- Quiero hacerlo. - Dijo mientras se desabrochaba el ultimo botón de la camisa y la dejaba caer por sus hombros. NamJoon tragó sonoramente. Mantuvo sus ojo fijos en los de Jin. Podía incomodarle si fijaba la vista en su vientre. Sólo se cercioró de que las manos de Jin no temblasen. No permitiría que tuviera miedo.
- Sabes que puedes echarte atrás cuando quieras, ¿verdad? - Jin asintió. - Dejaré la camisa aquí al lado. - Dijo poniéndola en la mesilla con cuidado. - ¿Estás bien, amor?
- Sí. Estoy bien. - Aseguró. Alargó a su mano hasta la de NamJoon y le acercó a él. - Bésame. - Le pidió. Lo hizo suavemente. Apoyó sus labios sobre los de Jin. Acarició sus brazos, su pelo, sus mejillas. Bajó sus besos hasta su cuello delicadamente. - Te quiero, Nam.
- Yo también te quiero, Jin. - Le abrazó y acarició su espalda.
- Hazme tuyo. - Pronunció.
- Claro que sí, mi amor. - Sostuvo su nuca y espalda y le recostó con cuidado. - Túmbate, cariño. - Besó sus clavículas y su pecho. - Jin... - Habló mientras el zorro se dejaba mimar. - No quiero que te sientas inseguro. Voy a ser suave. - Besó su cuello. Acarició sus brazos y llegó hasta su cintura. - Las veces que lo hacemos suave también disfrutamos mucho. - Le recordó.
- No... - Suspiró. - Estoy bien, NamJoon. Quiero que me lo hagas duro hoy.
- ¿Estás seguro? - Jin asintió.
- Sólo... no me ates. ¿Vale?
- Por supuesto. - Continuó besándole. - Te colocaré bien. - Le sostuvo de la cadera y le puso en el centro de la camilla. Estiró las largas piernas del omega y se levantó. - Déjame coger una cosa. Tengo una idea. - Se acercó al escritorio. Cogió una cerilla y encendió una vela que había en la mesa. Se giró para mirar a Jin y recibió la sonrisa del omega. - Nunca lo hemos probado.
- Es tan buen momento como cualquier otro. - Aceptó. NamJoon cogió la vela encendida y la llevó hasta la camilla. - Ten cuidado. Tengo miedo de que lo quemes todo. - Rió.
- No me faltes al respeto cuando tengo tu cuerpo y tu dolor en mis manos, lindura. - NamJoon dejó caer la primera gota de cera sobre su propia mano. - Uff. - Dijo agitando su mano por el dolor. Jin se mordió el labio de ansiedad. Quería sentir aquello sobre su piel. - ¿Estás seguro? - Jin asintió con rapidez y necesidad.
- Tú eres un quejica. - Se quejó. - Hazlo ya. No tenemos todo el día. Me sorprende que no nos hayan interrumpido ya. - NamJoon quiso callar la verborrea de Jin y dejó caer una gota sobre su esternón desnudo. Apretó sus dientes para no gritar y sus ojos se volvieron llorosos del esfuerzo. NamJoon no se asustó por ello, conocía las expresiones de Jin y dejó caer otra gota un poco más cerca de uno de sus pezones. - Está caliente. - Aspiró con fuerza.
- Es la idea, amor. - Dejó caer otra gota mientras que con la otra mano empezó a acariciarle el torso y el rostro. Unas gotas más. Comenzó a apretar uno de sus pezones y llenó de cera el otro. Jin empezó a retorcerse. - ¿Te gusta? ¿Lo quieres más fuerte?
- Sí. Más... más fuerte. - Gimió bajo. Repartió gotas de cera por todo el pecho de su omega y observó complacido como su amor se retorcía sobre la camilla, suspirando y agarrando la sábana con fuerza. Dejó la vela en la mesilla. Lamió el pezón que había maltratado con sus mano y luego lo mordió. Con la otra mano frotó con fuerza el otro pezón cubierto de cera y la retiró. Luego mordió ese pezón. - NamJoonnie... - Se estremeció. - Tómame ya. - Pidió entre suspiros y jadeos, a los que tenía que limitarse para no chillar de placer, que es lo que le habría gustado.
- Aún me queda un última idea antes, príncipe. - Cogió la vela de nuevo. - ¿Qué pasaría si dejo caer unas gotitas sobre una zona aún más delicada que tus pezones? - Su pene estaba muy erecto y sensible. Jin se mordió el labio para evitar gritar. Dejó caer una gota primero y cuando vio que el pene de Jin reaccionaba con a él le gustaba, dejó caer una más. Jin abrió la boca extasiado. Jadeaba descontrolado. NamJoon no dejaba de sobar su cuerpo, sus pezones, su cuello. Metía sus dedos en la boca de Jin mientras las gotas seguían cayendo sobre su miembro sensible. Esa era la clase de placer que más le provocaba. No es que no disfrutase de un hermoso sexo convencional, pero ese le encantaba. Además, hacerlo en un lugar prácticamente público, en su lugar de trabajo, era añadir un extra de morbo. - Ahora voy a penetrarte muy duro.
- Hazlo. - Suplicó con lágrimas de placer en sus ojos. NamJoon fue a colocar la vela sobre la mesilla, pero, en el camino, una gota cayó sin querer a la altura del vientre de Jin. El omega la vio caer a cámara lenta y contuvo la respiración. En una parte de su cerebro, sabía que no ocurriría nada. Sólo era una gota de cera, no provocaría nada malo. En la otra parte de su cerebro, se estableció un miedo terrible. Su vientre, el lugar donde crecerían sus cachorros, amenazado por una simple gota de cera. Estaba asustado. No quería que su fertilidad estuviera en peligro. Debía proteger a sus bebés. Era lo que su instinto le decía. Intentó cubrirse con las manos, pero otra mano lo evitó primero. NamJoon no hizo ningún ruido de queja ésta vez cuando la cera tocó su piel. Estaba más preocupado por otra cosa. - ¿Estás bien, cariño? - El miedo de Jin se esfumó de golpe.- No te vayas a alterar, amor. - Dijo acariciando sus piernas.
- Nunca dejarías que le pasase nada malos a nuestros cachorro, ¿verdad, Nam? - Dijo abrazando al alfa por el cuello.
- Incluso si, por alguna razón, al final yo no soy el padre de tus cachorros, siempre os protegería con mi vida. - La sinceridad de NamJoon abrumó al zorro, que le besó salvajemente.
- Serán tuyos. Yo ya sólo puedo ser tuyo. - Aseguró mientras no dejaban de besarse y acariciarse con necesidad. - Fóllame de una vez, mi alfa. - Se incrustó en su interior de un sólo golpe sorprendiendo al omega haciéndole cerrar los ojos y jadear complacido.
- Como mi príncipe desee. - Se movió lentamente. Cogió las piernas de Jin y las colocó en sus hombros. Jin era más flexible de lo que parecía. Entró una y otra vez en él. Le penetraba con fuerza y buen ritmo.
- Este ángulo... - Habló entrecortado. - ... ¡ah! ...es muy profundo, Jonnie.
- ¿Te gusta, mi príncipe? - Jadeó el alfa. - ¿Te gusta cómo te lo hago?
- Mucho... ¡ah! - Tocaba su próstata en cada embestida. NamJoon tomó el pene de Jin entre sus manos y lo masturbó. - Así. Hazlo así. - Gimió contra el cuello del león. - Si paras ahora no te lo perdonaré. - Le aseguró. NamJoon no paró. Lo hizo un poco más fuerte. Jin empezó a sentir la electricidad en su pene y su ano. Se vendría pronto. - Voy a correrme, Jonnie.
- Córrete mi vida. - Masturbó su pene con más fuerza. - Yo también estoy a punto. Quiero verte disfrutarlo primero. - Maltrató su próstata unas pocas veces más hasta que Jin se corrió en su mano. Observó con satisfacción los ojos en blanco de su amado zorro. Su rostro lleno de placer. Contempló su expresión de lujuria. NamJoon se corrió justo después dentro del zorro. Jadeó sobre su omega manteniendo toda la fuerza que le quedaba en los brazos para no aplastar a Jin. Se bajó de la camilla y se apoyó un instante en la pared para recuperar el aliento. Acarició la mejilla de su pareja. - Espera aquí, cariño. - Fue al baño y se limpió un poco y llevó papel a la otra habitación donde estaba Jin. Le limpió con el papel y le tendió los brazos. - Ven. Agarraté a mí. - Jin se incorporó un poco y se encaramó a su alfa. Le cargó y le dejó una silla. Luego le colocó la camisa sobre los hombros y dejó que él se la abrochara. Le dio su ropa interior y su pantalón. Y esperó a que se vistiera. NamJoon se agachó y le besó en la mejilla. - Sé que eso no ha sido fácil de hacer para ti. Te agradezco que hayas confiado así en mí.
- Eres mi alfa. Claro que confío en ti. - Pronunció despacio y lleno de afecto. - Es que mi instinto de omega...
- Shh. - Tomó sus manos. - No se te ocurra excusarte. - Le dijo. - Tú instinto es maravilloso, cariño. Necesitas proteger tus futuros cachorros.
- Nuestros cachorros. - Los dos sonrieron.
- Eres el hombre más hermoso que ha pisado esta tierra, Kim SeokJin.
- Lo sé. - Rió el mayor.*COMENTA Y VOTAAAA!!!!!!!!!
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Like Cats and Dogs. |YoonMin| |Omegaverse|
FanficLa sociedad está dividida entre aquellos que intentan demostrar que la convivencia entre felinos y cánidos es posible. Para ello, jóvenes híbridos, alfas y omegas de distintas especies, descendientes de las familias más influyentes del país se conce...