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C A P I T U LO  8

NARRADOR

La sonoridad de la campana se hizo presente a la ultima hora de clase; la mayoría de los estudiantes salen a toda prisa subiendo a todo furor a sus transportes y unos que otros al auto de sus parientes. Finn camina a la salida junto a Élisabeth; ambos no saben lo que les espera, y no estaban curiosos por descubrirlo.

Apenas cruzando por el patio dónde ya quedaban pocos estudiantes; una voz gruesa y vaga los detiene. Sabían exactamente de quién se trataba y no se dieron la molestia de volverse a ver el responsable.

—Quietos ahí —Jonathan se acerca por detrás mientras que en su boca tenía un cigarrillo expulsando humo como chimenea—. Como huyan estarán mas que muertos

Un jadeo miedoso sale de la boca de la chica; su corazón se sobresalta del susto—. Finn, avanza, avanza —avisó tomándolo por el brazo-

—¿Ya se van? —replicó en tono burlón tirando el cigarrillo aplastándolo con la suela de su zapato—. Es una lastima

—No es tu problema, puto —escupe la castaña apunto de correr-

Finn toma la iniciativa y decide ésta vez tomarla por la muñeca tratando de sacarla del lugar cuanto antes, por si fuera poco, el patio estaba tan vacío como desierto sin un alma que rondara por ahí, a no ser de los demás vándalos parte del grupo que los detuvieron para que no escaparan pese a sus intentos fracasados; era inútil, estaban rodeados sintiéndose como una presa indefensa ante lobos feroces.

—Ayer lograron escaparse, pero hoy les aseguro que no —el ojiazul volvió hablar apretando un poco la mandíbula dejando que aquellos huesos se remarcaran con exactitud en su rostro tan perfilado—. Repito, no traten de huir o les irá peor —sentenció acercándose cada vez más sin omitir ninguna distancia-

—¡Déjanos en paz! —gritó el chico alto cubierto de pecas—. ¡Aléjate!

—¡Calla! —le puso una mano sobre la boca— A mí no me das órdenes, Wolfhard

El mencionado reacciona quitándole la mano bruscamente mirándolo mal—. Imbécil

Jonathan ríe con ironía como si el semblante del pelinegro fuese lo más divertido del mundo; su risa era tan insípida que cualquiera que recién lo ve lo querría golpear.

—¿Qué quieres? —la menor se atreve a preguntar con voz temblorosa—. Solo dí que buscas y aléjate de una buena vez —masculló apretando sus manos cuándo la respuesta solo fué un espacio de silencio y una mirada amenazante-

—No me iré sin antes cumplir mi trabajo —soltó uniendo las cejas dando un paso más, Élisa, retrocede y se esconde detrás de su mejor amigo buscando su protección—. ¿Acaso piensas que éste tonto te va a proteger? —se burló ante la escena.

—Aléjate de ella —musitó mirándolo de forma valiente y retadora—. Le tocas un solo centímetro de su cuerpo y conocerás tu perdición

—Quítate —se acercó a él quitándolo de su camino ocasionando que éste se quejara—. Eres un maldito débil

—¡Finn! —la chiquilla escuálida trata de ir con él para defenderlo a toda costa, lo cual, los cuatro chicos que los rodean se los impiden—. ¡Basta!

EL CHICO DE MIS DIBUJOS© [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora