Confesiones difíciles

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Acarició a su omega que yacía recostado sobre su pecho. Arropados bajo las sábanas, el tanuki y el tigre no estaban del todo seguros de que YuGyeom, que dormía con JungKook en la habitación de al lado, estuviera del todo bien. YoonGi había propuesto que JiMin durmiera con el omega esa noche, pero el propio YuGyeom parecía sentirse más calmado con JungKook cerca. El tigre dio un largo suspiro.
- ¿Está bien, Hyung? - Preguntó.
- Sólo un poco preocupado. - Reconoció. - ¿Cómo ha podido hacer eso? Tener a un omega con el vientre descubierto. - JiMin se encogió contra YoonGi de sólo pensarlo. - Tranquilo, pequeño. Jamás dejaría que algo así te sucediese. No comprendo como YuGyeom se metió en tal problema. Además... - Soltó aire pensativo. - Se suponía que JungKook tenía que volver a las clases mañana. Ya lleva más de una semana sin ir debido a su transición y a su presentación. Seguro que no tiene ganas de volver y explicarle a sus compañeros por qué de repente se ha presentado como alfa. Y tampoco querrá solo a YuGyeom aquí, así que le servirá como escusa para no ir a clase. Me preocupa que termine repitiendo curso académico, como me pasó a mí. - Expuso. JiMin serpenteo bajo las sábanas para ponerse a la altura del tigre y lamió su mejilla como gesto de cariño.
- No se preocupe, Hyung. No dejaremos que eso suceda. - Usted era mucho más joven y no tuvo a alguien que entendiera por lo que estaba pasando. - Señaló. - Todo irá bien. - Aseguró y el tigre no pudo hacer otra cosa que sonreír.
- Lo creeré porque tú lo dices, mi pequeño. - JiMin volvió a acurrucarse en su pecho. - Por cierto, que era eso que querías decirme antes.
- No quiero darle más cosas en las que pensar. Ya lo hablaremos otro día.
- ¿Tan grave es? - Quiso saber el mayor.
- No es una tragedia, si es a lo que se refiere. Pero no sé como reaccionará usted. - Planteó el tanuki.
- Dímelo. Ya no puede haber nada que hoy no me permita dormir. - JiMin dudó un poco. - Suéltalo ya. - Le apresuró.
- Mis padres le han dado permiso a Han para que me corteje. - Lo dijo muy rápido y luego cerró los ojos y apretó los puños con fuerza esperando la reacción de YoonGi. El alfa de movió muy despacio.
- Me siento viejo para soportar tantos problemas. - Aseguró mientras se incorporaba un poco en la cama. - ¿Por qué no puedes ser un buen chico y dejar que te encierre en un lugar donde sólo yo pueda verte? - Bromeó. JiMin rió. - Cuidaría muy bien de ti. - Aseguró.
- No diga tonterías, Hyung. - El tigre suspiro una vez más. - Además, usted no es viejo. Sólo se comporta como uno. - Rió de nuevo.
- No te pases, mocoso. - Cerró los ojos y habló muy calmado. - Dime la verdad, JiMin. ¿Hay alguna posibilidad de que te enamores de él más que de mí? - JiMin se incorporó rápido y ofendido. Golpeó el pecho del alfa molesto.
- ¿Cómo se le ocurre, Hyung? No diga eso. No lo diga. - Puchereó el pequeño. Se escondió bajo las sábanas enfurruñado. - No me gusta que plantee eso. - Susurró molesto. YoonGi rió despacio y cansado de todo el extraño día. - No me insulte así. No sea cruel conmigo, Hyung. Usted puede percibir lo que yo siento por usted tanto como yo percibo lo que usted siente por mí. - Le recordó.
- Lo siento, pequeño. - JiMin tenía razón, pero no eran pocas las ocasiones en las que pensaba que JiMin podría tener al alguien mejor que él, y sin embargo, le aterraba la idea de que se apartara de su lado. Apartó ligeramente las sábanas y descubrió el rostro del pequeño omega. - Me fastidia que tus padres te busquen pareja cuando ya estoy yo. Es frustrante no poder hacer nada. - Aseguró.
- No vuelva a dudar de mi amor por usted. No se lo permito, - Sorbió su nariz a punto del llanto.
- Perdóname, mi amor. - Le hizo levantar la cabeza para mirarle. - Confío en ti más que en nadie. En quien no puedo confiar es en él. Él quiere arrebatarme a mi hermoso bebé.
- Nadie puede alejarme de usted, Hyung. - Le sonrió. - No se librará de mí tan fácilmente.
- Recuerdame por qué. - Pidió.
- Porque los Dioses lo han determinado así. - De repente, YoonGi respiró tranquilo. Podía sentirlo. No entendía como, pero podía percibir claramente el amor único y eterno que JiMin le profesaba. A él no le importaban las razones de su unión. Destino, Dioses... Eso le daba igual. Pero confiaba en las palabras de JiMin como si fueran una verdad incorruptible.
- No dejes que ese hombre te toque y se te ponga cariñoso. - Dijo finalmente acurrucándose de nuevo entre sus mullidas sábanas. - Permito que te regale bombones, pero nada de caricias ni cosas raras. - Habló celoso. No tenía porqué gustarle todo aquello igualmente. - ¿Me has entendido?
- Sí, Hyung. - Respondió meloso. - Comeré muchos bombones. - Se burló.
- Yo no dije eso. - JiMin rió. - Mocoso travieso. - Se durmieron entre caricias y risas de cosquillas.

Like Cats and Dogs. |YoonMin| |Omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora