante bueno, pero al pasar por la garganta le quemó un poco, provocándole una mueca divertida para todos los presentes.
- Al principio es un poco fuerte. - Opinó Jin. - Luego te acostumbras. - Rió sin mucho motivo. Demostrando que el alcohol seguía haciendo de las suyas.
- Hyung. - Le habló JungKook a su hermano mayor. - ¿Puedo probarlo yo también? - Pidió permiso educadamente puesto que era menor de edad. YoonGi sabía que no era la primer vez que su hermano probaba alcohol. Aún así, dudó un instante.
- Está bien, pero sólo una botellita. - Cedió. - Y bébelo despacio. No quiero que te siente mal, que ya eres suficientemente inquieto.
Así pasaron parte de la noche. TaeHyung terminó por quedarse dormido en las piernas de HoSeok, completamente agotado y algo bebido. Todos se sorprendieron de lo mucho que Jin aguantaba sin caerse después de haber bebido tanto. Por lo general, la constitución fuerte de los alfas les hacía aguantar mejor el alcohol. Además, los tres muchachos no eran de beber mucho. JungKook terminó su botellita de soju sin percances y decidió ser un hermano obediente y no beber más. JiMin decía alguna tontería, pero YoonGi no le vio muy afectado, hasta que derramó torpemente algo de su bebida sobre el suelo.
- Voy a por algo para limpiarlo. - Aseguró levantándose. Tan deprisa lo hizo que se tambaleó y se llevó la mano a la cabeza. YoonGi levantó sus manos, lo sostuvo por la cadera y tiró de él suavemente hasta hacerlo caer con suma delicadeza sobre su regazo.
- ¿Estás mareado? - Le preguntó con cariño. JiMin soltó un quejido angustiado en afirmación. - No te preocupes, pequeño. No pasa nada. Pronto se pasará. - JiMin se acurrucó en el pecho cálido del tigre.
- Creo que es hora de irse a la cama. - Dijo NamJoon sonriendo. Y así lo hicieron.
Desde la habitación de invitados un enternecido HoSeok oía los gritos divertidos ebríos de Jin y los gritos exhasperados de su pareja león, mientras ayudaba a ponerse el pijama a su adormecido gatito. En cuanto el lobo se tumbó, TaeHyung se abrazó a él como un koala.
- TaeTae. He olvidado contarte algo. - Habló HoSeok antes de que cayeran dormidos. - Pasado mañana voy a irme al Cerro de la Luna con mi familia.
- Eso es importante para los lobos, ¿verdad, Hobi-Hyung?
- Sí, además mi hermana se presentó este año. Tenemos que hacer la ceremonia allí. - Explicó.
- Debe ser bonito de ver. - Dijo casi completamente dormido.
- Siento no poder llevarte, mi vida. La manada...
- Irémos cuando tengamos nuestra propia manada. - HoSeok no sabía si ya se había dormido y lo decía en sueños. - Disfrute ahora de sus padres, que dentro de unos años, usted sólo será mío. - Pronunció el gato, y levantó la cabeza mirándole sonriente demostrando que seguía despierto.
- Así será, mi vida. - Le acarició con amor y le sostuvo entre sus brazos.

JungKook se empezaba a sentirse algo extraño. Le estaba costando controlar sus sentimientos y cuerpo últimamente. En las últimas semanas, de repente se echaba a llorar o se sentía colérico. Era una de las razones por las que había obedecido a su hermano. Era una noche de celebración. No quería beber de más y terminar diciendo estupideces y amargando a todo el mundo con sus preocupaciones y dudas. Se metió en el baño de la habitación en la que estaba, se quitó la camiseta y se miró al espejo. Se llevó la mano al vientre. Aspiró con fuerza molesto, imitando a su hermano mayor por costumbre.
- ¿Por qué me siento así? - Suspiró. - No debería sentirme así. - Se apoyó en el lavabo. - Debería querer ser un omega. Querer criar cachorros en mi vientre. Ser como ellos. Pero yo no... - Sus manos temblaron sin querer. No se sentía bien. - ¿Qué debo hacer? - Se sentía confundido, ansioso. Pero sabía lo que le aliviaría por el momento, se desnudó y se metió en la ducha. El agua fría le sentó bien, pero había algo que calmaba sus nervios aún mejor. Bajó la mano hasta su pene y se masturbó. La sensación le permitía no pensar en nada, tener la mente en blanco. Sabía que esa excitación sería mayor cuando se presentara y un alfa le tomara, pero no imaginaba ni anhelaba ese momento. Por ahora, sólo quería dejar de pensar y aquello era suficiente para cansar un poco su cuerpo y hacerle querer dormir.

JiMin ya estaba en la cama cuando YoonGi entró en ella retirando las sábanas. Abrazó al tanuki por la espalda con la intención de acomodarse ambos y dormir. JiMin aún sentía algo de mareo, pero aún tenía ganas de algo más. Se movió frotándose disimuladamente contra la entrepierna del tigre. YoonGi se retiró un poco pensando que el chico sólo estaba acomodándose. JiMin repitió la acción, divertido y desinhibido por el alcohol que había ingerido.
- Estaré quieto, pequeño. - Le pidió YoonGi, quien parecía cansado. JiMin no le hizo caso y volvió a acercarse y restregarse contra él. - Basta, JiMin.
- Hyung es aburrido. - Aseguró el tanuki en un puchero.
- Estás bebido. Duerme. - Le ordenó.
- Sería divertido para los dos si Hyung hubiera bebido un poco más. - Se quejó tontamente.
- Créeme que no. - Aseguró YoonGi. Había decidido que, en vez de apartarse él, le agarraría con fuerza de la cintura para que no se moviera. - Soy el tipo de borracho depresivo. Amargo a todo el mundo y me amargo a mí. Por eso nunca bebo de más. - Explicó.
- Aburrido. - Volvió a expresar justo antes de bostezar.
- Estás agotado, mocoso. Duerme ya.
- Pero yo quiero jugar con Hyung. - Aseguró tomando la mano del tigre y poniéndola sobre su miembro. - ¿Hyung no quiere jugar?
- ¿En la casa de NamJoon? - Se sorprendió. JiMin había bebido más de lo que YoonGi creía para sugerir eso. - Claro que no. - JiMin se encogió y se cruzó de brazos molesto. YoonGi le acercó a él y le acomodó mejor entre sus brazos. - Voy a jugar mucho contigo, pequeño travieso. Pero no hoy.
- Hyung siempre dice lo mismo pero nunca toma a su bebé adecuadamente. - YoonGi casi muere de excitación al oír esas palabras salir de la boca de su omega.
- Vas a arrepentirte de haber dicho eso. Voy a hacerte completamente mío muy pronto. - El tanuki sonrió. - Sé un buen chico hasta entonces.
- Está bien, Hyung. Seré bueno y esperaré con impaciencia a ser llenado por mi alfa. - " Está borracho" se dijo YoonGi a sí mismo intentando contenerse ante sus palabras sucias. - Hyung. - Habló melosamente sólo unos segundos después. - Acariciemé para que me duerma. - Pidió inocentemente. YoonGi sonrió y obedeció. Le mantuvo entre sus brazos y acarició su piel hasta que se quedó dormido profundamente.

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Like Cats and Dogs. |YoonMin| |Omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora