EL CHICO DE MIS DIBUJOS© [✔]

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C A P I T U L O 52

F I N N

Últimamente; los problemas entre el señor Wilson y yo había cesado. O éso creía saber. Su nivel de ser tan estricto con su hija había disminuido, comencé a comportarme como un chico bastante decente y hacerle entender de una vez por todas que jamás en la vida iría con segundas intenciones. De verdad, iba en serio con ésto. Jamás me sobrepasaría como él lo piensa con Élisabeth.

Claro, no obviaré las partes en las que ella y yo nos besábamos y teníamos nuestros momentos cariñosos como cualquier pareja adolescente. Pero, éramos más discretos. No lo hacíamos todo el tiempo, menos en su presencia. La ultima vez que nos descubrió (que ha sido una semana antes), me echó de la casa y no me dejó mantener comunicación con su hija por tres días.

Mantener nuestras muestras de afecto reservado me hacía recordar a aquel juego de "Besos en la oficina" que jugaba mi prima a escondidas de su mamá. Nuestra vida estaba siendo basada en ése juego para niñas. Que horror.

Bien, al menos el señor Daniel ya me tenía más confianza y nos dejaba estar solos; ganarme su confianza fué un reto difícil. No voy aprovecharme de éso, estaba cansado de soportar otros días sin verla, en ése tiempo cuando estuvimos tan distanciados después de nuestras discusiones y peleas fueron suficientes para los dos.

Ahora teníamos que cobrar el tiempo perdido, lo necesitábamos más que nada.

―Saldré un momento con tu padre, no tardamos ―avisó la señora Claire desde la puerta.

―Está bien mamá ―contestó Élisabeth, tranquila.

Ésto me huele a un plan macabro de Daniel contra nosotros para ver si somos capaces de hacer algo indebido en ésta habitación. Estaba seguro.

―¿Y qué hacen?

―Vemos una serie ―contesté, dando una sonrisa suave.

La señora Claire asiente y se esfuma de la habitación volviendo a repetir la frase "No tardamos" me quedo callado abrazando a Élisabeth por el hombro mientras veo hacía aquella pantalla grande del televisor.

Ella se ríe llamando mi atención, vuelvo a sonreír.

―Muy loco ¿no? ―contesto sabiendo el porqué de su diversión.

―No lo puedo creer, de verdad.

―Pasa que inspiro confianza; cariño ―le dí un beso en la sien―. ¿Crees que otros padres dejarían a su hija a solas con su novio?

―Quizás dejaron una cámara escondida ―susurró muy bajo, parto en risas.

Más que un chiste, podía ser verdad.

Siento su mano desordenar mi cabello, algo tan típico en ella. Mayormente, antes de conocerla no me gustaba que lo tocaran ni un poco, pero ella, tan solo ella es mí hermosa excepción.

―¿Por qué te gusta hacer éso? Lo desordenas ―mofé.

―Te lo arreglo, es otra lógica.

―Harás que me pierda la serie ―ella me sonríe y siento mi mundo girar en su entorno―. Aunque verte ahora es más interesante.