Todo cambió cuando te encontré

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Un año y unos meses antes...

Llovía mucho. Estaba calado hasta lo huesos, pero sus lágrimas calaban más profundo en su alma. El pecho le dolía por muchas razones. Y todos los horribles sufrimientos de los últimos días se mezclaban para causar ese insoportable dolor. El menor de todos ellos, la pelea con su novio abusivo. Una de tantas. Estaba borracho. Le había gritado, humillado delante de toda la gente que estaba en la fiesta. Habían roto. Otra vez. Pero ya nada de eso importaba porque la segunda situación era incomparable con la primera. Su hermano mayor la única persona que le apoya en todo lo que hacía y quería hacer, se había ido. Ya no volvería a estar a su lado nunca más. Un brillante futuro destruido. Todo por su culpa. Él había matado a su hermano, de forma indirecta y no intencionada, pero había sido por él. La tercera y última situación le hacia tener mucho miedo. Porque ahora estaba solo. Sus padres le odiaban por lo ocurrido sin poder evitarlo. Nunca pudieron perdonarle. Y le culparon por la muerte de SeokRa, tanto como se culpaba él mismo. Había huido de esa casa en la que ya no se sentía uno más de la familia. La angustia de esas realidades abrumadoras le destruía por dentro. La lluvia sobre él sólo le hacía sentir más pequeño, más débil. Todo era frío y oscuro. Todo era dolor y sólo quería escapar de allí.
Tomó aire con mucha fuerza y se despertó de golpe, sentándose en la cama con un horrible dolor en el pecho. Sólo había estado soñando, sumergido en sus recuerdos. Comprobó el despertador. Aún quedaba una hora para que sonase, pero sabía que ya no podría dormir. Si se quedaba en la cama sólo conseguiría estar dando vueltas y pensando en su hermano. En su muerte. Se levantó para hacerse un desayuno elaborado. Quería decir que cocinar le distraía lo suficiente como para no pensar en nada, pero no era del todo cierto. Los recuerdos llegaban a él sin importar qué. El recuerdo de presentarse en aquella fiesta a la que no quería ir a pesar de ser su propia fiesta de graduación. Porque sí, la muerte de su hermano había sucedido justo después de que Jin se hubiera graduado en el instituto, recién empezadas las vacaciones de verano. Recordaba esperarle sentado en la acera durante horas interminables, helándose bajo la fría lluvia. El recuerdo del sonido de las ambulancias lejanas, sin pensar que fueran por él. Correr sin rumbo al darse cuenta de que le había perdido para siempre. Huir. Eso es lo que llevaba haciendo desde entonces. Y, aunque esa noche la recordaba con detalle, el funeral era un recuerdo fugaz. Familiares lejanos y amigos de amigos de amigos dándole el pésame. Y entre tanta gente, estaba solo. Dos días atrás tenía un novio que le quería y un hermano que le apoyaba y una familia que le cuidaban. Ahora se daba cuenta de que había abandonado a todos sus amigos por un, ahora, exnovio que estaba lejos de merecer la pena y que ni siquiera se había acercado al funeral a darle su apoyo. Había perdido a la única persona con la, que podía hablar y se esmeraba en entenderle y escucharle. Y había perdido el amor de sus padres. Solo. Estaba completamente solo. Pero, aunque se sentía triste y hundido, Kim SeokJin no era un llorica que se rendía fácilmente. Había pagado el primer mes de un pequeño departamento con los ahorros de sus trabajos de medio tiempo. Ahorraría ese año con un trabajo que había encontrado como ayudante en la enfermería de un instituto y al año siguiente seguiría trabajando y empezaría la universidad. Sólo era un año de retraso, no era tan terrible. No tenía ni idea de que había visto el director Jeon en él para darle el trabajo. ¿Desesperación, tal vez? Pero no importaba. Se esforzaría al máximo para demostrar que aún era útil para este mundo. Y hoy era su primer día. Las manos le temblaban mientras preparaba su desayuno.

Entró en el instituto de integración CAN&FEL. Él estaba de acuerdo en eso de la integración. Felinos y cánidos, omegas y alfas... demasiadas barreras y estereotipos que todos habían sufrido. Fue conducido a la enfermería y el enfermero jefe, muy amablemente, le empezó a explicar a su nuevo ayudante todo lo que este podía ir asimilando. Entonces fue cuando su destino cruzó la puerta de la enfermería acompañando a un muchacho con la ceja sangrando, y muy cabreado, y un tercer chico con la cabeza agachada y un ojo morado.
- ¡Qué oportuno! - Habló el enfermero jefe. - Jin, estos serán tus primeros pacientes. ¿Qué ha pasado esta vez?
- Este idiota a intentado besar a JungKook. - Rió un alto chico que debía ser de penúltimo curso. - Ha aprovechado que YoonGi-Hyung se ha quedado en casa por ser su primer día de celo y por poco le mete mano.
- Sólo era un beso, no exageres. - Dijo el chico con el ojo cada vez más hinchado.
- ¿Qué derecho tiene a tocarme sólo porque me presentaré como omega? - Se quejó bruscamente el más joven.
- Ninguno, JungKook. Pero no soy yo quien tiene que interceder ¿Se lo habéis dicho a algún profesor ya? - Quiso saber el enfermero.
- No. Y no se lo diga a ninguno, por favor. Mi padre se enterará y montará una escena. No quiero que nadie crea que soy un chivato mimado que se esconde detrás de su papá.
- Si alguien piensa eso sólo tienes que cerrarle la boca. - Siguió riendo el chico alto. El enfermero jefe negó frotándose las sienes. Se acercó a JungKook y le observó la ceja.
- No necesitará puntos. Ocupante tú, Jin. Sólo desinfectarla y cúbrela. - Sentenció. - Será mejor que separemos a estos dos antes de que ocurra algo peor. Yo me ocuparé de Ray en el otro cubículo. - Dijo marchándose con el otro chico para separarlo de los dos amigos.
- Se ha llevado una buena. - Pronunció Jin mientras rebuscaba en una caja para encontrar todo lo que necesitaba para curar a JungKook. - ¿Cómo se le ocurre intentar besarte así? ¡Qué desagradable! - Opinó.
- ¿Y qué lo digas?
- Suerte que tu amigo estaba cerca. - Observó el zorro.
- ¿Quién? - Habló el chico alto.
- Tú. - Afirmó el zorro sorprendido. - Tú le quitaste a ese alfa de encima dándole un puñetazo en el ojo, ¿no?
- ¡Qué! - Se sorprendió por la suposición de Jin. - ¡No! Yo sólo vengo de acompañante. JungKook fue quien le dio el puñetazo a Ray. Se enfado tanto por la rebeldía del niño que le propinó un puñetazo de vuelta en la ceja. Yo sólo llegué para separarles.
- ¿Fuiste tú el que le pegaste? - Dijo sorprendido. - ¡Que valor pegar a un alfa!
- ¿Qué esperabas? ¿Qué me quedara quieto y dejara que me besara ese asqueroso? ¿Eso habrías hecho tú? - Quiso saber. Estaba claro que aún estaba molesto. - ¡Auh! - Exclamó cuando Jin le puso un algodón con alcohol en la herida.
- No... Pero tampoco le habría pegado. Hubiera tenido miedo de que me pegara él a mí. Como ha ocurrido, de hecho... - Observó Jin. Le colocó un apósito par cubrir el corte.
- Si me dejo manejar por un alfa hoy, ¿qué dejaré que me hagan mañana? - Dijo JungKook con el ceño fruncido. - Un beso hoy, mañana es acoso, pasado mañana es violación. - Susurró lo suficientemente alto como para que sus dos mayores pudieran oírlo. Jin se quedó paralizado por el comentario. Luego saltó de la camilla y se largó de la enfermería. - ¿Vienes, Hyung? ¿O te quedas a ligar con el nuevo enfermero?
- ¿Qué? ¡No! - Dijo exaltado el mayor. Y ambos observaron como el más joven se marchó. - No se lo tengas en cuenta. Es... un tema delicado para él. Asuntos personales. - No quiso dar más explicaciones. No era asunto de ese nuevo ayudante de enfermero al que acababa de conocer. Por muy atractivo que fuera.
- Lo entiendo. - Aseguró Jin. - Pareces un buen amigo.
- Le conozco desde hace mucho. A él y a su hermano mayor. - Aseguró. - Voy a ir tras él. El niño puede se muy irascible. - Le sonrió y se encaminó fuera.
- Ya... Esto... - El alfa se dio la vuelta y le miró esperando a que siguiera. - ¿Podría saber tu nombre? - Se mordió el labio. No muy convencido de sus propios motivos para conocer cual esta el nombre del muchacho. Sin embargo, le vio sonreír aún más.
- NamJoon. Me llamo Kim NamJoon. - Aseguró. Y justo después salió de la enfermería.

Like Cats and Dogs. |YoonMin| |Omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora