Capítulo 24 parte 3

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MICHELLE

─ ¡Basta, ya ganaste ahora detente! ─grito pero El Príncipe me ignora─, ¡Estás sordo! ¡Para! ─inútilmente, lo sostengo del brazo. Su fuerza es mayor a la mía y no puedo detener sus ataques─, ¡lo vas a matar! ─lucho contra su cuerpo, el cual, sigue embistiendo golpes hacia el pobre Frank─, ¡¡¡BASTA!!! ─grito con todo lo que tengo, una fuerza me recorre el cuerpo hasta concentrarse en mi mano y luego estalla en el brazo del Príncipe; noto una mueca de dolor en su rostro, él cesa sus golpes y se aleja de Frank. Lo observo perpleja mientras él me mira enardecido y me percato que ha dejado de mover el brazo que entro en contacto con mi mano.

¿Será posible que con todo este embrollo los poderes de la piedra se hallan activado y sin querer le haya roto el brazo al Príncipe?

Ambos intercambiamos miradas mientras los ojos acusadores de la multitud se posan encima de nosotros. De pronto, aparece Joul y se lanza encima de Frank, lo sostiene angustiada y grita su nombre frenéticamente. El joven apenas conserva la consciencia, su rostro está cubierto de sangre y de múltiples hematomas, es realmente desagradable.

─ ¡Lo has dejado moribundo! ─ gruñe entre sollozos y se aferra al cuerpo de su amado─. Frank, per-per-perdóname, p-p-por fa-favor ─susurra envuelta en puro llanto─, m-mi amor, n-no me de-de-dejes.

─Esto fue lo que pediste ─comenta descaradamente El Príncipe─. Tu misma lo provocaste, no busques otros culpables ─sus palabras pese a ser crueles contienen la verdad.

─ ¡No quería que esto terminara de esta forma! ─Joul derrama lágrimas como una cascada mientras se suena la nariz─, ¡Solo quería darle una lección!

─Joul... ¿de qué...? ─murmura Frank casi sin conciencia.

─Nada, no es nada, Frank ─responde rápidamente Joul.

Lamento mucho que Frank deba pagar por los dramas de Joul y los arrebatos sádicos del Príncipe, no tiene la culpa de haberse visto enredado entre los problemas mentales de esos dos. Su mayor error fue enamorarse de una loca como Joul; pero pese a esto parece que ella también lo quiere a él, sin importar los problemas que la hayan llevado a armar todo esta telenovela.

Camino hacia el moribundo sintiéndome insegura de mi siguiente acción.

─ ¡No te acerques! ─grita como una paranoica.

─ ¡Cállate, Joul! ─refunfuño fastidiada y Joul se sorprende. Suelto un suspiro y prosigo─. Yo lo curaré ─ella frunce el ceño, y, a su vez, El Príncipe me susurra cautelosamente al oído.

─Ni se te ocurra ─ordena y blanqueo los ojos. Me giro para enfrentarme con sus ojos azules, los cuales me reprochan mi decisión.

─No me detengas, voy a arreglar tu desastre ─mascullo entre dientes y me alejo de él.

Me agacho para quedar a la altura de Frank, Joul deja de discutir y se limita a observarme con escepticismo.

Posiciono una mano en frente de Frank y trato de concentrarme, no sé cómo funciona esto de la magia, pienso en el deseo que tengo de curar las heridas de Frank. Cierro los ojos, dejo mi mente en blanco y me aisló de todo. Siento nuevamente aquella fuerza que me recorrió el cuerpo hace unos momentos; pero esta vez, se siente distinta, como si fuera más pura. Desplazo mi mano alrededor del cuerpo herido, cuando abro los ojos me doy cuenta que ha funcionado el hechizo. Frank esta como nuevo; la sangre ha dejado de brotar y todos sus moretones han desaparecido.

Frank se cerciora cada parte del cuerpo, su boca está abierta de la impresión. Joul lo abraza con fuerza dejándolo casi sin aire. La muchedumbre no musita ni un silbido; de repente, escucho un aplauso y este es seguido por más hasta que toda la plaza se inunda de dicho estruendo.

Atrapada en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora