No deseado

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Estaban tirados en el sofá mientras comían la comida que habían pedido a domicilio. JiMin no dejaba de mirar la puerta de la habitación principal, la cual YoonGi ni si quiera había abierto. Pero el tigre estaba con los ojos metidos en el teléfono móvil.
- Hyung. Llevas un buen rato ignorándome. - Se quejó JiMin.
- Perdóname. - Dijo YoonGi. - Es HoSeok. Está un poco agitado. - Intentaba disuadir a su amigo de la idea que había tenido, pero no se creyó con el derecho moral de insistir demasiado. - Discúlpame, JiMin. Tengo que hacer una llamada y luego te prestare toda mi atención, pequeño. Termina de comer. - Buscó en la agenda y llamó. - ¿Dana? Soy Suga. ¿Cómo estás? Estás en El Callejón, ¿verdad? - JiMin prestó atención a la conveersación al oír aquello. Esperó a que la mujer al otro lado hablara. - Sí, yo estoy mejor que nunca. - Dijo mirando a JiMin. - Mejor que nunca. - Sonrió. - ¿Podrías hacerme un favor, mi reina? ¿Te acuerdas de Jung HoSeok? - Volvió a esperar. Y rió agradablemente por la respuesta de aquella desconocida mujer. - Veo que le recuerdas bien. Supongo que recuerdas su situación entonces. Va de camino. Ya sabes lo que necesita. Por supuesto todo corre de mi cuenta. No le dejes pagar nada. - Una vez más dejó que hablaran al otro lado de la línea. - Cuídale bien por mí esta noche. Te veré pronto, tengo a alguien que presentarte. Muchas gracias, preciosa. - Colgó con una sonrisa.
- ¿Preciosa? ¿A esa también te la has tirado? - JiMin frunció el ceño mirando a su Hyung.
- No tienes derecho a sentir celos de ella. - Le aseguró calmado. - Fue mucho antes de conocerte. Mucho antes de que te presentarse de hecho. Recuerda que te llevo bastantes años de ventaja en ese sentido.
- Así que también te has acostado con ella. ¿Tienes alguien en tu lista de contactos con quien no hayas compartido tu cama?  - Dijo señalando la puerta de la habitación principal. - A parte de mí. - No estaba realmente enfadado, sólo frustrado. Si YoonGi tenía tanta facilidad para acostarse con otras personas por qué ponía tanta pegas para llegar con él hasta el final.
- JiMin... - Empezó YoonGi.
- Espero que valiera la pena. - Le sonrió forzado no queriendo que sintiera lástima por él. JiMin sabía que no tenía sentido ponerse celoso pero tampoco tenía que gustarle.
- Ya sabías que... conozco a mucha gente. - Le dijo. - Pero Dana es... especial. - Dudó en decirlo, pero no podía ni quería ocultarle nada a él. - Ella fue la encargada en iniciarme. Yo era un novato bastante perdido cuando la conocí y ella se encargó de mí. Me ayudó, me enseñó. No habló sólo del sexo. Prácticamente me hizo quien soy. Para bien o para mal, pero me salvó de mí mismo cuando creí que me volvería loco por culpa de mi tigre. No es una cualquiera para mí. En verdad la aprecio. Pero hace mucho que no tengo intención alguna de volver a acostarme con ella. - Rió. - Ni con ningún otro que no seas tú. - Le aseguró. - No vayas a imaginar algo como eso. - JiMin negó, confiaba en él, pero tampoco parecía realmente feliz.
- Parece una buena mujer. - YoonGi asintió. JiMin hizo un puchero demasiado adorable. - Pero estoy celoso. - YoonGi sonrió. Parecía un cachorrito. - Ella ha entrado a tu habitación y yo no. - Cruzó los brazos y subió las piernas al sofá.
- Técnicamente, tú eres el único que ha entrado a mi habitación y a dormido en mi verdadera cama. - JiMin torció la cabeza confundido. - ¿O has olvidado la noche que dormiste en mi casa? Dormiste con Kookie aquella noche, pero pasaste la mañana durmiendo en mi cama, conmigo. - JiMin se sonrojó al recordarlo. Había sido realmente agradable. - Esa habitación no tiene importancia. Es más, ni si quiera es mi dormitorio, técnicamente. - Ahora sí que estaba confuso. - Era la habitación de mis padres. - Aseguró. Su gesto cambió.
- Nunca te había oído referirte al señor Jeon como tu padre. - Comentó JiMin.
- Me refiero a mi padre de verdad. - JiMin tragó fuerte. Ese era un tema de un calibre distinto. No eran sus celos injustificados de niñato hormonal.
- Creí que... - Pronunció JiMin a media voz.
- Que fui producto de una sola noche. - Terminó la frase del tanuki, que jamás se habría expresado así. - Pues no. Es un poco más complicado que eso. - Sus palabras salían sin dolor. Quizá por costumbre, quizá porque contárselo a JiMin era como contárselo a sí mismo. - ¿Quieres saberlo? - No era una historia agradable. JiMin asintió. Bueno o malo, quería saberlo todo de su alfa.
- Si no le molesta, Hyung. - Dijo mirándole serio y amable. Era un ser tan dulce que el alma de YoonGi se dividía. La mitad de ella quería conservar para siempre su pureza e inocencia, su otra mitad quería corromperle y hacerle sentir un sucio e intenso placer. Como fuera, YoonGi tomo aire para hablar.
- Mi abuelos tenían una peculiar manera de ver las cosas. En su opinión, para ayudar a perpetuar la especie del tigre de Bengala, que está en extinción, un omega debía emparejarse con el primer alfa de tigre que encontrara en su vida, siempre que no fueran de la misma familia, claro. No es fácil encontrar a otro tigre, pero mi madre se encontró con mi padre a los 20. - Explicó. - Mi madre fue educada en la idea de que ese era su destino y debía corresponder a la educación de sus padres. Ellos la animaron efusivamente y compraron este pequeño apartamento. Supongo que el primer embarazo fue producto de una relación con total consentimiento.
- ¿El primero? - JiMin no entendía nada. YoonGi era el mayor, no tenía más hermanos.
- Mi madre apenas había acabado el instituto cuando se quedó embarazada, pero ella no quería tener hijos aún. Quería recorrer el mundo cámara en mano. - Continuó. - Así que abortó sin que mi padre y mis abuelos lo supieran. Pero mi padre se enteró de algún modo. Desde ese momento, mi padre se mostró como verdaderamente era y empezó a controlar a mi madre neuróticamente y a forzarla para que se volviera a quedar embarazada. No la dejaba salir de casa, la ataba para que no escapara y la violaba a diario. Estuvo varios meses así. A pesar de todo consiguió abortar dos o tres veces más antes de quedarse embarazada de mí. Cada vez que se enteraba de que estaba en estado se daba cuenta de que tenía que terminar con aquello de alguna forma. Su último embarazo antes del mío duró cinco meses, lo perdió en un intento de suicidio al tirarse por la ventana de la cocina. Aún así, nadie hizo nada para ayudarla porque mis abuelos se habían puesto de lado de mi padre y este había espantado a todos los amigos de mi madre, ya fueran alfas u omegas. Entre mi padre y los abortos no naturales, mi madre tenía la mente y el cuerpo destrozados. Cuando volvió a dejarla embarazada, esta vez de mí, ella ya no tenía fuerzas para nada. Estaba débil, por lo que no fue un periodo fácil. Simplemente terminó por asumir su condición. Para mi padre y mis abuelos, ella sólo estaba en el mundo para tenerme a mí. Para traer a otro tigre de Bengala al mundo. No se puede decir que fui un bebé deseado por su madre. Pero cuando nací, ella me cuidó. Pudo haberme abandonado o peor, haberme dejado al cuidado de mis abuelos o mi padre. Una vez me dijo que, cuando me tuvo en sus brazos por primera vez, pequeño e indefenso, comprendió que yo no tenía la culpa y que si quería que nadie volviera a pasar por ese infierno, lo mejor sería educar al nuevo alfa de tigre de forma distinta a como había sido criada ella. Cuando mi padre se cercioró de que mi madre cuidaría de mí, nos abandonó. A pesar de todo el dolor que le cause y que sé que aún le causo, ella me ama desde el momento en que vine al mundo.
- Tienes tus defectos, Hyung, pero jamás le ocasionarías dolor a tu madre. - Dijo JiMin, que tenía una amargo nudo en la garganta por la historia que acababa de escuchar. - ¿Por qué dices eso?
- Cualquiera de los otros potenciales hijos que mi madre pudo tener podría haber sido un omega y parecerse a ella, como JungKook. Mi madre le habría criado y amado igual, pero yo... - Soltó una risa irónica y cansada. - ... soy la viva imagen de mi padre. Tanto física como conductualmente. El mismo rostro que le recuerda a mi madre a cada hora todo el horror que tuvo que pasar. El mismo carácter tosco y solitarios del alfa de tigre de Bengala.
- Por eso tienes tanto miedo de ti mismo. - Habló JiMin. - Porque de verdad crees que te pareces en algo a él.
- Moriría antes de ver la cara de mi madre si me convirtiera en el monstruo que él es. Y ahora que estás en mi vida, descontrolándome, tengo mucho miedo. - Confesó al fin. - Más aún después de lo que ya hice.
- Deje de torturarse por eso, Hyung. Ya le expliqué que no fue culpa suya. - Reiteraría eso las veces que fueran necesarias. - No lo compare de ese modo, no tiene nada que ver.
- No puedo traicionar el amor que JungKook, mi madre, mis amigos y tú me habéis dedicado y entregado gratuitamente. Aún hay gente que piensa como mis abuelos y mi padre. JungKook...  él es un omega, como mi madre, no podría soportar que tuviera que vivir algo como eso. Por eso, a veces soy duro con él. Como el día que te conocimos, el día que tuvo la pelea con esos tipos. Quizá no esté siempre para protegerle, necesito que sepa cuidar de sí mismo. Estoy tan asustado por él también, pero no puedo dejar que él me lo note. Desde que cumplió la edad a la que yo me presenté, tuve miedo de que le pasase lo mismo. Pero ahora no le debe quedar mucho para presentarse. Si alguien le hiciera daño, yo nunca me lo perdonaría. - Parecía estar empezando a respirar fuerte. JiMin soltó los palillos y se colocó junto a él.
- Es el omega más fuerte que he visto nunca. - Le aseguró cogiendo sus manos. - Y no está solo. No le pasará nada. - Le calmó. - Deja de cargar todo el peso sobre tus hombros. Todo irá bien. - YoonGi acarició su mejilla.
- Si mi presioso omega lo dice, así será. - Respondió con cariño. JiMin se regocijó en el dulce tacto de su alfa.
- ¿No será que permanecer en esta casa le altera, Hyung? - Planteó el tanuki.
- No. No es eso. No recuerdo esta casa, en realidad. Era muy pequeño. - Aseguró. - Y cuando mi madre me dio las llaves me deshice de casi todo lo que contenía la casa y repuse los muebles y toda la decoración a mi manera. Está completamente personalizada y adaptada a mis gustos. - ¿De verdad YoonGi había decorado todo aquello? Tenía buen gusto. - JungKook está celoso por eso. - Rió.
- ¿También la habitación principal está adaptada a sus gustos? - Quería entrar ahí y ver como sería por dentro. YoonGi, una vez más, pareció leer sus pensamientos.
- ¿Qué crees que vas a encontrar ahí dentro? - Preguntó sonriente y pícaro. - Me temo que aquella película ha marcado demasiado tu esteriotipo. - JiMin bajó la cabeza avergonzado. No sólo no sabía que era lo que iba a encontrar sino que no sabía que estaba esperando encontrar. - ¿Estás deseando verla, mi ansioso pequeño? - JiMin bajó la cabeza más aún, pero acabó asintiendo. La curiosidad le pudo más.
- ¿Puedo?
- Te he enseñado la que estaba cerrada con llave, porque no ibas a poder entrar en esa. - Aseguró levantándose. - Ve. - JiMin mordió su labio emocionado y corrió hacia la puerta. YoonGi rió suavemente y le acompañó. El tanuki tomó aliento y abrió la puerta lentamente.

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Like Cats and Dogs. |YoonMin| |Omegaverse|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora