Like Cats and Dogs. |YoonMin| |Omegaverse|

Noche de fiesta

- Pega más fuerte. Más rápido. - Le insistió YoonGi. - Sé que puedes hacerlo.
- Hyung... - Jadeó el joven tigre. - Casi... no puedo respirar.
- No me vengas de llorica de nuevo y sigue golpeando. - Le exigió. JungKook hizo caso a su hermano y continuó. Habían ido al gimnasio al que solía ir JungKook para seguir con su entrenamiento de control. YoonGi le mantenía pegando un saco de boxeo desde hacía 15 minutos. Sí eso fuera lo único para el joven tigre aquello habría sido un divertimento para él, pero YoonGi le había hecho colocarse una especie de corset ortopédico que le oprimía el pecho sobremanera. Era la misma técnica que la ultima vez, ahogarle hasta que se ofuscará tanto que perdiera el control y su tigre interior saliera para salvarle de la angustia y el ahogo. Pero ahora había más gente en el gimnasio así que, aunque YoonGi estaba ahí y se aseguraría de que no ocurriría nada, no podía evitar estar más nervioso por perder el control. No sabía si eso le hacía mal o le ayudaba a obligarse a controlarse mejor. - Céntrate. Tus ojos se están encendiendo. - JungKook intentó respirar con fuerza, pero le apretaba demasiado. - Puedes hacerlo. Vamos. - Le presionó. JungKook gruñó. Varias personas en el gimnasio le miraron. Algunos omegas parecían un poco asustados, YoonGi no le dio importancia, quería que su hermano se concentrara en el saco y en su voz. Nada más. JungKook paró un instante y tosió con fuerza.
- Hyung... déjame descansar...sólo un poco.
- ¿Descansar? ¿Creí que te gustaba el deporte? - Se burló para enfadarle un poco más.
- Esto no es deporte. - Gruñó rápido y tosió de nuevo. - Es una tortura.
- Golpea. Ya has descansado bastante. - Alzó los puños y golpeó. Una y otra vez. No podía creer que su hermano hubiera pasado por lo mismo a los 14 años. Sus ojos volvieron a encenderse y apagarse una cuantas veces antes de que YoonGi considerara que ya era suficiente. - Lo has hecho bien. No has perdido de todo el control. Por un momento creí que no lo conseguirás.
- Quítame esto, joder. - Cayó de rodillas al suelo bruscamente e intentando recuperar la respiración, pero no podía con el corset. YoonGi levantó un poco la camiseta de su hermano y desabrochó el corset. El tigre tomó una gran bocanada de aire cuando se sintió liberado.
- Ya está. - Dijo alcanzándole una botella de agua. Bebió casi todo el contenido y poco a poco se puso de pie. - ¿Todo bien?
- Sí, Hyung. - Aseguró. - Voy a descansar un poco y ducharme.
- Sí, te espero fuera. - Dijo dándole unas palmadas en la espalda y salió del gimnasio. JungKook cogió la bolsa con sus cosas y se dirigió hacia el vestuario.
- JungKook. - Le llamó una deliciosa voz. Se giró.
- JiEun-Noona. - Habló JungKook. Hacía meses que no la veía. - Cuanto tiempo. - JiEun era la hija del dueño de aquel gimnasio en el que JungKook había estado entrenando muchos años de su vida.
- No he venido por un tiempo. - Aseguró ella sonriendo. - Oye. Estás...diferente. - Le guiñó un ojo.
- Ya... No pareces muy sorprendida. - Opinó.
- Mi padre me dijo lo de tu transición. - Se mordió el labio. - Siempre pensé que te quedaba mejor ser un alfa cuando te veía entrenar. Eras demasiado duro para ser un omega ñoño.
- Tu no eres ñoña. - Opinó JungKook.
- Tengo mis momentos. - Le sonrió ampliamente y le miró de arriba a abajo. - Te veo muy bien. - JungKook la miró confundido, estaba empapado en sudor.
- Pues espera a verme después de la ducha. - Ella abrió mucho los ojos y sonrió. - Después de vestirme, claro. - Aclaró sonrojándose. - Quiero decir...
- Ya lo entendí. - Sonrió ella. Claramente ella le ponía nervioso. Siempre lo había hecho desde que era un muchacho. Ella siempre le había fascinado por ser una omega y no ser una llorica dependiente. - Estaba pensando... - Empezó coqueta. - ...mientras te veía entrenar, y ahora que eres un alfa, en que serías una pareja perfecta para la fiesta a la que voy esta noche.
- ¿Fiesta? - Se sorprendió.
- Voy a ser sincera, por los años que nos conocemos, JungKook. Acabo de dejarlo con mi chico y me apetece darle celos. - Dijo sin tapujos. - ¿Qué te parecería pasarlo bien conmigo hoy?
- Vamos a ver si te entiendo, Noona. ¿Me quieres usar para darle celos a tu exnovio? Y me has escogido a mi por qué no te queda tiempo para escoger a otro. - Ella sonrió.
- JungKook. ¿De verdad crees que no puedo convencer a cualquier tipo para que me acompañe? - Aseguró divertida. - Pero quiero que seas tú.
- ¿Y eso por qué? - Quiso saber. Ella se encogió de hombros.
- Opino que se volverá loco cuando te vea. - Aseguró. - No sé en que momento, pero te has convertido en un hombre realmente atractivo, Kookie. - El alfa tragó saliva pero permaneció firme.
- Quizá piense que soy un poco niño. - Ella negó.
- No te has mirado mucho en el espejo ultimamente, ¿cierto?.
- Creeme que no he tenido mucho tiempo para eso. - Respondió.
- Entonces...¿te apuntas? - JungKook tuvo un penaamiento fugaz, pensó sin quererlo en YuGyeom.
- Suena divertido. - Aceptó inmediatamente, sin estar muy seguro de por qué.
- ¡Bien! - Ella dio un saltito de alegría. - Nos vemos en el club "Ikaro" a las 9. Duchate y ponte guapo. - Sonrió. - Pero no demasiado. Esta noche te quiero sólo para mí. - Aseguró coqueta mientras se contoneaba yendose del lugar. JungKook sabía que se burlaba de él. Sólo quería darle celos a su exnovio, pero de seguro pasarían una noche divertida. Bailar y beber no suele fallar. Sabía por qué había sido directa con él. Situaciones de celos podían dar lugar a peleas. La verdad era que JungKook aceptó sabiéndolo. Quizá era porque aún estaba alterado por lo del entrenamiento, quizá por su propio pensamiento en YuGyeom, pero estaba frustrado y una noche de fiesta y quizá alguna bronca, aliviaría su tensión.

Se puso su vaquero nuevo. Ajustado y algo roto. Y su camisa blanca nueva. La verdad había tenido que comprarse bastante ropa nueva ya que al presentarse el crecimiento de sus músculos había dejado gran parte su ropa un tanto ridícula.
Llegó al club y puntual en la entrada le esperaba JiEun. Esta guapa. Diablos si lo estaba. Vestido negro, ceñido y corto. Tacones altos. Ella también sonrió al verle y le escaneó con la mirada.
- ¿Te gusta lo que ves, Noona? - Preguntó.
- Mucho. - Giró sobre sí para exhibirse. - ¿Y a ti? - JungKook sólo sonrióy la miró de arriba a abajo ladinamente. No necesitó decir nada para que ella riera. - Entremos.
Estaba bastate lleno, pero aún se podía caminar fácilmente. Se sentaron en la barra y pidieron una copa y charlaron divertidos. JiEun sabía que su exnovio iría a ese lugar, pero parece que aún no había llegado. Puesto que hacía mucho que no se veían y nunca habían sido amigos íntimos, tenían mucho que contarse. La música alta les ayudaba mucho a coquetear, porque tenían que estar muy cerca para escucharse. Exasperado por no poder pírse bien y tener que inclinarse para acercarse a ella constantemente, JungKook abrió las pienas y acercó el taburete de JiEun hacia sí, de tal forma que las piernas de la chica quedaron entre las suyas. Ahora estaban más cerca el uno del otro.
- Así mejor. - Aseguró.
- Oh. ¿Tas cerca? Vas a hacer que me sonroje, Kookie. - Dijo malfingiendo timidez.
- No te pega, Noona. - Aseguró divertido. Así pasaron más de media hora. Lanzándose sonrisas, e incluso alguna caricia o beso en la mejilla. Ambos hablaban de que era lo mejor que podían hacer para que el otro tipo se pusiera celoso y coqueteaban como sí sólo lo hicieran por practicar para cuando él llegara. Pero ambos sabían y eran conscientes de que también lo hacían porque querían y no sólo por fingir. A ninguno le importaba, ¿qué tenía de malo divertirse juntos si los dos estaban solteros?
- Ahí está. - Pronunció ella con algo de asco cuando vio a su exnovio entrar por la puerta. - No mires. - Le pidió para no ser muy obvia.
- Con la manera en que te pones, cualquiera diría que te está dando celos él a ti. - Rió el tigre.
- Es que se ha venido con un amiguito. - Pronunció sonriendo descarada. - Pero no te preocupes, sólo me molesta que me haya tirado tan rápido, no es porque siga sintiendo algo por él. - Aseguró. - Quizá todo este plan de fastidiarle no tenga mucho sentido después de todo. - Opinó ella.
- Entonces divirtámonos nosotros. - Le dijo al oído. Saltó de la silla y le tendió la mano. - Vamos a bailar. - Ella aceptó encantada.
- No sabía que supieras bailar. - Dijo mientras iban a la pista. JungKook se encogió de hombros.
- Bailar muy pegados es fácil. - Dijo altivo t diverttdo.
- No sabía que fueras esa clase de conquistador. - Rió ella cuando el tigre la acercó mucho a su pecho y a su cintura.
- Tengo mis momentos. - Respondió. A los pocos minutos bailando ambos de habían olvidado del exnovio de JiEun y poco les importaba si les estaba mirando mordiéndose las uñas por los celos o estaba retozando en cualquier esquina con su nuevo amigo. De pronto, JungKook sintió un aroma familiar. Como si estuviera en Italia, el olor a orégano llegó a hasta él. Giró, bailando con su pareja y miró hacia donde estaba el olor. No podía ser verdad.

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