Capítulo 91 Parte 4

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MARCUS

Estoy en la azotea, viendo como esos dos se ríen sin parar. La sonrisa de Michelle es resplandeciente, luce muy contenta, jamás la vi reírse de esa forma. Supongo que conmigo nunca ha querido reírse así, dado que solo le causo malestares.

Esquivo la escena, miro hacia un costado del edificio, distraído.

─ ¡Como ordene, Princesa! ─alcanzo a escuchar a Revier.

─¡Ah! ─grita Selene llamando mi atención, su cara esta horrorizada.

Giro el cuello hacia donde están Revier y Michelle; pero solo lo veo a él, inclinado hacia el vacío. Rápidamente, comprendo lo sucedido. Sin pensarlo, me lanzo del edificio, con el objetivo de recuperarla antes de que se estampe contra el suelo.

La veo, la distancia entre nosotros se va a acortando. Creo que ha perdido el conocimiento puesto que su cuerpo ondea libre como el viento. Extiendo el brazo, intentando cogerla; sin embargo, la brisa no me lo permite. Imprimo más esfuerzo; y esta vez, mi brazo consigue envolver su torso. Al momento de tenerla conmigo, desenvaino la espada y la entierro en la pared del hotel. El metal cruje mientras seguimos descendiendo con lentitud hasta que la cuchilla se entierra por completo en el ladrillo. Apoyo los pies en el muro vertical y sostengo a Michelle por el estómago, ella esta boca abajo, con la consciencia ida.

Suelto un suspiro, casi no la salvo por estar pensando en tonterías. De cualquier manera, estando aquí a la intemperie, me doy cuenta que salte de un edificio de cincuenta pisos sin dudarlo.

Me he vuelto loco.

─ ¡Príncipe Marcus! ─alzo la cabeza, una esfera de agua se acerca a nosotros─. ¡Entre en ella!

Salto en el globo acuático, dentro puedo respirar con naturalidad. Nos elevamos para retornar a la azotea. Echo un vistazo a Michelle, quien aún sigue sin recuperar el conocimiento. Caer desde tan alto teniendo fobia a las alturas debió ser muy desesperante para ella. Tiene la tez blanca y los labios agrietados.  La humedad en sus ojeras demuestra que lloro.

Una vez más, no pude evitar que sufriera.

Tomo su frágil figura y la recuesto en mis piernas. Si le transmito mi calor, tal vez se alivie.
Llegamos arriba, el agua se expande hacia los lados destruyendo el globo. Selene y Revier se acercan.

─ ¡¿Cómo se encuentra, Michelle?! ─pregunta alarmado.

─Cómo quieres que este. Perdió la conciencia debido al susto ─refunfuño acribillando a Revier con la mirada.

─ ¡Lo siento, Príncipe Marcus! ¡Ha sido un descuido terrible de mi parte! ─exclama cabizbajo.

─A la que le debes pedir perdón es a Michelle, no a mí ─espeto tratando de controlar mi furia.

─Marcus, tranquilízate. Ella está bien ─dice Selene tratando de calmarme.

─Lo sé, no estoy alterado.

─Tus ojos están rojos ─notifica. No me sorprende que hayan adquirido ese color─. Sé que estás muy enojado con Revier, pero no lo hizo a propósito. Fue un accidente; y por suerte, Michelle está a salvo y tú también.

─ ¡Hubiera querido reaccionar más deprisa para poder ayudar a Michelle con mi magia! ¡Usted fue tan veloz que quede rezagado!

─Si no hubiera estado aquí, entonces, ¿ella habría muerto? ¿Es eso lo que quieres decir? ─cuestiono iracundo.

─ ¡Marcus!

─ ¡No! ¡Lo que quiero decir es que hubiera tardado más tiempo! ¡Jamás permitiría que la vida de Michelle se acabe! ¡Mi dignidad de caballero estaría manchada! ─me observa con resolución. La seguridad ha regresado a él.

Atrapada en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora