En cuanto YoonGi llegó a su casa del instituto ese día, se alegró de no tener deberes que hacer. Lanzó la mochila a la cama y se puso a pensar a que dedicaría la tarde. No le costó demasiado. Iría al departamento, el cual ya consideraba suyo, y se pasaría la tarde componiendo música. Estaba preparando todo para irse cuando recibió una llamada. Vio el nombre de JiMin en la pantalla y lo cogió sin dudar.
- ¿Qué pasa, pequeño? Acabo de verte en el instituto. - Habló un poco expectante.
- ¡Hyung! - Tuvo que apartarse el móvil del oído debido al fuerte chillido de su omega. - ¡Me han cogido! ¡Me han cogido en la academia de baile!
- Eso es genial, JiMinnie. - Sonrió lleno de orgullo. - Te lo mereces. Eres el mejor.
- No diga eso, Hyung. - Remoloneó contento. - Sólo soy un aprendiz aún. Pero me esforzaré mucho.
- Seguro que conseguirá todo lo que quieras. Estoy muy orgulloso de mi omega. - Le animó.
- Gracias, Hyung. - Le encantaba que YoonGi le llamase "su omega". Le hacía sentir arropado, acompañado, seguro por su pertenencia.
- Oye, JiMin. ¿Tienes deberes hoy? - La mente de YoonGi rápidamente cambió de plan.
- Mmm. - Pensó el tanuki. - La verdad es que no. ¿Por qué pregunta?
- Porque opino que deberíamos celebrarlo y, para ello, ¿qué te parecería pasar la tarde conmigo en la camita, mi bebé? - La sangre de JiMin se heló. No dudaba a lo que se refería YoonGi, porque si de verdad quería sólo dormir, no le habría llamado bebé. - Tenemos algo pendiente tú y yo, ¿no crees? - ¿Pendiente? Tenían mucho pendiente respecto a ese tema. Lo tenían todo pendiente. - He comprado algunas cosas bonitas para cuidar especialmente de mi bebé.
- Hyung... - Se le escapó un gemido avergonzado.
- No empieces tan pronto. - Rió el tigre al otro lado de la línea. - ¿Serás un chico bueno y nos veremos hoy?
- Sí, Hyung. - Tragó saliva con fuerza. - Tengo muchas ganas.
- Muy bien. Pues ahí va mi primera orden, pequeño. Tienes 20 minutos para estar en la calle contigua a la del templo y te recojo con el coche. ¿Te parece bien?
- Sí, Hyung. - ¿Sería posible que estuviera nervioso? ¿Sería así cada vez que tuvieran sexo? No, no era sólo el hecho de encontrarse íntimamente con YoonGi, sino el hecho de que el tigre tenía mucho que enseñarle. Mucho que JiMin quería aprender. Quería que, finalmente, YoonGi le entrenase. Que se comportara como un dominante y le enseñara a ser su sumiso en la cama. Estaba deseando eso. Se preparó rápidamente, la ropa no iba a durarle demasiado en su sitio, puso una escusa a sus padres y, tal y como había prometido YoonGi, se subió al coche del alfa pasados 20 minutos. No hablaron demasiado durante el camino. Sólo se lanzaban miradas pícaras, divertidas o avergonzadas. Especialmente avergonzadas cuando YoonGi empezó a conducir con una sola mano y la otra la mantuvo en el muslo del tanuki. - Hyung. - Se atrevió a hablar de repente cuando YoonGi aparcó el coche. - Estoy un poco nervioso.
- ¿Y eso por qué? - Le miró comprensivo.
- ¿Y si no soy un buen sumiso? - El alfa rió dulcemente.
- No te preocupes por tonterías. No lo disfrutarás si lo haces. Relájate. - Le tomó de las manos. - No es tan diferente de la última vez. Sólo deja que yo te guíe. Sólo tienes que obedecerme en todo lo que yo te diga. - JiMin asintió algo más convencido. Obedecer a YoonGi era fácil y satisfactorio para él. - Además, te aseguro, JiMin... - Se acercó y le besó suavemente en los labios y le susurró suensualmente. - ...que no has nacido sólo para ser mi pareja. También naciste para ser mi sumiso. Ahora lo sé. - Lamió su cuello y JiMin pensó por un momento que no llegaría vivo al departamento y moriría de placer en el deportivo de su alfa. Pero YoonGi paró, salió del coche y fue a abrirle la puerta caballerosamente. Le condujo de la mano hasta el ascensor y mientras subían no le tocó lo más mínimo, lo que sólo aumentaba el deseo irrefrenable del tanuki. Pero JiMin debía ser un buen chico y si YoonGi no ordenaba nada, él no haría nada. Cuando se abrió la puerta del ascensor, YoonGi sonrió. - ¿Ves? Lo haces muy bien. - Ese tigre estaba dentro de su mente. Lo podía sentir y no le importaba, pues era como si él también estuviera en la del tigre. Pasaron al departamento y YoonGi empezó, como había prometido, a mimar a JiMin y a su cuerpo. Le quitó el abrigo, luego se quitó el suyo y los colgó. Le indicó, no con palabras, que se mantuviera de pie en el salón. Había tres bolsas en el sofá. Espectante, JiMin vio como YoonGi las cogió y las llevó a la habitación y luego volvió. Ni si quiera permitió que JiMin se quitara su propio jersey y lo hizo él mismo. También quitó su pantalón. Luego su camiseta. Y finalmente sus boxers. Estaba emocionado y avergonzado a partes iguales.
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Like Cats and Dogs. |YoonMin| |Omegaverse|
FanficLa sociedad está dividida entre aquellos que intentan demostrar que la convivencia entre felinos y cánidos es posible. Para ello, jóvenes híbridos, alfas y omegas de distintas especies, descendientes de las familias más influyentes del país se conce...