Michelle es una chica de quince años que lleva una vida normal; como todos los días, asiste a la escuela y toma el autobús donde aprovecha para tomar su siesta matutina.
Sin embargo, este día tiene una pequeña diferencia al resto y es que la vida d...
Me encuentro en mi habitación y no puedo decidir que ponerme, estoy tan nerviosa. Sé que Thrall me invito solo para ser amable conmigo y no porque tenga alguna segunda intención. A pesar de esto, siento que debo arreglarme un poco más de lo acostumbrado.
Desordeno todo el armario buscando algún vestido para la ocasión, diviso uno en el fondo que llama mi atención. Me lo pruebo y no me queda nada mal. Es de un tono azul marino, largo, con mangas cortas, escote cuadrado y posee una cinta celeste que va un poco más arriba de la cintura la cual crea pliegues a lo largo del vestido.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Decido hacerme una media cola y luego paso a observarme en el espejo de cuerpo completo. Me veo bien y creo que la situación lo amerita; se trata de un Festival, por lo cual, Thrall no deberá pensar que me arregle así por él o porque piense que se trata de una cita.
Aunque esa sea la verdadera razón.
No pienso más y abandono mi habitación para reunirme con Thrall. Cuando llego al portal lo observo sentado en uno de los peldaños de la escalera esperándome.
No veo a más nadie de la familia, supongo que todos partieron ya al Festival. El hecho de que Thrall y yo vayamos solos y no con ellos me hace pensar que posiblemente si se trate de una cita. La idea me pone nerviosa, pero decido dejar de darle cuerda a mi imaginación y no pensar más allá de la situación real.
─ ¡Ya estoy lista! ─grito con una emoción más de la debida. Thrall se gira hacia mí y se levanta lentamente. Me repasa la mirada de abajo hacia arriba hasta llegar a mis ojos.
─ Te queda bien ese vestido ─confiesa y sonrió.
─ Gracias, no sabía que ponerme ─Thrall se me queda viendo─. Porque no sé qué se usa en un Festival ─digo rápidamente para que no piense que es por él.
─ Escogiste bien ─me mira fijamente a los ojos y le quito la mirada.
─ Vamos ─paso a su lado para huir de la situación. Escucho sus pasos detrás de mí y luego me alcanza quedando a la par. No me dice nada y se lo agradezco.
Cuando llegamos al pueblo el ambiente es otro; luces coloridas guindadas por todos lados, sonrisas y risas en el rostro de los pueblerinos, puestos animados y espectáculos de magia por doquier.
Thrall me agarra de la mano y me le quedo viendo esperando una explicación.
─ Es para que no nos separemos, hay tanta gente que podrías perderte ─se excusa y antes de que pueda quejarme me jala hacia uno de los puestos de magia. Actuó como si me hubiera tragado su explicación, pero es obvio que solo busca excusas para andarme tocando. Le sigo el juego y procuro hacerme la despistada, no es que me moleste sus acciones pero quisiera que fuera honesto con sus intenciones.
Continuamos con nuestro paseo por el Festival, disfrutando del ambiente y de todo lo que tiene para ofrecernos. Thrall deja de sujetarme la mano, es posible que se halla percatado de mi malestar o simplemente desde un principio realmente quería cuidarme y yo solo estaba siendo paranoica.
