Noche de hospital

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Seguía con la nariz metida en el cuello de HoSeok. JiMin ya estaba siendo llevado por Jin al hospital.
- ¿Estás más tranquilo? - Dijo HoSeok frotando la espalda de TaeHyung. El gato ronroneó y asintió separándose muy lentamente del lobo. Había perdido la noción del tiempo. - JiMin estará bien.
- ¿YoonGi-Hyung le ha hecho daño? - Preguntó en voz baja.
- Yo tampoco sé lo que ha pasado. - Le recordó. Los dos se habían alejado un poco de los demás. - Pero conocemos a Hyung. ¿Verdad? ¿Crees que le haría daño? - TaeHyung negó. - Claro que no. - HoSeok volvió a abrazarle y el felino se acurrucó en su pecho.
- Huele bien, Hobi-Hyung. - Murmuró. Le estaba atrayendo tanto su olor que se sentía adormecido, como hipnotizado.
- Nunca me lo habías dicho. - El lobo quería saltar de alegría, pero se contendría.
- ¿A ti te gusta mi olor, Hyung? - De repente sintió la necesidad de saberlo.
- Hueles a chocolate. - HoSeok se tomó la libertad de aspirar el aroma de TaeHyung. - Siempre me ha encantado tu olor. Eres tan dulce. - Le abrazó más fuerte. El lobo no pudo evitar morderse el labio. Oyó que TaeHyung respiraba suave y regularmente. Se había quedado dormido y HoSeok no sabía si había escuchado sus últimas y vergonzosas palabras. Con lo que le había costado pronunciarlas. - Quisiera poder decirte tantas cosas. - Susurró. Quería, con toda su alma, protegerle. Lo amaba con locura.

- Bien, señor Park. - Habló el doctor. - En la radiografía no aparecen lesiones graves. Tu cadera está muy inflamada, pero con los analgésicos y anti-inflamatorios que voy a recetarle se recuperará por completo en pocos días. Sin embargo, para el daño en su recto la recuperación será más lenta. La laceración es bastante grave, debió haber dolido mucho. - Le compadeció. JiMin se avergonzó. - Le recetaré una pomada cicatrizante y calmante para eso. - Ya le había examinado por completo y le había puesto un analgésico bastante fuerte y de larga duración. De no ser así no podría estar de pie delante del doctor.
- Muchas gracias, doctor. - Le dijo Jin con una inclinación y JiMin le imitó.
- Señor Park, hay algo importante de lo que debemos hablar. - Sacó algo del cajón de su escritorio y se lo tendió. - Es una píldora abortiva. La posibilidad de haberte quedado encinta durante la eyaculación del alfa en tu interior es alta. Sobre todo estando ambos en celo, la eficacia es mayor. La decisión de tomarla es sólo tuya puesto que eres mayor de edad. Mi consejo es que la tomes, pues aún eres muy joven par ser padre. - JiMin la cogió y se la metió en el bolsillo. Jin no daría su opinión si JiMin no se la pedía, no esta vez. - ¿Me ha entendido, señor Park? - JiMin asintió. - Tiene 24 horas para tomar la decisión o dejará de ser efectiva. - El tanuki volvió a asentir. Quería irse de allí e ir a buscar a su Hyung. Se necesitaban. Pero el doctor tenía algo más que decir. - Señor Park, lo que ha sufrido usted es muy grave. Me gustaría recordarle que la violación es un delito que debe denuciar. - JiMin frunció el ceño. No le gustaba lo que estaba escuchando. - ¿Qué especie de alfa es?
- Mi alfa... - Recalcó. - ...es un tigre de Bengala.
- Comprendo. - El médico puso cara de circunstacia. - No se si sabrá que lo tigres de Bengala son criaturas singulares. No sería el primer caso de un tigre de Bengala que fuerza a un omega. Los alfas de tigre son agresivos y posesivos. A diferencia de las otras especies de grandes felinos, ellos no han sabido adaptarse a la sociedad actual. Esa es una de las razones por la que están prácticamente extintos. Son peligrosos y...
- Doctor. - Le detuvo. No soportaba que estuvieran insultando a su pareja. - No hay ninguna violación aquí. Fue una relación completamente consentida. - Le aseguró muy serio.
- Perdóneme si me cuesta creer que usted permitió voluntariamente que el alfa le provocara ese dolor. - Respondió.
- Puede creer lo que quiera. Pero no sólo fue así, sino que de hecho fue mi culpa. Yo le incité a hacerlo a pesar de que él me pidió que me alejara de él cuando se dio cuenta de que nuestros celos se habían sincronizado. - Explicó JiMin.
- ¿Sincronizado? ¿Sus celos no coincidieron por casualidad? - JiMin negó.
- El celo de JiMin se adelantó varios días. - Informó Jin.
- Eso no puede ser. - Aseguró el médico. - Sólo los celos de omegas marcados se sincronizan con los de sus parejas.
- Cuando JiMin dice que YoonGi es su alfa, usted lo está tomando como si no fuera más que un capricho de instituto. - Dijo Jin. - Pero su unión es única, distinta a todo lo que yo haya visto antes.
- ¿Está intentando decirme que un tanuki es pareja destinada de un tigre de Bengala? - Dijo el médico incrédulo. - Aún si lo de las parejas destinadas fuera una realidad, que lo dudo, soy religioso y dudo mucho que los Dioses hayan unido a dos seres tan dispares he incompatibles.
- Usted no sabe nada de los Dioses. - Le aseguró el tanuki.
- Señor Park, puedo entender que la presencia imponente de un tigre de Bengala, le haya obnubilado. Es la especialidad del aroma de los tigres, su forma de aparearse lo requiere así. Están con su pareja el tiempo necesario para asegurarse de que su descendencia vive y luego abandonan al omega. Puede sonar irreal y despiadado, pero en muchos casos es así.
- Lo sé bien. - Aseguró JiMin. - Mi pareja es fruto de ese tipo de relación abominable y sigue mortificándose por ello. - Explicó. - Entenderá ahora porque me fastidia tanto que alguien como usted, que no le conoce de nada, le llame violador. - Argumentó fríamente. - Tenga buena noche, doctor.

Cuando despertó debía ser por la mañana, pues la luz, que entraba por la ventana de la blanca habitación de hospital, dañaba sus ojos. Estaba muy adormecido. Todo él se sentía demasiado tranquilo. Vio que tenía una vía en el brazo, de seguro le habían puesto algún sedante intravenoso, pero no era sólo eso. Lo había sentido incluso antes de abrir los ojos. Su omega estaba en la habitación. YoonGi sólo rezaba porque no estuviera hospitalizado como él. Giró la cabeza lentamente, vio a Jin sentado en una silla, durmiendo. Vio que había otra silla a su lado, vacía, pero con la sudadera de JungKook sobre ella. El cachorro odiaba los hospitales, seguramente no había podido dormir en toda la noche. Cuando consiguió girar el rostro por completo, vio a JiMin tumbado en la camilla que estaba a su lado. No llevaba el pijama del hospital, ni tenía ninguna vía puesta, no estaba hospitalizado, pero no por ello estaba bien. Tenía los ojos abiertos, estaba observándole. Sonrió al toparse con la mirada dormida de su Hyung. Tan lindo.
- ¿Qué haces aquí, mocoso? - Intentó sonar rudo, pero no lo consiguió.
- ¿Dónde más podría estar si no con usted, Hyung? - Respondió dulce y susurrante para no despertar a Jin.
- Deberías estar en tu casa. Protegido por tus padres y tus Dioses. - Dijo como si fuera obvio.
- Mis padres piensan que sigo de excursión. No pueden saber lo que ha pasado. A usted lo matarían y a mí me encerrarían para siempre. - Aseguró JiMin. YoonGi se encogió de hombros.
- Eso no estaría tan mal. Sería justo. - Opinó sin mucha energía.
- No diga eso. Es egoísta. - El tigre se sorprendió por el comentario de JiMin. - Usted no puede dejarme. No se librará de mí tan fácilmente. - Dijo haciendo pucheros. JiMin sonrió al ver que YoonGi reía suavemente. Nunca le había visto tan frágil antes.
- ¿Dejarte yo? - Dijo incrédulo. - No puedo. Por eso necesito que seas tú quien me saque de tu vida.
- Yo quiero que este conmigo. - Aseguró.
- Creí que no eras masoquista. - Se sentía tan cansado por la sedación que no podía darle el tono de voz ni podía hacer expresiones que dieran sentido a sus palabras.
- Nunca me haría daño.
- Más daño, querrás decir. - Sonrió sarcásticamente con esfuerzo. El tanuki veía su dolor. - JiMin, ¿Por qué eres así? Deberías odiarme. ¿Cómo pude hacerte eso? - Su ojos se vieron vidriosos, JiMin no podía permitir que su alfa llorara. Alargó su mano, quería consolarle, pero no le alcanzaba.
- Usted no tiene la culpa de nada. - Le dijo. - Yo le incité a hacerlo. Yo lo quería así.
- No pudiste querer lo que te hice. - Le miró triste. Recorrió su cuerpo con la mirada. Estaba completamente cubierto ahora, pero no podía borrar la imagen con la que había despertado hace sólo unas horas. Los labios de JiMin hinchados y su hermoso pelo hecho un desastre. Su cuerpo desnudo lleno de marcas rojas de haber sido sostenido con demasiada fuerza, sobretodo en su cadera. El olor a violencia que llenaba la habitación y que le atorpentaba. Lo peor de todo eras las manchas. Las de semen estaban por todas las sábanas. Las de sangre, que, por su situación, estaba claro que había salido del maltratado ano de su omega virgen.
- No me arrepiento de nada, Hyung. - Le desvió se sus pensamientos. - No me aleje de usted. - YoonGi alargó su mano para enlazarla con la del tanuki. Delineó las marcas de su pequeña palma con sus dedos.
- Mi pequeño tonto. - Susurró. - Jamás me separaré de ti mientras tú sigas queriéndome a tu lado. Pero no deberías querer... - Se le interrumpió la voz y su pecho se inundó de luz cuando su omega le sonrió.
- Eso es genial, Hyung. - Dijo. - Así nunca nos separaremos.

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Like Cats and Dogs. |YoonMin| |Omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora