Bipolar

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- Toma. - Dijo YoonGi dándole a su hermano un plato con deliciosa comida.
- No tengo hambre, Hyung. - Aseguró.
- Come o no llamaré a Dana. - Le amenazó. JungKook cogió el plato y comió. No es como si hubiera dicho la verdad, JungKook casi siempre sentía hambre.
- Si no te das prisa llegaremos tarde, TaeHyung. - Le advirtió su pareja.
- ¿Tarde a dónde? - Curioseó Jin.
- Voy a acompañar a TaeHyung a una sesión de fotos que tiene hoy. - Comentó.
- No sé si eso será buena idea con lo celoso que eres. - Opinó NamJoon.
- No soy celoso. - Contraatacó el lobo. - Sólo quiero ver como trabaja mi novio.
- Lo que quieres es espantar a los alfas que seguro intentan cortejarle. - Puntualizó Jin.
- Eso también. - Reconoció provocando la risa de algunos de sus amigos.
- ¿Qué tiene eso de malo? Sólo está marcando su territorio alrededor de su omega, como buen alfa. - Opinó YoonGi. JiMin tragó saliva. Aún no le había comentado las intenciones de Han. Se preguntó si él vería necesario marcar su territorio. Tenía que decírselo pronto, antes de que ocasionara un problema mayor. Por otro lado, NamJoon también pensó en las palabras de YoonGi. ¿Debía imponerse de forma en que el vecino acosador de Jin se rindiera y saliera de la ecuación? Esa no había sido su actitud. Él había preferido confiar en Jin.

En la sesión de fotos había casi más cámaras que personas. Fue una suerte que el estudio fuera bastante íntimo. Dos estilitas, un fotógrafo y un técnico de luces. A parte de eso, sólo estaban TaeHyung y HoSeok. Las dos estilistas conocían al gato desde hacía tiempo y le trataban como si aún fuera un niño. Parecían entusiasmadas de conocer a su novio y se pasaron la sesión haciendo bromas y comentarios sobre los dos. Sin embargo, el técnico de luces no parecía tan contento y en cuanto vio entrar al lobo estuvo seco y apático.
Después de un rato, el gato salió del vestuario con un elegante atuendo. Hay quienes dirían que, en las fotos, TaeHyung parecía una persona distinta, pero, para HoSeok, no importaba lo que intentara aparentar, siempre sería su dulce minino. Sin embargo, ni si quiera HoSeok pudo negar la profesionalidad de Kim TaeHyung, en cuanto se colocó frente a la cámara, su expresión cambió. Le observó con detenimiento queriendo guardar todos esos instantes en su retina para siempre. Bajo los focos era aún más hermoso, tanto que parecía irreal. Se sintió orgulloso de él. Y orgulloso de si mismo, en cierto modo. Quería presumir de su relación y poder gritar a los cuatro vientos que ese hombre era suyo. No porque TaeHyung fuera famoso como modelo, eso nunca le importó lo más mínimo. Su padre, como líder de la oposición en la presidencia, también era famoso, por lo que no convivía con cosas como esa. Quería predicarlo porque de verdad lo amaba y por el hecho de estar obligado a ocultarlo a todo el mundo por culpa de su familia. Quería, más que nada, cogerle de la mano delante de sus padres. Enfrentarles y decirles que ese gato era su omega, sin importar lo que ellos dijeran. Pero no podía. Porque los necesitaba, pero sobretodo porque también amaba a su familia y les perdería si lo hiciera. Además, estaba lo del compromiso y aún no sabía que hacer con ese tema. Debía decírselo a TaeHyung, pero le aterraba la idea de que le abandonase. ¿Por qué tenían que hacerle eso?
- Bien. Hemos acabado. - Aseguró el fotógrafo sacando a HoSeok de su ensimismamiento. TaeHyung saltó como un resorte en cuanto lo escuchó y su expresión volvió a ser la de siempre. Cualquiera hubiera pensado que era bipolar. - Han quedado perfectas, TaeHyung.
- ¿Te gustan las fotos, Hyung? - Dijo mientras daba saltitos hasta él, notablemente feliz. HoSeok vio como el técnico de luces les miró con una expresión algo indescifrable. Disgustada, tal vez. No le importó demasiado, no todo el mundo tenía que estar de acuerdo con que un gato y un lobo estuvieran juntos.
- Son preciosas, pero prefiero al modelo que a las fotos. - Aseguró tomándolo por la cadera. TaeHyung bajó el rostro y le golpeó una vez avergonzado.
- No sea bobo, Hyung.
- Ve a cambiarte, lindo. No hagas esperar a laa estilistas que seguro que tienen cosas que hacer. - Le apremió.

- Sí, Dana. - Habló el mayor de los dos tigres con su móvil pegado a la oreja. Su hermano menor y JiMin se mantenían espectantes a sus palabras. - Gracias. Espero tu llamada. - Dijo justo antes de colgar.
- ¿Qué ha dicho? - Preguntó JungKook ansioso.
- No sabe donde está. Le ha intentado contactar, pero no coge su teléfono. - Sólo los dos hermanos y el tanuki estaban aún en la casa. Jin y NamJoon se habían ido al tener otros asuntos que resolver, cada uno por su cuenta.
- ¿Cuál es su teléfono? - Se le ocurrió a más joven.
- ¿Crees que si no se lo coge a Dana se lo va a coger a un desconocido? - Opinó YoonGi. -Sabrá que eres tú. - JungKook bajó la cabeza derrotado. Él tenía razón. - No te preocupes. Más pronto que tarde contactará con ella. Por lo visto, según Dana, YugGeom tiene una deuda bastate grande que debe pagar pronto. Y puesto que ayer se fue de aquí sin cobrar, no tardará en pedirle otro cliente a Dana. - JungKook apretó los dientes. Otro cliente. Esas palabras le trasladaron. Cuando JungKook era pequeño, YuGyeom era su mejor amigo del mundo, pero el destino les separó cuando sus padres decidieron llevarselo de Seúl para estar más cerca de su abuela y así poder cuidar de ella. YuGyeom era un híbrido de perro, algo bastante común. Su familia, al igual que les ocurría a los Jeon por aquel entonces, no tenía dinero para malgastar, pero les daba para vivir. ¿Qué había ocurrido para que YuGyeom acabara vendiendo su cuerpo de esa forma para pagar una deuda? Necesitaba verle y hablar con él pero, a pesar de esa necesidad, ¿cómo le enfrentaría? Se había acostado con él. Pero, ni si quiera se habían reconocido. Él estaría igual de avergonzado que él, supuso JungKook.
- Avísame cuando llame, por favor. - Dijo dejando la habitación con la cabeza agachada. JiMin no pudo evitar sentirse triste al verle. El sonido de YoonGi palmeando sus muslos le hizo levantar la cabeza y sonreír instintivamente. Corrió hasta él aprovechando que JungKook ya se había retirado y se sentó sobre él acurrucándose contra su pecho.
- Pobre Kookie. - Dijo siendo abrazado por el tigre.
- No me puedo creer lo que ha ocurrido. - Comentó el mayor. - YuGyeom era un chico muy alegre y bueno. Se la pasaba jugando con JungKook todos los días. No sé en que problemas haya tenido para tener que hacerse prostituto para pagar una deuda. - JiMin se apretó más contra el pecho del alfa, buscando refugio.
- ¿Crees que podremos ayudarle, YoonGi-Hyung? - Preguntó. Él no le conocía pero, quizá era por ser un tanuki religioso, era muy empático y le preocupaba mucho el estado de animo de JungKook.
- Primero tiene que dejar ayudarse. - Aseguró YoonGi. - Debe sentirse avergonzado y confuso. JungKook era un omega cuando le conoció. De seguro tendrá muchas preguntas en la cabeza.

Like Cats and Dogs. |YoonMin| |Omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora