MICHELLE
Joul sigue insistiéndole al Príncipe y este negándose rotundamente; no sé por cuanto tiempo él pueda seguir soportándola sin quemarla viva en el proceso, dudo que su paciencia sea tan grande. En cualquier momento saldrá a relucir su personalidad sádica y grosera.
─ ¡Por favor! ¡Estoy desesperada! ¡Te juro que no tomara mucho tiempo! ─ruega Joul tercamente.
─Mi respuesta no cambiará, vete ─sentencia molesto El Príncipe. Su malhumor comienza a salir a la luz, creo ver un pequeño destello rojo en sus ojos.
─ ¡No me bajaré de esta carreta hasta que vengas conmigo! ─grita Joul y da un fuerte pisotón al suelo.
El Príncipe se pone de pie bruscamente, no me gusta la mirada que le lanza a Joul; por lo tanto, antes de que él se acerque a ella me interpongo entre los dos.
─Joul, es mejor que te vayas, quisiéramos ayudarte pero ahora mismo tenemos mucha prisa ─retengo con mi cuerpo al Príncipe evitando que descargue toda su furia en la chica.
─Solo necesito un par de horas; estoy segura que Marcus podrá vencer al sujeto en menos de un minuto ─su expresión me causa pena, acto seguido se arrodilla─. Por favor, ayúdenme. No me quiero casar con ese chico, no me gusta y ni lo conozco ─se aferra a la parte inferior de mi vestido; mis ojos se abren de par en par al ver la desesperación que tiene.
─ ¡No te arrodilles! ─la sujeto por los brazos para que se ponga de pie nuevamente pero ella no me deja─, ¡párate!
─ ¡No hasta que digan que me ayudarán! ─se aferra a mi ropa con desespero; es increíble lo necia que es.
¿Por qué me acosa a mi si él que tiene que darle una respuesta es El Príncipe no yo?
─Joul, yo no... ─me interrumpe.
─ ¡Díganme que sí! ─grita atormentada.
─ ¡Esta bien! ¡Te ayudaremos pero párate ya! ─digo rendida, prefiero no girarme y ver la expresión del Príncipe ante mi respuesta caritativa.
─ ¡Sí! ¡Sí! ¡Gracias, gracias, gracias! ─brinca de emoción.
Se abalanza sobre mí para ahogarme con un fuerte abrazo. Cuando me suelta el aire regresa a mis pulmones. De pronto, siento la mano del Príncipe sobre mi muñeca, mi cuerpo tiembla por un segundo y el pánico se apodera de mí; no me volteo porque tengo mucho miedo de verlo a la cara y que me asesine en un parpadeo.
Siento un ardor en mi muñeca como si mi piel se estuviera desintegrando, doy un salto asustada y luego me reviso el área resentida. Me corro la manga y no tengo nada; sin embargo, la molestia no desaparece; se perfectamente de que se trata, este dolor es igual al que sentía cuando me quemaba con la estufa.
─Iré a decirles a los señores que se bajarán conmigo ─dice Joul emocionada y desaparece de mi vista.
Una ráfaga de furia me invade y noto que esta vez la que perderá el control soy yo. Me aproximo desafiante hacia El Príncipe echando humo por doquier.
─ ¡¿Estás demente?! ─chillo furiosa mientras me toco la cabeza en señal de que se le zafo un tornillo─, ¡casi me quemas la muñeca, imbécil! ¡De verdad que no conoces los limites! ─escupo mi odio, si pudiera asesinarlo con la mirada estaría muerto hace tiempo.
─Tú eres la que no conoce límites ─arrastra cada palabra con mucha rabia. Se acerca a mi rostro peligrosamente─. Como te atreves a tomar decisiones por mí, solo eres una simple humana ─la última frase la dice con todo el desprecio que puede. Hace mucho que no se refería a mí de esa forma.
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Atrapada en otro mundo
FantasyMichelle es una chica de quince años que lleva una vida normal; como todos los días, asiste a la escuela y toma el autobús donde aprovecha para tomar su siesta matutina. Sin embargo, este día tiene una pequeña diferencia al resto y es que la vida d...