Capítulo 74 Parte 1

1K 131 8
                                    

THRALL

El largo trayecto ha llegado a su fin, la luna de medianoche nos brinda tan solo un poco de iluminación y la noche nos envuelve en el velo de lo desconocido. El lugar al cual la princesa Sera me ha arrastrado no puede dejar más que un signo de interrogación en mi frente. Tenía entendido que estábamos en busca de su contrato nupcial, por lo que me imagine irrumpiendo en las oficinas de un gran palacio; sin embargo, ahora estamos en un cementerio. Mis dudas no pueden dejar de saltarme en la cara. La idea de que aquel papel este enterrado junto al esqueleto de un ser vivo no deja de rondar mis pensamientos.

La princesa Sera luce muy tranquila, no se deja asustar por los sonidos angustiosos de los antes vivos. Sin pensárselo mucho empuja la reja descascarillada de la entrada, el chillido del metal sin lubricar espanta a los cuervos que pululan en lo alto de los árboles. Nos abrimos paso entre miles de lápidas, el murmuro del viento eclipsa todos los sonidos y las sombras se convierten en extraños seres que anhelan nuestra energía vital. Nunca he sido muy amante de lo paranormal, prefiero dejar a los muertos así como están, muertos.

Una vez cuando era chico, utilice mis poderes para hacerles creer a los demás niños que había una mujer fantasma en el parque. Todos lo creyeron cierto, corrían despavoridos al ver la ilusión de la mujer muerta que con tanto esmero había creado. Estaba contentísimo por mi habilidad; pero más por gastarles una broma a mis amigos. Hasta que una de las tantas noche que lleve a cabo mi travesura, vi un bulto puramente oscuro a lo lejos detrás de un árbol. De inmediato, me descompuse; sentía que algo estaba drenando mis energías. Tenía una sensación de repulsión y pesadez. La paranoia se apodero de todo mi cuerpo, salí disparado como un cohete y llegue a casa llorando como un tonto. Mi padre me riño, pero no tanto como esperaba. Él considero que el susto que me había pegado había sido suficiente escarmiento. Por un tiempo tuve pavor de ir al parque, incluso de día. Más nunca jugué con ese tipo de cosas y por fortuna lo que sea que estaba acechándome en el parque no me siguió hasta la casa.

Un escalofrío me recorre la nuca de solo acordarme de aquel episodio.

─Princesa, ¿Por qué nos ha traído a este cementerio? Tenía una idea diferente del paradero de su contrato ─comento con simulada paz. Por dentro, estoy que salgo corriendo.

¡¿Por qué me acorde de ese maldito bulto negro?! ¡Mis nervios están descontrolándose!

─Por muy extraño que te suene, aquí es donde está. Específicamente, en el mausoleo familiar de los Dampierre. Es aquel –señala un edificio de tamaño mediano a unos metros de nosotros─. Aparte de las tumbas de sus antecesores, tienen una sala oculta donde atesoran sus más grandes tesoros y documentos secretos. En una ocasión, escuche al Rey de Rohan comentarlo, estaba muy tomado y su lengua soltó el paradero de mi contrato nupcial.

─Que lugar más tétrico para resguardar sus pertenencias más valiosas ─digo sin mirar mucho a mi alrededor. Mi mente es capaz de hacerme ver cosas donde no las hay.

─Te ves pálido, ¿Tienes miedo? ─se detiene preocupada. Solo faltaban unos cuantos pasos para llegar al mausoleo y su alteza ha decidido cuestionar mis temores.

─Para nada ─afirmo mientras trago sonoramente saliva. Centro mi vista en sus ojos avellana, que con la luz de la luna lucen más resplandecientes y me relajan.

─Luces como si lo estuvieses ─acorta la distancia entre nosotros y hace un escaneo a mi angustiado rostro─. Perdóname por hacerte pasar un mal rato. Pronto, me desharé del contrato y podremos irnos ─sonríe para tranquilizarme.

Honestamente, no tengo ganas de fingir valor, por lo que no la contradigo cuando me descubre.

─Se lo agradecería enormemente ─admito exhausto─. Por ahora, podemos entrar al mausoleo; el ambiente siniestro del cementerio me está sofocando.

Atrapada en otro mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora