Decisiones parentales

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JiWoo abrazó su hermano llena de alegría.
- No vuelvas a darme un susto así. - Le pidió su hermano.
- No lo haré, HoSeok-Oppa. - Aseguró. - Seré responsable. Lo prometo. - Cuando el predicto anunció que el embarazo de JiWoo era sólo una falsa alarma el pecho de los dos hermanos lobos se liberó.
- Ese chico... adviertele de mi parte que si vuelve a cometer un error como ese, juro que se las verá conmigo. - Le dijo. - Y que no quiere conocerme en esas circunstancias.
- Sí, Oppa. - Sonrió y su hermano la volvió a abrazar.
- Ahora largo de aquí, déjame solo para poder tener un infarto de miocardio, hermanita. - Ella rió alegre y delicada, muy distinta a la risa de su hermano mayor, y luego se marchó de la habitación. Una vez solo, HoSeok se deshizo de las pruebas y miró el reloj. Debía darse prisa o llegaría tarde al instituto. Se cambió el pantalón y cuando estaba cambiando su camiseta, alguien abrió su puerta.
- ¡Papá! - Habló HoSeok después de recuperarse del susto. - Llama antes de entrar. Me has asustado.
- Lo siento, hijo. Yo sólo venía a... - Se silenció de repente. - ... Hijo, ¿qué te ha pasado en la espalda?
- ¿Qué? - Dijo HoSeok sorprendido. Se retorció para mirarse la espalda en espejo. Fue cuando vio por primera vez los arañazos que TaeHyung había dejado en su piel. - Eh... - Se puso nervioso. - No es nada papá.
- ¿Cómo te los han hecho? - Quiso saber. El hombre parecía realmente molesto.
- Me peleé con unos tipos para defender a un omega. - Respondió queriendo ponerse la camiseta de nuevo, pero su padre dio un paso largo hasta él y le cogió del brazo bruscamente, impidiéndoselo.
- ¿Crees que me chupo el dedo, HoSeok? - Preguntó agresivo. - Sé muy bien como se hacen esas marcas y si intentas ocultármelo sólo puede ser por una razón.
- ¿De qué habla, padre? - El lobo sabía muy bien a que se refería su padre, pero no podía decir la verdad.
- ¿Quién es? - Ladró. - ¿Es uno de los alumnos del instituto ese de integración al que vas? No es un lobo, ¿verdad? ¿Quién es?
- Basta, padre. Suelteme.
- Querido, ¿qué ocurre? - Dijo la madres de HoSeok apareciendo con su hijo menor en brazos. - ¿Qué son esos gritos?
- Mira a tu hijo. - Usó toda su fuerza para tirar a HoSeok al suelo aún con el torso y la espalda descubiertas. Varios de los hermanos se asomaron también. - Mira su espalda. Marcada por un omega, quién sabe de qué especie. Dinos quién es, HoSeok.
- No es nadie, padre. - Mintió. - Sólo fue un chico con el que pase mi último celo. - Sabía que eso no agradaría a su conservador padre, que era de la opinión de que un omega y un alfa debían yacer juntos con el único propósito de procrear cachorros, nunca para aliviar su celo. Era una mentira y no le gustaba mentir a su padre, pero le salvaría de algo peor y protegería a TaeHyung.
- ¿Esa es la educación qué te he dado? - Gruñó. - ¿La de ir buscando consuelo en omegas que se prostituyen por una noche de dinero y placer? - Levantó su mano y golpeó a HoSeok en el rostro. El joven lobo no hizo nada para impedirlo.
- Niños. - Habló la mujer al resto de sus hijos. - Salid de aquí. Preparaos para el instituto. - Hizo salir a todos sus hijos y puso al más pequeño en brazos de JiWoo, que miró a su hermano mayor queriendo decir algo. HoSeok le había ayudado en su peor momento y ella debía hacer algo por ayudarle a él. HoSeok negó con la cabeza suavemente sin que sus padres se enteraran. Ella no debía meterse o sólo conseguiría que la castigaran a ella también. JiWoo tuvo que morderse el labio para no hablar e irse con el resto de sus hermanos. Justo antes de irse oyó el sonido del cinturón de su padre desabrochándose y sintió un escalofrío. Su padre nunca se sacaba el cinturón para castigar a alguno de sus hijos omegas, pero no tenía piedad con los que eran alfas, y mucho menos con HoSeok, puesto que era el mayor. A HoSeok no le importaba demasiado que fuese así, cargaría con los castigos de sus hermanos si de él dependiera.
- Lo siento, padre. - Sabía que pedir perdón y aguantar el castigo era su mejor opción.
- Querido... El chico sólo intentaba aliviar su celo. - Intentó mediar su madre. - No lo hizo bien, pero...
- Pero nada. - Habló quitándose el cinturón. - ¿Le pagaste? - HoSeok negó.
- Sólo nos conocimos una noche y la pasamos juntos. - Respiró profundo.
- Hacerte esto me duele más a mí que a ti. - Aseguró el hombre. - Pero eres mi hijo, mi primogénito, y debo educarte como tal. ¿Lo comprendes? - HoSeok no respondió. - No importa, hijo. Un día lo entenderás. - El primer golpe fue el que más dolió. Aguantó sin quejarse, sin llorar. En toda su vida, su padre no le había pegado más de 10 veces. Tampoco era como si le torturase. Era su manera de educar. Su padre le hacía ser fuerte y, en cierto modo, se lo agradecía. Necesitaría ser fuerte para lo que vendría después, para proteger a TaeHyung en la vida que les esperaba. Sin el apoyo de una manada no le sería fácil, pero con esa fuerza que su padre le daba, lo conseguiría.
- Lo siento mucho, padre. - Dijo cuando oyó como volvía a colocarse el cinturón. - No volverá a pasar.
- No. No volverá a suceder. - Aseguró. - Porque antes de tu próximo celo estarás casado. - ¿Había oído bien? ¿Había dicho, casado? - Ya está casi todo listo. - Anunció el hombre. HoSeok se había quedado anonadado.
- ¿Q...qué? - Consiguió articular aunque la voz le temblara, pero su padre no le respondió y sé fue sin más. - Madre... ¿qué ha querido decir? - Preguntó más que confundido.
- Hijo mío... - Empezó ella arrodillándose frente a su hijo. - Tu padre han encontrado a un omega para ti. Te casarás, pronto.
- ¿Qué ha dicho? Madre. - TaeHyung. Ese nombre no dejaba de repetirse en su cabeza. - No puede hacer eso.
- Tu compromiso ayudará a tu padre con su carrera política. - HoSeok no podía creer lo que estaba escuchando. - Es por el bien de la manada, Hobi. - Aseguró su madre.
- ¿Y qué hay de mi bien? - La miraba como si no la reconociera. - ¿Qué hay de mi felicidad?
- Aprenderás, hijo, que tu felicidad es la felicidad de la manada. - HoSeok apretó los dientes. De repente lo entendió todo y ya no importaba nada. Se levantó del suelo y cubrió su cuerpo con la camiseta.
- Quizá no quiera aprender eso. - Dijo fríamente. - Quizá no quiera conformarme como tú.
- Lo harás. Eres el mayor de mis hijos. - Le recordó. - Debes cuidar de tu familia, de tus hermanos y, dentro de poco, de un omega que será tuyo.
- Nunca será mi omega, madre. - Le advirtió HoSeok. - No puedes obligarme a amarle. - Ella sonrió amable a pesar de la dura conversación.
- El amor también se puede aprender, hijo mío. Yo lo hice. - Dijo dejándole sólo en la habitación.
- No, mamá. - Habló ya estando solo. - Yo no puedo hacer eso. - No podría por una sencilla razón, él ya amaba a otro. Alguien hecho para él. Alguien que lo amaba. Kim TaeHyung. Un pequeño gato al que su padre jamás aceptaría. Sin saber lo que tenía que hacer, con el cuerpo dolorido y la cabeza llena de dudas, tan confusa que no podía razonar, hizo lo que hacía todas las mañanas. Prepararse para ir al instituto. Llegó tarde y apenas escuchó nada cuando el profesor le regañó por ello. NamJoon, que se sentaba a su lado, y YoonGi, que se sentaba detrás, le vieron caminar hacia su asiento sin levantar los pies, completamente ido. HoSeok quien, a pesar de los problemas, siempre se mostraba feliz y lleno de energía caminando con paso firme y resuelto, ahora parecía que había perdido toda su vitalidad.
- ¿Hobi? - NamJoon le pasó el brazo por los hombros y le frotó la espalda. - ¿Estás bien? - El lobo asintió, pero no convenció a nadie.
- ¿Qué ocurre, Hope? - Le habló YoonGi desde atrás, importándole poco si el profesor le regañaba.
- Quieren que me case. - Dijo de repente en voz baja, no por miedo a que le oyera el profesor sino porque era roda la voz que le quedaba. - Mi padres me han comprometido sin consultarme. - NamJoon y YoonGi se miraron asombrados. - No puedo huir de mi manada. No podría darle una vida a TaeHyung. - Sólo articulaba en voz alta las cosas inconexas que se repetían en su cabeza desde que había escuchado la noticia. Sus amigos vieron sus manos temblar. Decir todo aquello en voz alta lo hacía real y él quería que sólo fuera una pesadilla. NamJoon le agarró la mano.
- Encontraremos una solución, Hobi. - Le aseguró el león,
- No olvides que nosotros también somos tu manada. - Le recordó el tigre.
- Estoy mareado. - Fue lo único que pudo decir. Se lo llevaron a la enfermería y Jin consiguió hacerle dormir. Allí se lo contaron al astuto zorro y empezaron a dar ideas para ayudar a HoSeok.

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¿Quién podrá ser el/la prometido/a del lobo? Chan chan!!!!!

Like Cats and Dogs. |YoonMin| |Omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora