Capítulo 36 Parte 1

1K 142 61
                                    

MICHELLE

El barrio de la nobleza conecta con la muralla del castillo. Al final del camino se alza un gran portón custodiado por dos guardias que reconozco al instante. Hasta que llego a su lado descubren mi identidad, sus rostros lucen sorprendidos, y, a la vez, distingo preocupación en sus miradas.

─Michelle, ¿Cuándo te dieron de alta en el hospital? ─pregunta Alphonse.

─Hoy... ─titubeo. Realmente aun no me han permitido salir de ese lugar.

─Deberías estar descansando y no divagando por el pueblo ─me regaña William. Bajo la cabeza apenada─. Lo que te sucedió fue muy delicado, otra persona en tu lugar habría muerto. Que te den de alta no significa que estés recuperada por completo. Tienes que tener más cuidado, nos preocupaste a todos, hasta al Prin... ─Alphonse lo interrumpe.

─ ¡William no la reprendas tanto! ─me defiende Alphonse y William suelta un gran suspiro─. Todos estábamos muy nerviosos porque no despertabas, fue un gran alivio enterarnos que habías recobrado el conocimiento ─confiesa y me siento culpable. Si no regreso al hospital antes de que descubran que me fui, se intranquilizaran y no quiero causarle más pesares a nadie.

─Lamento haberlos preocupado tanto, como estuve inconsciente realmente no tengo una idea de la gravedad del asunto. Me enteré que varios soldados quedaron lastimados, incluso ustedes y Thrall también se vieron afectados por mi culpa. Me siento mal ─mis ojos se empañan; pero reprimo las ganas de ponerme a llorar. El hospital me ha puesto muy sensible.

─Nosotros accedimos a participar, no te sientas mal porque la decisión fue nuestra y sabíamos a que nos enfrentábamos ─dice William con seriedad, intentando disipar la culpa en mi interior.

─Lo importante es que todo salió bien ─exclama Alphonse y sonrió. De pronto, la chica a mi lado me toma del brazo y me aleja de los guardias.

─Discúlpame, te he pedido que me traigas hasta acá sin saber el estado en el que te encontrabas. Fui egoísta y solo pensé en mí. Debes estar adolorida y cansada de caminar tanto ─su voz se escucha arrepentida. Su agarre es tan fuerte que puedo sentir sus uñas enterrándose en mi piel─, ¡Soy de lo peor! ─grita con la cabeza agachada, luce destrozada y sumamente frágil. Sus manos tiemblan y parece que la que tendrá que regresar al hospital es ella y no yo.

─No digas eso ─digo para calmarla, no tiene por qué echarse la culpa de nada─. He disfrutado el paseo por el pueblo e incluso has hecho que olvide mis problemas aunque sea por un momento. Además, he podido ayudarte a llegar a tu destino y eso me ha hecho sentir bien conmigo misma ─comento con una sonrisa en el rostro y ella se va reincorporando lentamente. No consigo apreciar su aspecto, ya que esta continua siendo ocultado por la capucha.

─ ¡Tengo una idea! ─exclama con el buen humor de antes─. ¡Ven conmigo!

─ ¡Espera, tengo que regresar al hospital! ─jala mi brazo en dirección al castillo, mis ojos se abren tanto del susto que puedo sentir la brisa resecándomelos.

─Te llevaré allá, bueno no yo exactamente; le pediré a mi acompañante que te escolte en caballo ─niego rotundamente. Intento resistirme, pero mis fuerzas son escasas.

Debo tranquilizarme, William y Alphonse no la dejarán entrar al castillo; pese a ser de la nobleza. La detendrán por mí y el pinchazo que se clava en mi pecho cesará.

Sus pasos se frenan frente a los guardias, antes de que estos modulen alguna palabra ella levanta su mano y les enseña una insignia que no reconozco. La esconde en un parpadeo, sin darme tiempo a analizarla con meticulosidad. Ambos guardias se paralizan, parece que han visto un fantasma, realizan una reverencia y con prisa abren el portón.

Atrapada en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora