Capítulo 28

1.2K 158 16
                                    

MICHELLE

Doy vueltas en mi cama y la desordeno más de lo que esta, tengo cero ganas de levantarme, deseo quedarme aquí tirada sin moverme y quedarme encerrada en mi habitación hasta que las aguas se calmen.

¡Odio todo este drama! ¡Sáquenme de esta telenovela!

Escucho unos golpes provenientes de la escalera del ático, rápidamente me reincorporo y espero asustada alguna llamada.

─Michelle, ¿Estás despierta? ─una voz que no quiero escuchar pronuncia mi nombre. ¿Qué hace él debajo de la trampilla?─, Michelle ─en tono serio, vuelve a llamarme. Me debato entre contestarle o ignorarlo.

¿Y si me hago la dormida? No me importa ser inmadura, el camino del cobarde es mucho más fácil.

─Por favor, es importante lo que te quiero decir ─súplica.

Camino con lentitud hacia la escalera y permanezco quieta observando el hilo, en el momento que lo suelte esa persona podrá entrar a mi guarida y no habrá marcha atrás. Su manera de dirigirse a mí me hace pensar que no quiere más peleas; decido escucharlo y suelto el hilo rápidamente antes de que me arrepienta de lo que estoy haciendo.

Thrall ingresa al desván, me percato de los vendajes que lleva en las manos y la cara producto de la pelea de anoche. He de suponer que la persona que lo curo fue la Sra. Amelia; por lo tanto, ella y los demás integrantes de la familia deben haberse enterado de lo que sucedió ayer mientras dormían.

─Necesito que me escuches ─asiento y ambos nos sentamos en la cama. Solo espero que no repita oraciones sin sentido─. Ayer me comporte muy mal, estaba confundido y actué sin pensar. Es solo que no estaba preparado para volverte a ver ─permanezco muda ante su confesión, no esperaba arrepentimiento de su parte─. Cuando me fui a dormir medite mucho sobre lo ocurrido y me di cuenta que no puedo seguir acosándote; lo pensé bien y decidí ir a hablar con Ainhoa para que me diera una segunda oportunidad, le dije que estaba arrepentido y que no volvería a suceder. Ella acepto y estamos nuevamente juntos ─me sorprendo ante su repentino ataque de lucidez, parece un chico muy distinto al de anoche─. También te quiero pedir perdón por no haberme despedido cuando partiste, me sentí muy mal por eso. Quiero que me perdones por haberte lastimado y decirte que quiero que seamos amigos, solo eso, nada más.

─Pensé que eso éramos; pero un amigo no se comporta como tú lo hiciste ─sentencio molesta. Me cuesta aceptar sus disculpas después de todo lo que sufrí, siento que si lo perdono no se hará justicia a mis lágrimas.

─Lo sé y estoy arrepentido ─toma mis manos sin mi consentimiento─. Solo quiero tu perdón ─llevo mi mirada al suelo para huir de la suya.

─No sé, necesito pensarlo ─titubeo, no puedo perdonarlo tan fácil, me cuesta mucho aceptar un Perdón.

─De acuerdo, no te presionaré ─baja la cabeza y se queda observando mis manos, acaricia el anillo que me dio cuando partí mientras una sonrisa aparece en su rostro─. Todavía lo tienes, pensé que lo habrías tirado ─retiro mis manos con rapidez, olvide por completo quitarme el anillo antes de acostarme. No quiero que descubra mi fijación por él durante el tiempo que nos separamos.

─Es un regalo de parte de tu familia, no lo tiraría por mis problemas contigo ─espeto ocultando mis verdaderas razones. A pesar de la rudeza de mis palabras la sonrisa en su rostro sigue intacta.

─Claro ─hace una pausa─, realmente me comporte como un imbécil. El Príncipe tenía razón, no puedo creer que alguien como él me hubiera hecho ver eso ─confundida, frunció el ceño─. Tal vez fue el golpe en la nariz.

Atrapada en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora