Ira de alfas

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- Voy a matar a ese hijo de puta. - Ladró HoSeok levantándose.
- No, Hyung. - Suplicó TaeHyung con lágrimas aún en su rostro, tirándo de la manga del lobo. - No se meta en problemas por mí.  - La sangre del alfa hervía de ira, pero en ese instante, el omega le necesitaba más a él de lo que necesitaba la venganza. Volvió a sentarse mientras tiraba del gato hacia él y le abrazaba, manteniéndolo en su regazo. El aroma del uno calmaba al otro.
- Nos encargaremos de él más tarde. - Anunció YoonGi quien, por supuesto, tampoco iba a dejarlo pasar. Como acto reflejo, abrazó a JiMin por la cintura con instinto protector, tal y como NamJoon había hecho con Jin al darse cuenta de lo que había sucedido, y echó un vistazo a su hermano menor. Conocía demasiado bien a JungKook, él no se sentiría intimidado o inseguro sabiendo que a TaeHyung le había pegado un alfa del instituto. El cachorro de tigre estaba enfurecido como los otros alfas del grupo.
- ¿Qué te ha hecho? - Habló con odio. TaeHyung lloró de alivio, regocijado por el calor y la presencia del alfa. - Ya. Cálmate. Dime qué te hizo ese desgraciado. - Le apretó con fuerza contra su pecho. - Dime que... que no te... - Se atrevió a decir a duras penas.
- No, Hyung. - Calmó rápidamente al lobo.

Flashback. El día antes...

TaeHyung, Yun y sus cuatro amigos se juntaron nada más salir del instituto. Yun pasó toda la tarde cortejando y coqueteando con el gato. TaeHyung lo pasaba bien, pero no terminaban de gustarle las atenciones del alfa. Le resultaba demasiado repelente, sobón y sucio. Él nunca podría compararse con alguien como HoSeok. A pesar de lo mal que se había portado el lobo con él esa mañana, este había pasado carios años cuidándole y aceptando y adorando sus locuras de omega desbaratado. No entendía que le ocurría ahora, pero Yun no podía compararse a él. A pesar de todo, TaeHyung, Yun y sus amigos disfeutaron de una buena tarde.
- Está oscureciendo. - Dijo Yun mientras jugaban con el balón. - Pronto no se verá nada y hará frío. ¿Queréis venir a mi casa, encargamos comida y vemos una película? - Era un plan perfecto para cualquiera así que no hubo discursiones.
La casa de Yun no era ni la mitad que la de TaeHyung, pero parecía acogedora.
- Mis padres no están. - Informó. - Dejad los abrigos y eso aquí en el recibidor. Veremos la película en el salón. - Todos le hicieron caso. - Subid a mi habitación un momento. Quiero enseñaros algo. - TaeHyung siguió a los demás hasta la planta de arriba.
- ¿Qué es lo que querías enseñarnos? - Preguntó el gato cuando ya estaban todos dentro de la habitación. Yun le abrazó por la espalda.
- Acabo de recordar... - Comenzó. - ... que me debes algo, TaeHyung. - El gato le miró confundido sin saber a que se refería.
- Le prometiste que le darías algo a Yun. - Dijo otro de los chakales.
- Una bonita foto. Si no recuerdo mal. - Añadió un tercero. Entonces lo entendió y tragó fuerte. Se lo había contado a todos ellos y todos sabían porque estaban allí. Había sido un montaje.
- Es una pena que ese lobo idiota no te haga ningún caso. - Comentó Yun. - Pero eso no anula nuestro trato. TaeHyung tembló. ¿Trato? Ese no era el trato.
- Parecías muy dispuesto hablando por los mensajes de móvil. - Dijo uno de ellos acercándose al gato asustado. - ¿No faltarás a tú palabra ahora?
- Eso no... - Miró a Yn. ¿Cómo había podido planear una encerrona como esa?
- Nosotros podemos hacerte todas las fotos que quieras, precioso. - Uno por uno empezaron a acercarse a él, acariando sus brazos, su rostro de modelo. - Pero, ¿no creéis que lleva demasiada ropa, chicos? - TaeHyung se encogió. Se sintió pequeño y más débil que nunca. Bajó la cabeza aterrorizado, completamente bloqueado.
- No, por favor. - Su voz sonó débil cuando uno de los chacales se acercó a su cuello y lo lamió. En un primer intento leve se revolvió al sentir la lengua del alfa en su piel.
- No te resistas. - Dijo este agarrandole de los brazos. - Los omegas han de mostrar sumisión a los alfas. - El gato estaba cada vez más nervioso. Tenía que salir de allí. Miró a Yun de nuevo, pensando quizá se apiadiaría de él.
- No me mires con esa cara de corderito inocente, que no lo eres, TaeHyung. - Aseguró friamente. - Además, ¿no es esto lo que más debería querer un omega? Un grupo de alfas dispuestos a complacerle. - TaeHyung gimió de puro terror.
- Deja que te ayudemos, gatito lindo. - Habló uno de ellos llevando sus manos al botón del pantalón de TaeHyung y desabrochándolo. Aquello estaba mal.
- Suéltame. - Dijo quitándose de encima las manos del alfa. Yun le sugetó con más fuerza y el gato empezó a removerse histérico. - ¡Qué me sueltes, Yun! - Gritó agitándose con todas sus fuerzas intentando escapar.
- ¡Cállate! - Bramó uno. El puñetazo que le propinó para que callara, le tiró al suelo. TaeHyung lloró. No tenía escapatoria. Y no tenía fuerzas ni instinto para pelear y salir de allí.
- Hyung... - Se oyó la voz del gato quebrarse.
- Él no está aquí. Y si estuviera no te haría caso. - Dijo Yun levantándole bruscamente. - Relajate gatito. Lo vas a disfrutar.
- ¡Yunnie! - Se oyó una voz de mujer en el piso de abajo. - ¿Estás en casa, hijo?
- Mierda. - Gruñó el chakal. - Es mi madre. No debería haber vuelto tan pronto. - Aseguró. Cogió a TaeHyung por el cuello. - Ya ajustaremos cuentas otro día, precioso. Ahora lárgate. - Y así lo hizo sin pestañear. Salió corriendo de la casa y se fue a la suya queriendo que sus padres estuvieran para consolarle, ya que había perdido el consuelo de HoSeok. Pero, como de costumbre, sus padres no estaban, y se fue a dormir ahogado en llanto.

Esperaron a que sonara la campana de finalización de las clases y salieron disparados a la puerta del instituto. Les esperarían allí. Fue una suerte que el curso de TaeHyung fuera el último en salir. Vieron a JiMin y a TaeHyung salir juntos, como siempre. Y el grupo de los cinco chakales les seguía de cerca, les miraban y se reían entre ellos. Los dos omegas andaban deprisa. JungKook veía la escena junto a los tres alfas y a todos les hervía la sangre.
- ¿Puedo matarles ya? Me dan demasiado asco. - Aseguró.
- Tú tienes que quedarte aquí, cachorro. - Le dijo YoonGi, pero no sonó como una orden.
- Sabes que no lo haré. - Respondió.
- Ya lo sé, pero es mi deber decirlo. - Anunció. - Eres más rápido y seguramente más fuerte que esos alfas de pequeño tamaño. Sólo ten cuidado. Y si es demasiado para ti, te largas. Nosotros nos bastamos de sobra, no te hagas el heroe. - Eso le gustó más.
- Está bien, Hyung.
- No andes tan deprisa, TaeHyung. - Le oyeron decir a Yun. - ¿No quieres terminar lo que empezamos ayer? - El alfa se paró en seco cuando vio al grupo esperándole. JiMin tiró de TaeHyung y corrieron a esconderse tras los alfas. JiMin se agarró de la camiseta de YoonGi.
- Tú quédate aquí cuidando de TaeHyung. - Le ordenó y avanzó junto a los demás, acercándose a los chacales.
- Tened cuidado. - Murmuró.
- Somos uno más. - Dijo Yun. - Y además, uno de vosotros es un omega sin prensentar. - Observó. - Qué penoso, no me hagáis reír.
- ¿Sólo sois cinco? - Habló NamJoon, que había dejado a un lado su sentido diplomático. La violencia es una mierda, pero funciona. - No vamos a tener ni para calentar con vosotros.
- De hecho, seguramente, cualquiera de nosotros podría con todos. - Argumentó YoonGi. - Pero, puesto que todos queremos venganza... - Sonrió sádicamente.
- Hacía bastante que no me metía en una pelea. - Sonrió JungKook. HoSeok no dijo nada, pero fue el primero en lanzarse a atacar. El resto le siguieron sin dudar. Había mucho sobre ese grupo que los chacales no sabía. Incluso, ni si quiera JiMin, sabía toda la vida de sus amigos aún. Así que no entendió como es que esos cuatro lucharan tan bien y tan coordinados entre ellos sin ni si quiera hablar.

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Like Cats and Dogs. |YoonMin| |Omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora