- JiMin. - Habló cuando sintió que el tanuki ya estaba notablemente más calmado. - Necesito que entiendas algo. - Había estado reflexionando durante ese tiempo de paz y calor que le ofrecía el estar abrazado al omega, quien gustosamente le había correspondido el gesto. Le separó muy suavemente de él y le cogió el rostro para que le mirara. - Nada de lo que ha pasado es culpa tuya. No es como si tu quisieras darme problemas, ¿o sí? - Preguntó YoonGi divertido, a lo que JiMin negó rápidamente. - Durante el celo, debías estar muy asustado. Y, a pesar de que no lo entendías bien, fuiste muy valiente. - Dijo acariciando su pelo. - Yo... perdí un poco el control ese día. Lo siento. - JiMin volvió a negar.
- Usted me ayudó. Si no hubiera sido por usted yo... habría sido horrible pasar sólo aquella primera vez. - Un escalofrío le recorrió el cuerpo al imaginarse en el frío suelo del aula llorando encogido y lleno de dolor sin que nadie le socorriera.
- Pero debí controlarme mejor. Creí que podría hacerlo y no pude.
- Yo lo ocasioné. Usted estaba calmado hasta que yo... hasta que yo lamí su cuello. Usted me dijo que me detuviera y se apartó de mí. Usted consiguió resistirse hasta que yo rocé su... - No se atrevió a terminar la frase. Había hablado de eso antes cuando habían estado todos juntos, entonces, ¿por qué era tan difícil ahora que estaba sólo con YoonGi? Debía ser tan normal hablar de esos temas sin sonrojarse para el mayor, pensaba JiMin. Pero él sólo era un cachorro, un bebé. Así le había llamado YoonGi aquella vez. - Nunca sabré cómo es controlarse al olor del celo de un omega para un gran felino alfa como usted, Hyung. Es más, yo ni si quiera sé como es controlarse al olor del celo del un alfa, pero yo... sólo con olerle aquella vez. Fue mi culpa, de haber podido controlarme, yo no me habría comportado así y yo no le hubiera hecho sentirse así de mal. Pero, es que... - JiMin no podía creerse lo que estaba a punto de decir. - ...se sentía tan bien, Hyung.
- Bueno, tampoco es como si yo no lo hubiera disfrutado, al menos un poco. - Confesó sonriendo. - Reconozco que me sorprendió cuando lamiste mi cuello, no imaginé que fueras tan lanzado. - JiMin bajó la cabeza avergonzado.
- ¿De verdad le gustó estar así conmigo, Hyung? - Preguntó totalmente rojo.
- Si no hubiera sido así, habría podido controlarme a la perfección. ¿No crees? - JiMin sonrió también. JiMin estaba más que feliz de saberlo y YoonGi se quedó ensimismado en su sonrisa por unos segundos largos. - Lo de la piscina, sin embargo. - Dijo cambiando de tema radicalmente y carraspeando. - No lo disfruté en absoluto. Fue una imprudencia. Lo mismo que ponerte en medio de una pelea de alfas hoy en el campo. - Le regañó. JiMin bajó la cabeza de nuevo, pero YoonGi hizo que la levantara de nuevo. - Prométeme que no volverás a hacer una estupidez como esa de nuevo. Tienes que cuidarte. En la piscina, ya de por sí, estabas muy débil por el celo que habías pasado y, además, no vigilaste para nada tu temperatura. Eso es muy peligroso para un ti. ¿Y que diablos estabas pensando hacer en la cancha? ¿Sabes lo que habría ocurrido si el golpe te lo llegas a llevar tú?
- Lo siento, Hyung. No quería que le hicieran daño. - Dijo.
- ¡Eso me da igual! - Exclamó. - Si alguien se tiene que llevar los golpes soy yo y no tú. Y lo de la piscina. - Estaba algo alterado y saltaba de un tema a otro sin mucho control. - ¿Querías matarme de un infarto? - El tigre colocó, con suavidad a pesar de su enfado, una mano en el cuello del omega. - No tienes idea del miedo que pasé. Dios. - Suspiró intentando calmarse. - Si te hubiera pasado algo. Si no hubiera podido reanimarte. ¿Que habría hecho si hubieras muerto en mis brazos? - Estaba a punto de echarse a llorar por haber, finalmente, podido liberar toda esa tensión que tenía acumulada.
- Perdóneme, Hyung.
- No. - Dijo severo. JiMin se sorprendió. - No te perdono. - JiMin se sintió terriblemente mal. - Tendrás que compensarme.
- Lo que sea, Hyung. - Aseguró rápido. - ¿Qué quiere que haga por usted? - YoonGi levantó la vista y miró alrededor. Vio un banco, cogió la muñeca del contrario y caminó a buen paso hasta el banco. Se sentó en él con la espalda bien apoyada en el respaldo y las piernas abiertas.
- Siéntate aquí. - Ordenó señalando al hueco que quedó entre sus piernas. JiMin estaba confundido, pero obedeció y se sentó dándole la espalda. YoonGi había disfrutado de que le obedeciera sin oponer resistencia alguna, pero no el pequeño no le había entendido. - Así no. Perpendicular a mí. - El omega le miró por encima de su hombro con el ceño fruncido de la confusión. - Así. - Se agachó desde la espalda del pequeño, pasó un brazo por debajo de las piernas de JiMin y le giró, haciendo que las dos piernas del omega quedaran encima de su muslo derecho. El otro brazo lo pasó por la espalda de JiMin para que le sirviera de respaldo y lo abrazó apoyando la cabeza en el hombro del confundido tanuki.
- ¿Qué quiere que haga, Hyung? - Preguntó pasados unos segundos.
- Sólo quédate quieto, pequeño. - JiMin obedeció y ambos permanecieron en esa posición durante un rato. La respiración calmada y regular de YoonGi era sedante, pero no podía dormirse. Aún tenía algo por lo que disculparse.
- Hyung. - YoonGi hizo un ruido para que el otro supiera que seguía despierto y le escuchaba. - Aún queda una cosa. - YoonGi no dijo nada, así que él continuó. - Yo le insulté durante el partido. - YoonGi levantó la cabeza sin saber de que hablaba JiMin. No recordaba haber sido insultado. - Usted me conoce de hace muy poco y, aún así, ha cuidado tanto de mí. - Empezó explicando. - Y después de que ese tal Young se acercara a hablar con nosotros, yo le pregunté algo horriblemente injusto. - YoonGi recordó al fin.
- Sí que se sintió mal que pensaras que yo podría llegar a pegarte. - Admitió tranquilo. - Tendrás que compensármelo también. - Rió bromista. - Me debes otra.
- Lo siento. Lo haré. Le compensaré. - Dijo escondiendo la cabeza en el pecho de su Hyung. - Es que... yo no entendía bien de que hablaba. Creía que hablaba de... tener relaciones, al principio pero luego, no sé... como yo no sé nada sobre eso, no entendía... No lo pensé bien. Le hice sentir mal. Lo siento. - YoonGi suspiró.
- Sí que hablaba de sexo, JiMin. - Le explicó. - Es normal que no entendieses. No pasa nada. Está bien. Sólo quiero que sepas... - Se detuvo un instante. - Mírame. - Le pidió y él le hizo caso al momento. - Sólo quiero que sepas que yo jamás te haría daño. Eso sí lo entiendes, ¿verdad? - JiMin asintió, pero YoonGi no quedó complacido sólo con eso. - Quiero oírtelo decir, pequeño.
- Sé que usted nunca me haría daño, Hyung. - Habló sin dudar ni un instante.
- Bien. - Dijo YoonGi cerrando los ojos y recostándose en el respaldo complacido.
- Hyung. - Ese chico no daba un segundo de descanso y eso, de algún modo, le encantaba. - Young dijo algo más que no entendí. ¿Que tiene que ver el sexo con entrenar perros? - El cuerpo del tigre tembló de la risa. Eso ya era demasiado.
- No quieras correr antes de andar, cachorro. - Eso fastidió a JiMin.
- Ya no soy un cachorro, Hyung. Quiero saberlo. - Insistió cruzándose de brazos molesto. ¿Cómo podía ser tan lindo?, pensó YoonGi.
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Like Cats and Dogs. |YoonMin| |Omegaverse|
FanfictionLa sociedad está dividida entre aquellos que intentan demostrar que la convivencia entre felinos y cánidos es posible. Para ello, jóvenes híbridos, alfas y omegas de distintas especies, descendientes de las familias más influyentes del país se conce...