No hay calma antes de la tormenta

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Aquella tarde, JungKook salió del instituto y se encaminó al apartamento de... ¿su novio?...¿el chico con el que estaba saliendo?... ¿el chico al que estaba conociendo? No sabía como definirlo. YuGyeom. Iba al apartamento de YuGyeom. La noche anterior habían quedado en hablar de su situación tranquilamente por la mañana, pero claro, no habían recordado, en ese momento, que por la mañana tenían que ir al instituto. Su padre era el director, se enteraría de que no había ido y le montarían una bronca. Así que habían quedado en hablar después de de las clases. Su instituto estaba bastante lejos de la casa de YuGyeom, así que el perro llegaría varios minutos antes al apartamento. Y mientras se apresuraba para coger el autobús, JungKook pensaba en la breve conversación que habían podido tener esa mañana. Los dos querían ser algo más, pero se sentían torpes. Ambos pensaban que lo mejor para ellos sería empezar de cero e ir despacio. Pero tampoco resultaría fácil por dos sencillas razones. La primera, que ya se habían acostado, por lo que ir "despacio" era difícil para los dos. No querían precipitar las cosas, querían afianzar su relación antes de meterse de nuevo en la cama, por miedo a que se basara sólo en eso. La segunda, que ya se conocían y mucho. O al menos, conocían mucho de ellos hasta hace unos años, pero la mayoría de su carácter era el mismo. Ellos eran los mismos, la gente no cambia fácilmente, así que empezar de cero, también parecía un eufemismo. Además, estaba el problema del trabajo de YuGyeom. JungKook no había querido sacar el tema por la mañana, pero sabía que debía enfrentarse a ello tarde o temprano. No le era para nada agradable saber que el trabajo de su novio era prostituto y que cada vez que salía de casa para ir a trabajar se acostaría con cualquiera que pagara por sus servicios. Pero el omega parecía empeñado en que ese era el único trabajo que reunía las condiciones para mantener a su familia, a sí mismo y poder seguir llevando a cabo sus estudios. Sin embargo, JungKook tenía algo en mente que ofrecerle. Fue al apartamento y subió sin tener que llamar al telefonillo porque coincidió con un vecino que le abrió la puerta. Le daba vueltas a la cabeza preguntándose cual sería la mejor forma de sacar el tema sin discutir, mientras subía por el ascensor. Cuando llegó a unos pasos de la puerta, algo le sorprendió. Estaba ligeramente abierta. ¿Por qué?

- ¿YuGyeom? - Preguntó empujando la puerta un poco para poder entrar. Vio que muchas cosas estaban tiradas por el suelo y rotas. La lampara de mesa hecha añicos. Sus libros y revistas esparcidas por el suelo. Una silla patas arriba. ¿Qué era todo aquello? - ¡YuGyeom! - Gritó.

- ¿Kookie? - Oyó la voz débil y lejana del omega. El lugar no era muy grande, así que supo inmediatamente que venía del baño. Se precipitó contra la puerta pero esta no habría.

- Abre la puerta. - Le pidió con voz apresurada pero no muy enérgica. Pues no quería asustarle. La puerta se abrió, el tigre vio el rostro del muchacho y apretó los dientes. - ¿Quién ha sido? - Preguntó furioso. Tenía el labio partido, nada más. Pero lo que hacía que JungKook se enojara demasiado es que YuGyeom estaba llorando. Se abrazó a él buscando refugio en el alfa.

- Uno... - Sorbió su llanto. - Uno de mis clientes. - Admitió. JungKook se sintió realmente furioso y apretó al omega más fuertemente contra sí. - Me llamó... - Su voz salía difícilmente y JungKook le separó un poco y le miró a los ojos. 

- Cálmate. - Pronunció limpiando sus lágrimas con los pulgares. - Ya estoy aquí. No voy a dejar que te pase nada. Intentó respirar y calmarse. 

- Me llamó diciéndome que quería volver a verme. - Comenzó frotándose los ojitos. - Le dije que iba a dejar de llevar a cabo ese tipo de servicios y... - ¿Iba a dejarlo? JungKook quiso dar botes de alegría por ello, pero no era el momento.

- ¿Y qué...? - Le instó a seguir.

- Se enfadó mucho por teléfono y colgó. No se como en pocos minutos se presentó aquí muy furioso. Rompió la cerradura de la puerta y entró. - Me destrozó la casa y me dio un puñetazo. Pero me puse a gritar, se asustó de que los vecino se alertaran y huyó. Intentó... -  Bajó la cabeza y JungKook sintió su sangre hervir. - Aún siento sus asquerosas manos por todo mi cuerpo. - Sollozó. JungKook le abrazó de nuevo y le acarició el pelo. - Me siento sucio. - Luego se dio la vuelta para mirar la puerta del apartamento aún entreabierta. Se separó lentamente de YuGyeom y se dirigió a ella. - No... - Pronunció el perro. JungKook se sintió tentado de salir corriendo a buscar al desgraciado que había agredido y asustado a su... a YuGyeom. Apretó los dientes y cerró la puerta. No podía dejarle solo. Volvió hasta el omega y, sin dudarlo ni vergüenza, le tomó en brazos y le llevó hasta el baño.
- Vamos a quitar esa sensación de tu cuerpo. - Le dejó sentado sobre la encimera del lavabo y abrió los grifos. - Dúchate. Te sentirás mejor. - Y dicho esto se dirigió a la puerta del baño para dejarle solo y darle privacidad, pero se detuvo al oír al perro gemir angustiado. - Estaré al otro lado de la puerta.
- Báñate conmigo. - Pidió temeroso.
- No puedo estar dentro si te desnudas. No puedes dejar que vea tu vientre, ¿recuerdas? - Le dijo con cariño.
- Lo sé... pero... - No quería quedarse sólo.
- Te traeré un cobertor. Espera aquí. - Así lo hizo. Encontró un cobertor en un cajón de su habitación y se lo entregó. Esperó fuera a que se lo colocara y luego los dos entraron en la ducha. YuGyeom se sintió, desde hace mucho tiempo, apreciado, valido para alguien. JungKook le mimó lavándole cuidadosamente sin segundas intenciones. Le lavó el cabello con cuidado de que no le entrara jabón en los ojos. Le frotó la espalda, los brazos y las piernas. Cuidó de él, porque lo necesitaba.
- Debes pensar que soy asqueroso. - Pronunció cabizbajo mientras el tigre cogía la alcachofa de la ducha para aclararle. Se sorprendió por esa declaración. Le tomó de la barbilla y le alzó el rostro para que le mirara.
- ¿Tengo cara de que me des asco? - Preguntó casi ofendido. Dio un paso hacia él en la estrecha ducha y estampó sus labios contra los suyos. - Eres hermoso. - Aseguró. - No me importa por lo que hayas pasado. Ni las manos que hayan tocado tu cuerpo. No voy a negar que quiero que dejes ese trabajo. Pero nada ni nadie podrá hacerme creer que no eres merecedor de lo que siento por ti. Sea lo que sea el sentimiento que está creciendo dentro de mí ahora.
- Quiero dejarlo. - Afirmó. - Claro que quiero. Y no sólo por ti. - Pero... ¿qué haré? No quiero vivir de la caridad.
- He estado pensando en ello. Le he preguntado a mi madre. - Comentó el alfa. - Estaría encantada de darte un trabajo en su empresa por las tardes. Si lo quieres. - El omega abrió mucho los ojos. - Entrarías como aprendiz, claro. Pero mi madre ha dicho que estaría dispuesta a pagarte un sueldo superior al que te correspondería por... circunstancias especiales. - Le sonrió. - Así lo ha llamado ella. - YuGyeom no sabía que decir. - ¿Qué opinas? ¿Eso te parecería bien?
- ¿De verdad haríais eso por mí? - JungKook torció el cuello confundido por su pregunta.
- Dijimos de empezar de cero para conocernos mejor como pareja. - Argumentó JungKook. - Pero sigues siendo mi amigo de la infancia. ¿Cómo no íbamos a hacer por ti algo tan nimio como esto? Te sorprendería lo que soy capaz de hacer por mi familia.

Like Cats and Dogs. |YoonMin| |Omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora