Los heroes que no esperas

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Perfecto. Llevaba media mañana en el nuevo instituto y ya le odiaba media clase a pesar de ser quien era. Que más daba. A la mierda. Ya no había nada que pudiera perder. Su estrategia frente a la vida hasta ahora siempre había sido ser amable con todos y todos serán amables contigo. Cambió de estrategia ese día. Imitaría al tigre. La estrategia de YoonGi no era la mejor para hacer amigos, pero si para que le dejaran en paz a la larga. Iría al patio y se tumbaría en un lugar apartado del césped con los auriculares puestos. Eso sería fácil. Pero antes al baño.
Hablaba consigo mismo en su cabeza pensando el siguiente paso hasta que llegara el día de no tener que pensar demasiado. Entró al baño y se encontró una escena inesperada. ¿Por qué no podía tener un primer día tranquilo? Tres alumnos, que parecían de un curso menor del de HoSeok, acosaban a otro aún más joven. De hecho, por su altura y apariencia podrían haberle confundido con un niño, pero estaba claro que estaba presentado. Tres alfas abordando de manera sucia y lasciva a un omega que no parecía hacer nada para evitarlo. Uno de ellos le acariciaba mientras mantenía su rostro en el cuello del omega, aspirando su aroma y haciéndole vete tú a saber que perversidad. Mientras, los otros dos alfas miraban y se burlaban. El chico mantenía una expresión neutra, casi inmutable a pesar de los toqueteos. Pero no podía ocultar el olor a miedo que desprendía y que se mezclaba con su salado aroma a almendras tostadas. No muy del gusto de HoSeok pero agradable. Su gesto se perturvó levemente cuando el alfa le presionó la entrepierna con el muslo. Puesto que no parecían haberse percatado de su entrada, HoSeok carraspeó interrumpiendo, haciendo que todos le miraran molestos. Menos el omega, que le observó muy sorprendido. Ahora parecía aún más asustado al verle.
- ¿No ves que estamos ocupados? - Dijo uno de ellos. - ¡Lárgate!
- Es una baño colectivo. - Señaló él. - No veo porque debería irme.
- ¿Eres estúpido o que te pasa? - Preguntó otro. HoSeok suspiró. No había planeado meterse en aquello. Pero no podía ser tan despiadado como para dejar a aquel joven asustado allí desamparado. Quizá debería irse y avisar a un profesor, eso habría sido lo correcto. Pero no era su forma de actuar. No soportaría que esos inútiles intentaran subirsele a la espalda y pisotearle. Acabaría con su soberbia de raíz. Además, algo en el rostro de aquel pequeño omega le llamaba la atención. Le era familiar, conocido. Tenía la sensación de haber visto antes aquellos ojos, pero nunca con una expresión como aquella. Y sentía ganas de ayudarlo.
- ¿Por qué no os meteis con alguien de vuestro rango y tamaño? - Propuso.
- ¿Alguien como tú? ¿Nos estás retando? - HoSeok casi se echa a reír.
- ¿Crees que eres de mi rango y tamaño? - Se carcajeó en su cara. - Si que tienes una autoestima grande. - Aseguró. Los tres alfas se colocaron mirando a HoSeok entre el omega y él. Por lo menos la atención ya no se centraba en el omega y, si era un poco listo, podría escapar de allí en breves. - Un sucio lobo rastrero como tú no se puede comparar a un gran lobo gris como yo. - Sus ojos brillaron a su orden. HoSeok estaba completamente tranquilo. - No tienes idea de lo insignificante que eres para mí. - Los rangos no le importaban una mierda a HoSeok. Pero los usaría contra alguien como aquellos tipos, que eran capaces de atormentar a un indefenso omega de esa forma.
- Vaya. El lobo quiere morir. - Anunció el tercero que parecía divertido con todo aquello. - ¿Acaso no ves que somos tres y tú sólo uno?
- Si me dieran un centavo por las veces que me han dicho eso y han salido escaldados. - Comentó en voz alta para sí mismo. El primero no esperó más y se lanzó contra él. Sintió al omega contener la respiración. Estaba bloqueado cuando debía huir. HoSeok, realmente no quería pelear, así que, lo dio todo a un golpe. Destrozó la mandíbula del tipo de un puñetazo que lo lanzó contra la pared. Al menos así, los otros dos estaban más conscientes de a quien se estaban enfrentando. El chico estaba tirado en el suelo con la mano en la mandíbula, no gritaba por miedo a sentir aún más dolor. Uno de sus compañeros le socorrió. El tercero, que era el que parecía el "jefecito" de la estúpida pandilla y que era al que había encontrado con la cabeza metida en el cuello del omega, hizo un movimiento inesperado. Sacó una navaja del bolsillo, se colocó detrás del omega y le puso la navaja contra el cuello. Este abrió mucho los ojos asustado. HoSeok hizo lo imposible por mantenerse firme.
- O te vas o lo desangro. - Aseguró. Pero ese idiota no tenía intención de matar a nadie. HoSeok lo veía en su mirada, no era más que un crío desviado del camino. HoSeok había visto los ojos de un psicópata antes, los veía cada vez que había ido a El Callejón con YoonGi. No le haría daño al omega. Se acercó con paso seguro aunque lento. Los movimientos bruscos no eran apropiados. Si se asustaba podía ocurrir una desgracia. - No des un paso más. - Los otros dos alfa le miraban desconcertados. HoSeok levantó la mano hasta la altura de la navaja y la cogió por el filo. El propio agresor se espantó. No hacía más que unas pocas horas desde que HoSeok había tenido intención de cortarse por razones propias. No le daba miedo hacerlo por ese motivo. Se miraban fijamente, pero cuando la sangre empezó a gotear de su mano cerrada, el otro alfa soltó la navaja y se echó hacia atrás hasta toparse con la pared. La mirada del lobo gris empezó a dar miedo.
- Fuera de aquí. - La voz de HoSeok sonó firme pero oscura. Los tres alfas salieron corriendo de allí, como si huyeran de un monstruo.
Cuando se fueron, HoSeok respiró profundo y acortó la distancia con el omega, que se retiró un paso atrás.
- No tengas miedo. - No sabía si su voz le convencería, tampoco le importaba demasiado. Alargó su mano sana hasta el cuello del omega y le hizo girarlo un par de veces comprobando que no tenía ningún daño. El omega estaba completamente quieto. - No tienes ningún corte ni nada. - Aseguró. Dobló la navaja que aún estaba en su mano ensangrentada y la tiró a la basura del baño. Luego se lavó la herida en el lavabo dejando correr el agua para limpiar la sangre. El omega se le acercó finalmente muy despacio.
- Gra...gracias. - Pronunció. Ahora entendía lo que quería decir YoonGi con que odiada que la gente tartamudeara a su alrededor.
- No tiene importancia. - Aseguró sin mirarle.
- Nadie me había ayudado antes. - Comentó. ¿Hacía cuanto tiempo que esos tipos le torturaban de esa forma? Pero HoSeok no dijo nada. - Tu mano... - Dijo acercándose y cogiendo la muñeca del alfa para ayudarle a curarse. Pero HoSeok no quería su ayuda y apartó la mano del omega.
- No necesito tu ayuda. - Se dio cuenta de que no soportaba que otro omega que no fuera TaeHyung, acaso JiMin o Jin, le tocara. - Vete de aquí. No vayan a volver con refuerzos. - HoSeok no confiaba en que volviesen pero quería deshacerse de él. El omega le obedeció cabizbajo y se dirigió a la salida. - Y la próxima vez... - Habló el alfa. - ...al menos intenta defenderte. - Gruñó. TaeHyung también solía cohibirse ante ese tipo de acoso, pero al menos había intentado resistirse a ellos.
- ¿Debería? - Preguntó de repente. Aquello sorprendió a HoSeok pero aún así no le miró. - Mi padre dice que debo ser complaciente con los alfas, aunque sea doloroso. - HoSeok se detuvo. - Que mi deber es obedecer a mi alfa y darle cachorros cuando me case. - ¿Qué clase de padre le decía eso a su hijo? Respiró despacio. Qué podía decir él.
- Los padres no siempre saben lo que nos conviene. - Señaló molesto consigo mismo. - Pues obedece y largate. Ya casi es hora de entrar en clase. - Dijo aún sin levantar la cabeza. Y el omega se marchó. Chasqueó la lengua. ¿Cuándo había cogido esa costumbre del tigre de chasquear la lengua cuando estaba molesto? Observó su herida una vez más. No dejaría de sangrar por mucho que la lavase. Iría a la enfermería.

Like Cats and Dogs. |YoonMin| |Omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora