Se despidió de YoonGi y HoSeok de forma apresurada y salió coorriendo de clase hasta llegar a la enfermería. Cuando le vio se acercó por detrás y le abrazó por la espalda. Fue sigiloso, pero el zorro no se asustó.
- ¿Nos vamos ya? - Le preguntó al oído.
- Sé que cuando estáis en celo los alfas perdéis la cabeza, pero ¿acaso has olvidado que seguimos en la enfermería del instituto y que cualquiera puede entrar? - Dijo deshaciéndose del abrazo del alfa.
- Nadie va a entrar. - Se quejó. - ¿Te queda mucho? - Insistió.
- No. Ya pedí si hoy podía irme a la misma hora que los alumnos y me dijeron que no había problema. - NamJoon quería dar votes de alegría. - Cojo mis cosas y nos vamos.
En pocos minutos los dos estaban fuera y montándose en el coche de Jin. Todo el mundo sabía que eran casi de la misma edad y que eran amigos, así que no resultaba extraño verlos subir al mismo coche.
- ¿Quieres que pasemos a comprar algo para la cena? - Le preguntó NamJoon.
- ¿No te gusta cómo cocino? - Quiso saber fingiendo estar enfurruñado mientras conducía.
- Me encanta como cocinas, lo sabes. Pero tengo intención de dejarte muy cansado hoy como para pedirte después que cocines. - Jin no apartó los ojos de la carretera, pero NamJoon pudo ver su sonrojo. Jin era un zorro listo e independiente. Mucho más fuerte y seguro que la mayoría de omegas. Pero cuando su alfa empezaba a comportarse como tal, no podía evitar sentirse a merced de sus gestos y palabras. - A no ser que quieras que cocine yo. - Propuso.
- No, gracias. - Contestó rápidamente. - Aprecio demasiado mi vida como para querer arder por tu ineptitud.
- Esta bien. Sólo te haré arder de otra forma. - Dijo colocando su mano en el muslo de su omega. Jin se tensó.
- E...estoy conduciendo. - Su voz tembló y eso hizo que NamJoon sonriera. - Espera a llegar a casa.
- ¿Qué pasa si no puedo aguantarme, mi zorrito? - Jin tenía que detener eso o se estrellarían.
- Ahí. - Dijo aparcando repentinamente. - Voy a comprar la cena ahí. - El león miró el restaurante por la ventanilla.
- Te libras por ahora. - Dijo con una sonrisa lasciva. Jin salió del coche y se precipitó a la tienda. Debía calmarse, estába en público. Se tomó su tiempo para volver y NamJoon lo notó pero no dijo nada. Se dedicó a mirarle constantemente mientras el mayor conducía.
- NamJoon. - Empezó el omega. - Creo que... hoy no...
- ¿No quieres cruzar la línea hoy, amor? - Dijo terminando la frase. Jin asintió. - ¿Eres consciente de que siempre dices eso y, al final, siempre me pides que lo haga? - No intentaba reprocharle nada. Sólo recordarselo. El zorro se limitó a agachar la cabeza. Sabía que posiblemente cedería a su propio deseo y traspasaría la línea. - No entiendo porque me pides que no lo haga. No has de reprimirte, sólo disfrútalo. A mi me gusta tanto hacerte disfrutar. - Aseguró alargando la mano y acariciando los mechones de pelo del mayor. - Me encanta verte loco y retorcerte de deseo. Provocar tu lujuria al máximo y hacerte gemir y jadear tan alto... - Jin tragó saliva. Apretaba sus manos contra el volante intentando no temblar. - Acelera, amor. O voy a tomarte aquí mismo.En cuanto entraron en el ascensor, el alfa empujó a su pareja contra el espejo para tenerlo muy cerca. Sus labios y manos los recorrían todo, tan ansiosos que no sabían donde detenerse primero. Mientras el ascensor subía al despartamento de Jin, los dos se frotaban desesperados por quitarse la ropa. Al entrar al departamento, las prendas fueron cayendo repartidas por el suelo de la entrada y el pasillo hasta la habitación. NamJoon sacó algo de su bolsillo antes de tirar sus pantalones y lo depositó sobre la mesilla para tenerlo a mano después.
- Nam. No vamos a necesitar eso. - Dijo el omega algo tímido.
- No estoy tan descontrolado como para hacertelo sin condón, cariño. ¿De qué hablas? - Quiso saber confundido.
- He empezado a tomar anticonceptivos. - Admitió.
- ¿Por qué? - Dijo el alfa sorprendido deteniendo sus movimientos y mirando a su pareja. - Tú nunca quisiste y yo te dije que no me importaba. Descontrolarás tu ciclo de celo aún más.
- Fui al medico y me dijo que estaba bien si lo hacia. - Comentó
- ¿Fuiste al medico y no me dijiste nada? - No estaba realmente enfadado, sólo un poco decepcionado. NamJoon y Jin se lo decían todo.
- Queria darte una sorpresa.
- Cariño, te he dicho mil veces que a mi no me importa. - Replicó.
- ¡Pero a mi si! - Dijo exaltándose más de lo esperado. - Quiero sentirte plenamente cuando me tomes, NamJoon. - Empezó tímido, pero no era su intención así que cambió de estrategia radicalmente. Jin era el mayor, también sabía jugar a ese juego. - Quiero que la enormidad de mi alfa me estimule sin restricciones al penetrarme. Quiero... quiero que tus fluidos lleguen muy dentro de mi cuando te corras. - El alfa, entusiasmado por la actitud de su omega, le besó con pasión.
- Me encantas. Sigue hablando asi de sucio y hare cuanto me pidas sin dudar.
- Es vergonzoso. - Se arrepintió de repente.
- No digas tonterias se que te excita muchisimo que yo hable asi. - Aseguró mientras atacaba su cuello.
- Me gusta cuando tu lo dices. Decirlo yo no se siente igual. - Respondió Jin entre suspiros.
- Ahora veras, mi zorrito. - Habló dirigiendo una mano a la entrepiernas de su pareja. Jin sólo llevaba la camiseta puesta pues no podía dejar su vientre libremente expuesto. Ni si quiera con NamJoon. No hasta ser marcado. - Voy a follarte como nunca. Voy a incrustarme tan fuerte en ti que no vas a poder separarte. Vas a pedirme que pare de lo duro que voy a ser con tu cuerpo. - Jin sonrió. Sabía que NamJoon cumpliría y él no se lo impediría.
El omega empezó a gemir libremente cuando NamJoon metió dos dedos de golpe en él y sin piedad los movió.
- ¡Ah! Nam... Ya estoy listo. Hazlo ya. - Pidió. Ambos sabían que el zorro aún no estaba lo suficientemente abierto como para que el león entrara fácilmente. También ambos sabían porque Jin lo pedía así y el león no se negó a complacerle. Le cogió de las piernas, las elevó sin cuidado y le penetró con fuerza, más de la necesaria. Jin gemía cada vez más alto.
- Me encanta como aprietas mi pene. - Con movimientos bruscos, le giró hasta dejar al omega bocabajo, con la cadera levantada para poder seguir follándoselo aún más salvajemente, clavando sus uñas en las caderas del zorro. - Este ángulo es tan bueno, tan profundo.
- ¡Más! ¡Más fuerte, Nam! - Suplicó entre gritos de placer, con la voz tomada. - Sé más duro conmigo. - Pidió ansioso. - ¡Ah! - Gritó cuando NamJoon golpeó su nalga derecha con mucha fuerza. El alfa agarró después el miembro del omega y lo masturbó con violencia. Aún así, ponía mucho cuidado en no tocar el vientre del omega, sería un error fatal. Jin gemía sin control al ser penetrado y masturbado con tanta dureza, como a él le gustaba. Estaba por correrse, y sin poder evitarlo apretó su ano haciendo que fuera inevitable para NamJoon venirse dentro de él. Ante la acción NamJoon salió de él y le masturbó los pocos segundos que quedaban hasta que Jin acabara. Se dejó caer contra su omega recuperando el aliento. Pero su celo aún estaba presente. Tal y como lo hacían era agotador, pero, aún así, no bastaba con una sola vez, para ninguno de los dos. Jin, esa vez, fue el primero en reconocerlo.
- Nam... - Dijo restregando su cabeza en el pecho del alfa. - Quiero más. - Admitió.
- Lo sé, amor. Te dije que te follaría hasta que quedaras agotado. - Le recordó.
- No es sólo eso, Nam. - Su voz era melosa mientras buscaba atenciones de su alfa. NamJoon finalmente lo abrazó. - Quiero más. Lo quiero más duro. - Admitió.
- ¡Vaya! - Se sorprendió el león. - Creí que hoy no querías sobrepasar la línea. - Ambos sabían que Jin cedería a su propio deseo. NamJoon llevó su mano hasta la nalga que antes había golpeado, la acarició con delicadeza y luego la pellizcó con fuerza.
- Nngg... - Ahogó un gemido en el pecho de su alfa debido a la acción de este.
- Sí que estás receptivo. Creía que era yo el que estaba en celo. - Rió el león.
- Por favor. Mi león... - Volvió a suplicar.
- Ve a ponerte tu cobertor del vientre. - Dijo al fin. - Yo sacaré las cosas. - Jin salió corriendo de la cama. Cogió del cajón la tela ajustada especialmente diseñada para cubrir sólo su vientre y fue al baño a cambiarse. Cuando salió, NamJoon lo tenía todo preparado y tenía algo en su mano. - Estas son nuevas. - Observó.
- También eran una sorpresa. - Sonrió pícaro.
- No las habrás usado sin mí.
- Sabes que no puedo excitarme bien si tu no estás. No como yo quiero. - Aseguró mientras se acercaba a NamJoon y se colocaba frente a él. El león le observó con ganas de comerselo. Estaba completamente desnudo, igual que él, pero con su covertor. Sin vergüenza ni miramiento por parte de ninguno, NamJoon pellizcó los pezones de Jin hasta dejarlos bien erectos. Para Jin era agradable, pero suave para su gusto. NamJoon volvió a agarrar el objeto sin estrenar.
- Estas pinzas para pezones parece fuertes. - Se pilló el dedo con ellas antes de colocarselas a su omega. - ¡Auch! - Se quejó. Jin se mostró aún más ansioso por usarlas al ver la reacción de su alfa.
- Rápido Nam... - Se impacientó.
- ¿Cuál es tu palabra de seguridad? - Preguntó como cada vez antes de empezar con una de las sesiones de su parafilia.
- Mango. - Aseguró sin dudar.
- Bien. - Sin más miramientos colocó una de las pinzas en uno de sus pezones. Jin apretó los dientes. Dolía pero podía aguantarlo. Luego NamJoon colocó la otra. Jugó un poco con ellas y Jin gimió complacido. Dejó que su alfa le rodeara y le observara mientras sentía las pinzas apretar sus pezones cruelmente. Le encantaba. NamJoon se agachó y sin sacar sus colmillos le mordió.
- ¡Ah! ¡Sí! - Gritó el omega. NamJoon se separó y observó la marca, la cual creaba un cuadro perfecto junto al resto de diversas marcas del cuerpo de su omega. Las conocía todas, pues todas las había hecho él en sesiones anteriores. Unas más borradas que otras, pero nunca permanentes. Para él era como pintar un lienzo una y otra vez. Un lienzo que sólo él veía.
El alfa se acercó a la caja que había sacado del armario y de la que había sacado las pinzas.
- ¿Cómo podría complacer a mi zorrito hoy? - Se preguntó en voz alta a sí mismo. Rebuscó y sacó algo de la caja. - Es mejor si apoyas tus manos en la mesa, amor. - Le propuso con cariño. Jin lo hizo, pero no había sido una orden. Esa parafilia suya era distinta de la de YoonGi. NamJoon puso sus manos en las caderas de su omega y tiró de ellas para colocarle adecuadamente, con el trasero un poco hacia fuera. - Bien. - Dijo acariciando una de las nalgas con la pala que había cogido de la caja. - Serán 10 para empezar. - Jin hizo un ruido de disconformidad. - Vale. Serán 15 golpes para empezar. ¿Contarás en voz alta? - Jin asintió sonriente. El león se tomó su tiempo para el primer golpe, aumentando la ansiedad de Jin. Cuando golpeó por primera vez con la pala en la nalga de su omega no lo hizo con nada de fuerza. Jin se giró y le miró decepcionado.
- Si vas a hacerlo así de suave, mejor lo dejamos, NamJo... ¡Ah! - Gritó al verse sorprendido por un golpe muchó más fuerte en su otra nalga.
- Eso te pasa por no contar. - Le aseguró. - Empecemos de nuevo. - Jin apoyó sus palmas en la mesa firmemente. Si todos los golpes serían como ese, no aguantaría. El dolor sería demasiado y tendría que usar su palabra de seguridad. NamJoon aprovechó el parón para comprobar que las pinzas siguieran en su sitio y retorcerlas un poco para estimular de nuevo los pezones de su omega y que este no dejara de sentir el cálido dolor que le producían. Sabía que la sensación más agradable la tendría cuando se las quitara, pero para eso quedaba aún un rato. Se colocó de nuevo detrás del zorro y golpeó de nuevo. No tan suave como la primera ve, ni tan fuerte como la segunda. Era el dolor perfecto para Jin. Como buen alfa, NamJoon conocía a la perfección los límites y gustos de su omega.
- Uno. - Contó el zorro excitado.
- Me encanta mi dulce zorrito masoquista.*No olvides VOTAR y COMENTAR!!
Espero que te haya gustado. Muchas gracias por leer.
ESTÁS LEYENDO
Like Cats and Dogs. |YoonMin| |Omegaverse|
FanfictionLa sociedad está dividida entre aquellos que intentan demostrar que la convivencia entre felinos y cánidos es posible. Para ello, jóvenes híbridos, alfas y omegas de distintas especies, descendientes de las familias más influyentes del país se conce...