Capítulo 10 Parte 3

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MICHELLE

Finalmente, llegamos a un espacio abierto; un pequeño lago aparece frente a mí, bordeado por los altos y coposos árboles. La poca luz de la luna se ve reflejada en el agua. Tan clara y a la vez profunda, me causa un escalofrió con solo verla.

¿Mencione que no sé nadar?

Nunca aprendí a nadar bien, si puedo evitar acercarme a la parte honda lo hago.

Regreso al presente y le digo a mi cerebro que deje de divagar tanto. Thrall se encuentra parado frente a mí, de espalda. Sigue sin dirigirme la palabra. Se sienta en el césped mirando hacia el lago. Decido sentarme a su lado y comienzo a impacientarme. Él finalmente voltea a verme a los ojos, su mirada está llena de determinación, lo cual, causa inquietud en mí.

─ Michelle, me gustas ─dice tan rápido y concreto que me quedo en seco ─. Desde hace unos días he sentido que me atraes y quería decírtelo ─baja la vista y la regresa a mis ojos. Mis labios se separan, tratando de formular alguna palabra pero de ellos no sale ni un sonido.

¡Jamás se me habían declarado! No sé qué debería decir en estos momentos. Ni comprendo bien que sentimientos tengo hacia Thrall.

─ Me conoces hace tan poco, ¿no es muy pronto para que sientas algo por mí? ─ frunzo el ceño.

─ Yo también pienso igual, pero cuando tuve tu rostro tan cerca del mío, no pude contener las ganas de besarte ─responde con total sinceridad, me pongo colorada de inmediato. Cambio mi vista hacia el lago esperando poder ser succionada por él. Este chico pese a tener un año menos que yo es bastante lanzado.

─ No sé qué responderte ─digo honestamente mientras fijo la mirada al suelo─. Yo...

─ No esperaba una respuesta de tu parte ─me interrumpe─. Solo quería explicarte porque te bese y sacarme este peso de encima ─su mirada luce triste.

─ Te mereces una respuesta. La verdad es que creo que tú también me gustas ─hago una pausa─, pero ahora mismo no hay espacio para el amor en mi vida; lo único que quiero es regresar a mi hogar ─sus ojos pasan de felicidad a tristeza en segundos.

No tiene sentido que estemos juntos si no me quedaré en este mundo. Un día partiré y no lo volveré a ver más nunca. Si sé que terminara así, ¿No es más fácil decidir no amar? ¿Antes de que los sentimientos se vuelvan más fuertes y no pueda contenerlos más?

─ Quería saber que sentías por mí antes de que te fueras mañana. A pesar que sabía que no podría ser, no quería quedarme con la duda ─me sonríe dulcemente. Luego, se acuesta sobre el césped y apoya su cabeza sobre sus manos ─. Ahh... me siento mucho mejor ─confiesa con la vista hacia el cielo.

No digo nada, me siento mal por haberlo rechazado a pesar de que me gusta. Es solo que no sé qué quiero ahora mismo. Ni siquiera sé si el amor es una opción en este mundo. Y si lo es, es mejor evitarlo. Solo será más doloroso cuando llegue el momento de partir y de despedirme.

Copio la posición de Thrall y me recuesto en el césped, enlazo mis manos y las poso sobre mi estómago. El cielo es hermoso, las estrellas brillan a pesar de encontrarse rodeadas de tanta oscuridad; siento que me podría quedar recostada en este lugar toda la vida admirando el cielo estrellado, la claridad del lago y la fortaleza de los árboles.

Provoca que mi mente viaje lejos y no medite en el tema que quiero tanto evitar. No quiero pensar más, cuando lo hago solo me doy cuenta que cometo estupideces y que no soy consciente de mis propios sentimientos. No quiero entenderlos, es más fácil si me engaño a mí misma y me hago creer que no me entero de lo que sucede en mi interior.

Un silencio sepulcral se hace presente, solo se alcanza a oír los silbidos del viento y juraría que escucho las risas burlonas de los arboles hacia nosotros.

No me atrevo a conversar con Thrall; no puedo comenzar a hablarle sobre temas superficiales cuando hace unos minutos se me declaro y lo rechace. No quiero que las cosas entre nosotros se pongan raras pero realmente no tengo cara para actuar como si no hubiera ocurrido nada.

─ Michelle ─carraspea y salgo de mis pensamientos─. quiero que sigamos siendo amigos.

─ ¿Por qué crees que no lo seguiríamos siendo? ─pregunto con la vista perdida en el cielo.

─ Porque puede que te alejes por los sentimientos que siento hacia ti ─confiesa.

─ No me voy a alejar ─digo tratando de convencerme a mí misma.

─ Eso espero ─suelta un suspiro─. Además solo es algo pasajero.

─ ¿Pasajero? ─me levanto bruscamente y me quedo sentada en la grama─. ¿Eso soy para ti?

─ ¿Porque estás molesta? ─pregunta confundido y repite mi acción─. Pensé que te haría sentir mejor.

─ ¿Me sentiría mejor sabiendo que tus sentimientos son pasajeros? ─comienzo a subir el tono de voz─. Sabes si es así no te hubieras molestado en decírmelo. No hacía falta ─sé que soy algo pasajero pero no hacía falta que él me lo aventara en el rostro.

─ Tienes razón, no debí haberte dicho nada. Olvídalo ─se pone de pie y alzo mi cabeza para observarlo─. Regresemos a casa ─sentencia y se retira. No puedo ver su rostro pero sé que está molesto. No quiero hablarle, yo también estoy molesta y mi orgullo como siempre hace acto de presencia.

Camino detrás suyo, un poco lejos pero sin perderle la vista. Llegamos a la casa y ambos ingresamos sin dirigirnos palabra alguna. Todos duermen y la sala se encuentra en total oscuridad. Thrall sube súbitamente las escaleras hacia su cuarto. Solo logro escuchar el leve sonido de la puerta al cerrarse; y así, desaparece sin siquiera mirarme a la cara.

─ Que grosero ─suelto indignada, su acción me ha puesto más molesta de lo que ya estaba─. Que se pudra ─susurro a pesar de estar sola.

Subo a mi habitación arrastrando los pies. Me lanzo boca abajo a la grande y reconfortante cama, permanezco en dicha posición unos segundos y luego me giro mirando hacia el techo antes de ahogarme con las sábanas. Este día tuvo un desenlace que no esperaba. Tuve mi primera cita; porque a la final Thrall si tenía sentimientos por mí, mi primer beso, mi primera declaración de amor y mi primera pelea amorosa.

Demasiadas primeras veces en un día.

Suelto un gran suspiro tratando de procesar todo lo ocurrido esta noche. Mañana partiré en mi viaje y no quiero que las cosas entre Thrall y yo queden mal. A pesar de esto no pienso ir a pedirle disculpas cuando fue él quien me ofendió al decirme que solo era algo pasajero. Me hizo sentir que sus sentimientos no eran en serio; tal vez solo quería jugar conmigo. Me reprendo a mí misma por tener pensamientos tan negativos y deprimentes.

Thrall no es así.

Quiero convencerme de ello pero me doy cuenta que en realidad no lo conozco tanto como para afirmarlo. No sé cómo es su actitud en los temas amorosos, ni a qué atenerme; y es posible, que esa fuera una de las razones por la cual lo rechacé.

La verdad no sé si estuvo bien lo que hice. Él me gusta, la prueba está que sus palabras me hicieron mal; a pesar de esto decidí no aceptar sus sentimientos, con la excusa de que no permaneceré para siempre en este mundo pero en realidad esa no es la razón. Es hora que sea sincera conmigo misma y acepte de una buena vez la verdadera causa por la cual alejo a todos los hombres que se me acercan.

─ Tengo miedo ─susurro en un tono casi inaudible mientras le confieso a la noche mi más grande secreto. Poso mi mejilla izquierda sobre el suave colchón mientras atraigo una almohada y la aprieto fuertemente contra mi pecho. Mis ojos se empañan y los aprieto fuertemente queriendo deshacerme de los sentimientos de tristeza que provocan que mis lágrimas comiencen a brotar sin permiso. Me resisto a romper en llanto, solo pequeños sollozos y un poco de mucosidad. Las sábanas terminan húmedas producto de mi llanto.

¿Por qué será que siempre decido huir antes que amar?

¿Por qué tengo tanto miedo de que me lastimen?

No, no tengo miedo.

Estoy aterrada.

Y con ese último pensamiento mis lágrimas vuelven a aparecer esparciéndose por mi rostro sin control.

Atrapada en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora