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C A P I T U L O  71

Llevar a Jaeden hasta su casa fué un lío total.

Aparte de éstar lloriqueando por Betty, se mantuvo hablando incoherencias por todo el camino. La cara de Finn lo decía todo, éstaba amargado, muy amargado. Además de haber parado más de cinco veces para que vomitara en la carretera, siempre fué falsa alarma, solo estaba jugando con nosotros.

Lo peor es que se reía como un loco en nuestras caras.

He de admitir que jamás había visto a Jaeden actuar de ésta forma. Siempre lo conocí como el chico tranquilo temeroso del alcohol y ciertas cosas. Me parece no haberlo conocido lo suficiente, ésta noche me sorprendió demasiado.

—Yo digo que mejor lo dejemos botado en la carretera, ya no lo soporto —Finn me mira con el entrecejo fruncido.

No sabia si reír o éstar de acuerdo con su propuesta, la cual, se notaba que lo estaba diciendo en serio y no de broma.

 —Solo falta un par de cuadras más, cálmate.

—¿Y si me adoptan? —Jaeden interfiere con su voz de borracho—. Es que mamá me echaría de casa como se entere que estoy así. 

Finn frena el carro y voltea señalándolo con acusación.

—Créeme que no quisiera un hijo tan fastidioso como tu, cierra el culo Jared.

Le toco el hombro a Finn para que se relaje, —No vale la pena que pelees con él, no está consciente de lo que hace o dice.

Las facciones de su rostro molesto se relajan y deja salir aire abrumado mientras que el chico con poca sobriedad suelta una risita lobuna desde el asiento trasero.

—Bueno, de igual forma no me interesa que su mamá lo bote de la casa, no es asunto mío.

—No estoy diciendo que lo es —intento calmarlo—. Vamos, solo sigue el camino o llegaremos tarde a nuestra cita.

—Tienes razón.

Finn vuelve a tomar el mando del volante y vuelve a arrancar esta vez en silencio. Contemplo su perfil serio por unos segundos y luego visualizo a Jaeden por el espejo del retrovisor.

—No vayas a dormirte, Jaeden —le aviso en el tono suficientemente alto para que me escuche.

Tarde. Ya estaba con la boca abierta babeándose todo dormido, suspiro al pensar que para bajarlo del carro será otro problema.

—¿Por qué nunca podemos tener un momento perfecto para los dos? —se queja rompiendo ese silencio que se había creado entre nosotros.

—Lo sé, pero no es mi culpa que él haya llegado. Créeme que estoy mas confundida que tu.

—Si no es Christian es Jaeden, y si no es Jaeden es tu papá —bufa girando el volante con un gesto neutro—. Te extraño tanto como para arruinar ésta noche. No olvides que llevo planeando ésta cita desde hace meses. 

Sus manos se refuerzan un poco haciendo que esas distintivas venas de sus manos se marquen, devuelvo la mirada hasta su rostro apacible.

—Cariño, no es para tanto.

—Si, quizás solo estoy exagerando un poco, lo siento —se disculpa con voz baja—. Es que, quiero hacer de ésta noche para ti una inolvidable.

—Y lo será —afirmo dando una media sonrisa.

Con una mano sigue conduciendo y con la otra toma la mía suavemente entrelazándola sin apartar la mirada del camino.

—Te amo.

EL CHICO DE MIS DIBUJOS© [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora