Like Cats and Dogs. |YoonMin| |Omegaverse|

Nuestra primera vez.

- Así nunca nos separaremos, Hyung. - Dijo el menor emocionado pero en voz baja para no despertar a Jin.
Los ojos del mayor volvieron a encharcarse inevitablemente.
- JiMin. - Con la mano del tanuki entre la suya, no pudo evitar que algunas lágrimas cayeran. - ¿Cómo podría pedirte que me perdones?
- No hay nada que perdonar. - Acarició su mano. - Usted intento determe incluso cuando nuestros celos se sincronizaron. Yo no quise hacerlo. Necesitaba complacer a nuestros animales. Si recordaras lo felices que estaban.
- No quería eso. - Le dijo. - Además, era nuestra primera vez. Y tú primera vez. ¿Cómo pudo mi tigre tratarte así? Quería enseñarte algo totalmente distinto para tú primera vez. Debía ser dulce. No así. - Rompió en un llanto silencioso. - No así. - Repitió. - Yo quería hacer que te sintieras bien. Mimarte.
- Hyung. - Llamó su atención intentando que dejara de llorar. No le gustaba verle así. Él no tenía la culpa. - No puedo mentirle. Dolió mucho. - YoonGi se encogió al recordar los gritos de JiMin en su cabeza. - Pero sólo fue cosa de nuestros celos y nuestros animales que se necesitaban aparear el uno con el otro. Yo no siento que fuera mi primera vez con usted. Yo aún quiero que mime mi cuerpo, Hyung. - YoonGi respiró más despacio. No podía entender como JiMin no le veía como el monstruo que era. - Sigo deseando que me enseñe todo cuanto sabe del sexo. - Se escuchó tímido de repente. - Y que sigamos investigando juntos sobre todo aquello en que los dos somos inexpertos. - YoonGi limpió sus lágrimas con su mano libre.
- ¿Te duele mucho aún? - Le preguntó.
- Ya sólo un poco. - Aseguró sincero. - El médico me dio medicamentos, pero dijo que tendríamos que estar unas pocas semanas sin poder tener sexo. - Parecía molesto con ello. YoonGi sonrió por el gesto. Era un mocoso incorregible. ¿Cómo podía estar pensando en sexo ahora? ¿Estaba loco o algo así? Le había perdonado. YoonGi no se sintió aliviado del todo, pero sabía que no podían alejarse el uno del otro. No querían. Una parte de él, le decía que no era correcto, que debía dejarle, aunque le dañara ahora, para que pudiera encontrar a alguien mejor para él. Pero la sola idea de que estuviera con otro le repugnaba. Era él quien debía cuidar al omega. Era su omega. JiMin creía que los Dioses lo habían planeado así. YoonGi no era muy conocedor ni seguidor de los Dioses, pero quien era él para contradecir al experto. Se dio cuenta de que lo estaba haciendo todo al revés. Mostrándole sobre sexo y parafilias cuando debía centrarse primero en cuidarlo, mimarlo y conquistarlo. Sus almas se habían unido en una sola como si hubieran nacido así y eso había provocado que mo tuviera que conquistar a su omega. Tenía un par de semanas para hacerlo bien, al menos hasta que JiMin se curara del todo.
- Hyung. - Seguían cogidos de la mano, pero YoonGi había cerrado los ojos. Sólo soltó un gruñido para hacerle saber que estaba escuchandole. - El doctor me dio algo más y me dijo que tenía un límite de horas si quería tomármelo. - YoonGi abrió un ojo confuso. - Dijo que era muy posible que hubiera quedado embarazado durante el apareamiento. - YoonGi abrió los dos ojos y se incorporó levemente para darle toda su atención. Aquello era más que importante y su corazón latio con fuerza. - Que las probabilidades eran altas ya que ambos estabamos en celo.
- ¿Qué quieres hacer, pequeño? - YoonGi tenía una opinión muy clara de lo que él quería.
- Quería preguntarle a usted. - Dijo.
- Yo no puedo tomar esa decisión por ti. - Aseguró. No le soltó la mano en nigún momento. Aunque tuviera una opinión, no podía condicionarle.
- Ese hombre me dijo que usted me abandonaría en cuanto diera a luz a un cachorroso suyo. - Parecía enfurecido.
- Ya te lo dije, JiMin. - Intentó calmarle. A él ya no le afectaban esos comentarios, pero para JiMin era la primera vez. - Todos piensan igual sobre los tigres. Te advertí cuando te pedí que fueras mi pareja que escucharías muchas cosas como esa. ¿Recuerdas que te lo dije? - JiMin asintió.
- Pero saberlo no lo hace más fácil. - Murmuró.
- JiMin. Yo voy a estar contigo decidas lo que decidas. Si tomas la pastilla, estaré contigo. Si no la tomas y no estás embarazado, estaré contigo. Y si no la tomas y estás embarazado, permaneceré contigo y cuidaré de ti y de nuestro hijo. Nunca os abandonaría, JiMin. Ni ahora ni nunca. Yo no soy mi padre. - Quería que JiMin lo entendiera, que él no haría lo mismo que su padre hizo con su madre y con él. Pero JiMin no necesitaba que ae lo dijera, porque ya lo sabía.
- Eso ya lo sé, Hyung. Pero... - Dudó un intante. - ...no creo estar preparado para ser padre aún. Soy demasiado joven. - Argumentó. - Pero no quiero decepcionarle. Por eso quería saber su opinión. - ¿Decepcionarle? JiMin estaba rematadamente loco. YoonGi no quería ser padre ahora. No podía decir que le desagradaba la idea, tener un hijo con JiMin le haría inmensamente dichoso. Ver su vientre crecer, mimarle como se merecía, cumplir todos sus caprichos y tener un hermoso cachorro fruto de su unión. Pero no estaba ni remotamente preparado. Sabía que su madre no les desampararía, no le faltaría de nada. Pero todas sus opiniones y pensamientos daban igual, no era decisión suya. No diría su opinión hasta que JiMin tomara la suya.
- Es tu cuerpo. Yo seré feliz con lo que tú escojas. De verdad. - Quiso darle confianza. JiMin asintió. Soltó la mano de YoonGi y cogió la pastilla de la mesilla. YoonGi bajó de la camilla, aún con la vía puesta. Estaba mareado así que se fue sosteniendo donde pudo. Debía estar a su lado. JiMin se metió la pastilla en la boca mientras su Hyung le sonreía y acariciaba su pelo. Le tendió un vaso de agua para que pudiera tragarla. Y le besó la frente cuando lo hizo. - Mi omega es el más valiente. - Dijo orgulloso y el tanuki sonrió.
- ¿Está bien con mi decisión, Hyung? - Necesitaba saberlo.
- Yo habría hecho lo mismo. - Le aseguró. - Creo que es lo correcto. Pero, ¿entiendes por qué, a pesar de ser también hijo mío, no podía condicionarte? - JiMin asintió.
- No estaría bien tener un hijo que no es deseado ni cuando no se está preparado. Es irresponsable. - Respondió.
- Es justo eso, JiMin. - YoonGi lo sabía mejor que nadie. Él había sido un hijo no deseado. Su madre había destrozado su mente, su economía y su cuerpo al practicarse varios abortos antes de tenerle a él. Su padre continuó forzándola hasta que, por agotamiento y porque no tenía otra opción, le tuvo a él. Su madre, sin embargo, siempre le amó. Ella no le había dicho nada de eso, por supuesto. Pero hacía ya años que alguien se lo había contado y había encontrado los partes médicos y psicológicos que lo confirmaban. - Duerme. Debes descansar. - Le dijo acariciando su mejilla dulcemente. - JiMin le sonrió y se acurrucó entre las sábana.
- Usted también debe volver a su cama. - Le dijo somnoliento. - No crea que no me he dado cuenta de que está mareado. - No podía mentirle. Se daba cuenta de todo.
Iba a irse a la cama cuando la puerta se abrió despacio dejando ver a un JungKook con un café y una cara de sorpresa y enfado.
- ¡Hyung! - Le gritó despertando a Jin. - ¿Qué rayos hace levantado?
- Por los Dioses, YoonGi. - Dijo aún asustado. - Vuelve a la cama. Que estás haciendo ahí con medio culo al descubierto.

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