La segunda actividad fue una gyncana bastante divertida. Tiro con arco, pruebas de obstáculos, carreras de sacos, juegos de memoria...
En la prueba de obstáculos terminaron rebozandose por el suelo y escalando por redes. Incluso tuvieron que atravesar un río. El objetivo era ayudarse unos a otros y llegar todos juntos a la meta. Fue bastante divertido, pero también cansado.
- ¿Estás bien, YoonGi? - Le preguntaba Jin de cuando en cuando.
- Sí. - Aseguró. - Aunque estoy empezando a sentirme un poco mareado por tomar tantos supresores.
- Los días que se toman medicamentos, incluidos los supresores, deben ser días tranquilos y tú ya te has sobreexcedido. - Opinó Jin. - Ahora que hemos acabado la actividad vamos a hacer una charla y una puesta en común sobre algunas cosas. Se alargará hasta la hora de cenar. Sería mejor que tú te vuelvas a descansar a la cabaña mientras tanto. - YoonGi asintió. No quería encontrarse peor.
- Hyung. - Llamó JiMin a Jin.
- ¿Qué pasa, pequeño? ¿Aún sientes el estómago revuelto? - Le preguntó el omega mayor y el menor asintió. - Estaba mejor durante la gyncana, pero ahora que hemos parado ha vuelto.
- ¿Cómo que revuelto? - Quiso saber YoonGi.
- Al finalizar la comida... algo me ha debido sentar mal. - Aseguró.
- Llevatelo y descansad hasta la hora de la cena, YoonGi. - El tigre asintió y le tendió la mano a su pareja. Ya les habían dicho a sus amigos que estaban juntos, si el resto de compañeros se enteraban no le importaba. De hecho, era mejor, así ningún alfa se acercaría a su omega.
- Vamos, mocoso. - JiMin cogió su mano contento de hacerlo.
- ¿Se encuentra usted mal, Hyung? - YoonGi negó.
- Sólo siento la cabeza pesada. - Aseguró.
- No se preocupe, Hyung. - Yo cuidaré de usted. - YoonGi pasó su brazo por la cintura de su pequeño y le apretujó contra él.
- Lo estoy deseando. - Le sonrió haciendo que JiMin se pusiera colorado.Estuvieron coqueteando todo el camino a la cabaña. YoonGi notó como su celo se volía a apoderar de él un poco, pero no quería cortar el momento. Tendría que usar una dosis más de supresores al llegar a la cabaña, pero ya contaba con ello.
- ¿Puedo descansar con usted, Hyung? - Preguntó el tanuki al llegar a la cabaña. El tigre de YoonGi estaba rugiendo de deseo por dentro, suplicándole a YoonGi desesperadamente que accediera, pero no se dejaría convencer. No mientras tuviera sus supresores.
- Sabes que me encantaría, pequeño. Pero estoy en celo y no me fio de mi tigre. - JiMin hizo un puchero, pero lo aceptó. - ¿Cómo está tu estómago? ¿Mejor? - Él negó.
- La verdad es que no, Hyung. - Colocó la mano en su tripa. - De hecho se siente peor. Duele más. - YoonGi dejó a un lado la mochila, de donde iba a sacar sus supresores y se acercó a su omega para intemtar reconfortalo. Colocó su mano encima de la de JiMin y le acercó un poco poniendo la otra en su cintura. Apartó con suavidad la mano de JiMin y frotó la tripa y el vientre del tanuki, asegurándose siempre de que él estuviera de acuerdo. Como siempre, JiMin no le apartó sino que se complació por el gesto de su alfa.
- Sigue resultándome raro. - Confesó hipnotizado.
- Yo lo siento natural, Hyung.
- Lo sé. Yo también, pequeño. Eso es lo que me resulta más raro. - Dijo sonriente. Besó su nariz con cariño. Sabía que si besaba sus labios no se detendrían en un dulce pico, pues su tigre ya estaba haciendo de las suyas. Fue a buscar sus supresores. Su vientre empezaba a doler bastante. Abrió la mochila y los buscó. Abrió todos los bolsillos sin encontrarlos. Vació la mochila sobre la cama. No los encontraba. Empezó a sentirse ansioso. ¿Cómo era posible que no estuviesen allí? Intentó calmarse y hacer memoria. Recordó haber lanzado la mochila sin miramientos cuando habían tenido que cruzar el río, se debían haber caído en ese momento. ¿Qué haría ahora?A JiMin le estaba doliendo la tripa cada vez más. Sería mejor irse a dormir.
- ¡JiMin! - Oyó la voz desesperada del tigre. Parecía realmente agitado. - ¡JiMin, ven! - El omega corrió a la otra habitación.
- ¿Esta bien, Hyung? - Le vio apoyado en la pared con las manos enredadas en su cabello. Respiraba con dificultad. JiMin se acercó con cuidado. - ¿Hyung? ¿Qué ocurre?
- JiMin, vete de la cabaña y cierra por fuera. - Habló jadeando. - La llave está en la encimera. Ve a por los profesores y diles que he perdido los supresores. - JiMin miró todas las cosas esparcidas por la cama. Oyó a YoonGi gemir de preocupación y ponerse en cuclillas apretado contra la esquina. Parecía asustado. - Ve. - Le pidió.
- Hyung... - Susurró. - No puedo dejarle aquí así solo.
- JiMin, sal de aquí. - Sonaba realmente angustiado por la situación. - Por favor. - Suplicó.
- No, Hyung. - Dijo con firmeza. YoonGi levantó la mirada confundido. Vio como JiMin cerraba la puerta de la habitación y le ponía el cerrojo.
- JiMin, ¿qué haces? - De pronto, el tigre aspiró el olor de JiMin más fuerte de lo habitual. No era sólo que él lo sintiera por estar en celo, era algo más que hacía a su animal interior saltar emocionado. Vio a JiMin llevarse la mano a su vientre y poner gesto de dolor. Entonces lo entendió. No le había sentado mal la comida, esta entrando en celo. - Vete a la otra habitación ahora mismo. - Le ordenó con firmeza. Quería protegerle antes de perder el control definitivamente.
- N-No. - Tartamudeó. Hacía bastante que no tartamudeaba frente a él. - Usted me acompañó en mi celo. Me ayudó cuando yo le necesitaba más. Déjeme ayudarle.
- JiMin, no sabes lo que estás haciendo. - Aseguró. - Estás en celo. Ve a tu cuarto. - YoonGi hizo un gesto de dolor y abrazó su propio vientre. JiMin se acercó a él despacio. No le importó si el dolor de su vientre era el celo, pero no podía dejar a su alfa así, sufriendo. - No te acerques. - No podía hablar normal, parecía estar ahogándose. - No podré controlarme si nuestros celos están sincronizados.
- No se preocupe, Hyung. - Se terminó de acercar a él y se inclinó a su lado. - No tiene que controlarse. - Le aseguró. Cogió su muñeca con delicadeza y le hizo mirarle. - Está bien, Hyung. - Ambos animales saltaban de excitación. JiMin no parecía tener la más mínima intención de controlarse.
- No sabes lo que estás diciendo. Tienes que apartarte de mí. - Sabía que no le quedaba nada para dejarse controlar por su tigre. Sabía que su omega quería ayudarle, pero inconscientemente estaba desesperado por aparearse. - No quiero hacerte daño.
- Usted jamás me haría daño, Hyung. - Le recordó. YoonGi tenía lágrimas cayendo por sus mejillas. Respiraba con dificultad y tenía miedo de tener un ataque de pánico. Hacía varios años que no tenía ninguno, pero los recordaba como si los hubiera tenido ayer. JiMin se le acercó peligrosamente y le acarició la mejilla. - Cálmese, Hyung. - Intentó respirar con más tranquilidad. Frotó a el pecho del alfa, y luego su cuello. Se acercó más a él y le besó con suavidad.
- JiMin. - Sollozó YoonGi. - No puedo hacerlo. - Estaba temblando, pero no se apartó. Su cuerpo ya no le respondía, no le pertenecía. - No así. - El mismo JiMin ya estaba fuera de sí y no le escuchaba. Le besó con fuerza aferrándose a su cuello. El tigre gruñó complacido. YoonGi perdió su batalla interna. No había marcha atrás.VOTA Y COMENTA!!!!!
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Like Cats and Dogs. |YoonMin| |Omegaverse|
FanficLa sociedad está dividida entre aquellos que intentan demostrar que la convivencia entre felinos y cánidos es posible. Para ello, jóvenes híbridos, alfas y omegas de distintas especies, descendientes de las familias más influyentes del país se conce...