EL CHICO DE MIS DIBUJOS© [✔]

|15|

C A P I T U L O  15

ÉLISABETH

Un jadeo lleno de incredulidad sale de mí boca, mis ojos están intactos en aquellos ojos verdes que podrían hacer delirar a cualquier chica; yo estaba en ésa lista. Estaba en ésa lista de chicas que posiblemente podrían caer rendida a sus pies; no solo por el aspecto físico si no qué, había algo en el que me hacía perder el uso de la realidad, era como esa sensación que me transmitía El chico de mis dibujos a través de mis sueños, o éso sentía cada vez que estaba presente frente a mis ojos.

Parecía que el destino me estaba haciendo extrañas jugadas porque, era tan inusual que cada vez que estaba sola en cualquier parte él estaba ahí como sí me siguiera, como sí siguiera cada paso a dónde voy. Todo estaba pasando de manera muy singular y podría decirse que inapropiada ¿Será que Jaeden era algún tipo de acosador y no estaba dando cuenta? No, éso era muy incongruente, éso era muy fuera de sentido.

Trato de al menos articular aunque sea una sola palabra, pero nada podía salir, mis labios estaban temblando, podía sentir el calor que mis mejillas emitían ya que mí vestimenta no era la mejor, estaba hecha un reverendo desastre ¿Por qué me importaba tanto en éste momento como lucía? Aquello era tan diminutivo para mí antes de conocerlo, claro.

―Oh... ¿Jaeden? ―solté una risa nerviosa―. Hola

―Vaya; nunca creí encontrarte en éste lugar ―dijo soltando una sonrisa pequeña―. Hola, haciendo las compras ¿no? ―puso la manzana en su lugar del estante-

―Éso parece ―contesté obvia metiendo aquellas frutas dentro de una bolsa despacio, como si su presencia me hicieran sentir retraída de alguna forma―. Y créeme que yo tampoco imaginé encontrarte aquí ―me volví a verlo y el suelta un suspiro-

―Usualmente no me gusta salir de casa; mucho menos a éstos lugares. Pero mi madre insistió y nunca puedo discutir con ella, siempre termina convenciéndome. ¿Y tú? ¿Vienes sola?

―No ―dí una sonrisa apretando los labios―. También estoy con mi madre; por cierto, debe estar esperándome. ¡Te veo luego!

Agité la mano dándome la vuelta dispuesta a zafarme de él, en pocas palabras huyendo del lugar con toda la vergüenza acumulada dentro de mí; miro mis crocs y maldigo desde mis adentros, todo estaba saliendo mal.

―¡Espera! ―dijo detrás de mí y sin pasar ni medio segundo ya estaba a la par conmigo mirándome a la cara―. Tenemos días sin vernos y diría que un día completo sin hablar, he estado ocupado lo siento

―No hay problema ―levanté apenas la comisura de mí labio―. Lo supuse, yo... También he estado ocupada. Me da gusto haberte visto otra vez.

―Perdón si resto tu tiempo, solo quería decirte algo ―susurró haciendo que detuviera mis pasos-

―¿Si?

―Éste sábado podríamos salir ―propuso rascándose la nuca algo nervioso―. Si quieres, o podría ser otro día, claro.

Sonreí mostrando los dientes―. Sí te dijera que sí ¿A dónde seria?

―Quizás al centro comercial ―me sonrió metiendo ambas manos en los bolsillos de su sudadera color blanca―. Me haz dicho que te gusta el cine, así que... Podríamos ver una película