Casi perfecto

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- ¿Dónde está tu escolta, TaeHyung? - Ese día, el grupo de amigos estaba, como siempre, tirado en el césped, pero la clase de TaeHyung y JiMin acababa salir y el tanuki no estaba con su inseparable compañero.
- Se ha quedado un momento para hablar con el profesor. - Explicó. - Enseguida viene. - Aseguró.
- Creí que nunca se separaría de ti. - Habló HoSeok, que tampoco estaba especialmente agradado con la situación, pues no podía disfrutar de la simpatía del gato como él quería. Se sentía mal por tener esos pensamiento, adoraba al tanuki, pero quería pasar tiempo con el gato. Según YoonGi se estaba tomando con demasiada calma lo de conquistar al gato, pero cada vez que sacaban el tema, HoSeok lo negaba todo.
- No seas así, Hyung. JiMin está haciendo todo lo que puede. - No explicó más, no traicionaría la confianza de su amigo.

JiMin salió de hablar con su profesor y se dirigió al baño antes de ir fuera. No había nadie cuando entró y estaba ya lavandose las manos cuando la puerta se abrió estrepitosamente y uno de los compañeros de ultimo curso entró jadeando y empapado en sudor. Cerró la puerta del baño con cerrojo. Ni si quiera se había percatado de la presencia de JiMin. El tanuki empezó a percibir un fuerte olor a resina de pino. Estaba en celo.
- ¿Está bien? - Le preguntó. El chico levantó la vista y JiMin vio los ojos verdes oscuros de su animal. JiMin no tenía supresores para darle y no sabía que podía hacer para ayudarle. Bueno, sí lo sabía, pero no soportaba la idea de hacer por ese desconocido lo que YoonGi había hecho por él. Aquel muchacho abrazó su estómago y empezó a respirar más fuerte. Debía dolerle mucho. JiMin sabía lo que se sentía y no quería que siguiera sufriendo. ¿Por qué no podía ser tan valiente como YoonGi-Hyung? A YoonGi no le importó ayudarle a pesar de que no sentía nada por él. JiMin se consideraba una buena persona, no podía ser egoista sabiendo por lo que estaba pasando aquel compañero. Dio un paso hasta él. - ¿Cómo puedo ayudarle? - Antes de poder darse cuanta, su mayor había tomado su brazo con fuerza y le había acorralado contra la pared. JiMin no gritó cuando el alfa se acercó a su cuello y aspiró su aroma. Tenía que aguantar. Dejar que se fase de calor pasara y recobrara la conciencia lo suficiente como para detener sus acciones. La esencia del alfa se colaba por su fosas nasales fuertemente al punto de que le escocía la nariz. No era agradable como había sido el olor de YoonGi. ¿Sería que YoonGi-Hyung también había sentido ese incómodo ardor cuando ayudó a JiMin con su celo? Algo le decía que aquello no estaba bien. No quería seguir con ello, pero debía ayudar a su compañero en apuros, así que, apretó los puños, cerró los ojos y aguantó la situación quedándose muy quieto, tal y como había hecho YoonGi. Le fue más difícil aguantar cuando el alfa empezó a acariciar su espalda, su cintura y sus muslos. Aún peor cuando besó su cuello. Fue mucho peor, casi insoportable, cuando metió sus manos bajo su camisa. - Intente calmarse, por favor. - Le pidió apoyando su pequeña mano sobre el pecho del alfa, intentando apartarle un poco. Al alfa no le gustó su intención de apartarle, le cogió del brazo con fuerza y apretó su cintura contra la suya. El mayor estaba erecto, pero JiMin no. A pesar de que el mayor se restregaba contra él, el tanuki no se sentía para nada excitado. YoonGi-Hyung sí se había excitado aquella vez. Eso lo recordaba. Intento quitárselo de encima una vez más y el mayor no lo aceptó. Le tapó la boca con recesiva fuerza y le puso de frente a la pared. Aquello estaba mal y sólo podía suplicar por ayuda mentalmente. El alfa llevó la mano a su propio cinturón y JiMin oyó caer el pantalón. Intentaba zafarse, pero el alfa tenía más fuerza. Lloró sin poder evitarlo. En su cabeza sólo podía oír resonar un nombre. YoonGi-Hyung.

El tigre se revolvió incómodo sobre el césped. Algo le hacía sentir mal. Se incorporó y se llevó la mano al pecho.
- ¿Estás bien? - Preguntó HoSeok. Algo le oprimía y no le dejaba respirar bien. YoonGi negó despacio. No podía explicarlo. De repente, oyó, con claridad, un grito. Sabía perfectamente de quien provenía. Se levantó de un salto y salió corriendo. Sus amigos, confundidos, le siguieron. YoonGi no sabía exactamente hacia donde iba, pero su cuerpo se movía solo. - ¿Qué ocurre, Hyung? - Preguntó de nuevo el lobo. Llegaron a la puerta del baño y el tigre comprobó que estaba atrancada. No dudó en echarla abajo. - ¿Qué haces?
- ¿Acaso no le oyes? - Fue lo único que dijo antes de que el cerrojo de la puerta saltara y entrara de golpe. Según cruzó el umbral y vio la situación, lanzó un puñetazo que se estrelló sobre el rostro del otro alfa, que cayó al suelo. Los demás estaban totalmente bloqueados. ¿Qué estaba ocurriendo allí? ¿Cómo es que YoonGi lo sabía? El tigre, sin embargo, no tenía tiempo para preguntas. Se lanzó sobre su compañero alfa y empezó a propinarle un golpe tras otro. Cuando sangre empezó a brotar de su nariz, NamJoon y HoSeok se lanzaron sobre su Hyung con la intención de separarle. YoonGi no forcejeó mucho y cambió su objetivo. Se levantó y fue hasta JiMin, que miraba la escena sin poder moverse. YoonGi le abrazó con necesidad y JiMin no se lo impidió, de hecho, sintió que lo necesitaba. YoonGi se apartó de él casi inmediatamente con un gesto de asco en el rostro, sin que JiMin supiera porqué. Le tomó del brazo y salió corriendo de allí a pesar de los gritos de desconcierto de sus amigos. Corrió con JiMin cogido de la mano dirigiéndose al piso de arriba. La planta de arriba estaba vacía pues el instituto había sido construido tiempo atrás para albergar a un mayor número de alumnos. Hizo que los dos se metieran en un baño y cerró la puerta. JiMin estaba confundido, pero ya no tenía miedo.
- ¿No puedes dejar de hacer estupideces? - Le regañó. JiMin se encogió avergonzado. Él tenía razón. No dejaba de darle problemas.
- Lo siento, Hyung. - JiMin no pudo hacer otra cosa que echarse a llorar y YoonGi no pudo hacer otra cosa que abrazarle.
- Ese olor... - Pronunció. JiMin colocó su mano en el pecho de YoonGi y le apartó con suavidad.
- Perdóneme, Hyung. - YoonGi se extrañó. - Usted. Usted debe alejarme. Yo no puedo seguir dándole problemas. Yo... - Se echó a llorar. No podía seguir soportando la amabilidad del tigre. Le hacía mal que se preocuparse tanto por él y que no correspondiera a sus sentimientos.
- ¿De verdad crees que voy a alejarte de mí? - Respondió. - No, JiMin. Ya no puedes librarte de mi tan fácilmente. - JiMin no entendía nada. - No soporto la forma en la que me has tratado los últimos días. Tan distante...
- Es que yo no quiero causarle más...
- Ya. Cállate, mocoso. - Dijo acercándose los poco pasos que les separaban. Le miró a los ojos. - ¿Quieres alejarte de mí? ¿Tanto me odias? Entonces te doy la oportunidad de irte. Vete ahora.
- Yo no le odio, Hyung. Jamás podría. - Aseguró el tanuki rápidamente. - Pero... usted es siempre amable y yo... yo he confundido su amabilidad. - Comenzó confesando. - Perdóneme, Hyung, por favor. Pero yo... me temo que siento algo por usted, y usted no siente nada por mí y su amabilidad duele aquí. - Dijo llevando su torpe manita a la altura del corazón. - Usted es fuerte y genial y puede estar con quien usted quiera y yo... yo no soy más que un cachorro. - Bajó la cabeza derrotado.
- ¿De qué diablos hablas? ¿De verdad eres tan tonto? - JiMin se hizo aún más pequeño, sólo rezando porque su Hyung no le odiara. No podía forzar sus sentimientos, pero no quería que se enfadara con él. - ¿Crees, de verdad, que me comporto con otros como lo hago contigo? ¿Amable yo? - Rió. - JiMin, yo no soy amable. Soy un tosco y bruto animal. Un bestia que creía que era capaz de controlarse totalmente hasta que te conocí. ¿Y, aún así, te atreves a decir que no siento nada por ti? - JiMin levantó el rostro confundido. El tigre se acercó y le rodeó las caderas con sus brazos. - Me vuelves loco. Nunca me había sentido así con nadie y eso me asusta un poco. - Le miró sonriente. - Pero tienes razón, tú eres sólo un cachorro y por eso tengo miedo de hacerte daño. No sabes todo de mí. Hay facetas de mí que seguro no te gustarán.
- ¿Cómo podría importarme, Hyung? Nada de lo que me muestre sobre usted puede hacer que mi opinión y mis sentimientos cambien. - Aseguró el tanuki. - Además, usted ya me lo dijo, nunca me haría daño. Y yo confío en usted más que en nada. - YoonGi le abrazó con fuerza.
- ¿Qué clase de hechizo estás usando conmigo, pequeño? ¿Qué va a ser de mí? - Se dijo, más a sí mismo, mientras lo mantenía entre sus brazos y se acercaba a su cuello. - Eres tan... eres casi perfecto. - ¿Casi? ¿Había dicho que era casi perfecto? ¿Qué significaba eso?

- ¿Casi? - YoonGi se separó lo justo para poder mirarle a los ojos.
- Aún puedo oler la esencia de ese alfa sobre ti. ¿En que estabas pensando? - Se enfadó de repente recordando la escena. - Prométeme que nunca volverás a hacer una estupidez como esa. - JiMin asintió.
- Lo prometo, Hyung.
- No me gusta este olor. - Aseguró. - Serías perfecto si fuera mi olor el que estuviera en todo tu cuerpo. - JiMin se estremeció ante la idea. - JiMin, permite que te cubra con mi olor.



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Like Cats and Dogs. |YoonMin| |Omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora