|35|

7.1K 681 613
                                    

C A P I T U L O 35

Betty cruzó los brazos pasando su lengua lentamente por la encía procurando verse agradable para atraer al chico ojiverde a su frente, quién, solo retrocedió un paso mirándola con recelo. No podía creer que ella estaba frente a él después de tantos años. Estaba dudando si alejarse o no, sin embargo, se quedó paralizado en el lugar mientras que ella se acercaba más a él sin aguardar distancia alguna.

―Eres el "Chico nuevo de ojos lindos" ―dibujó comillas con los dedos―: Del que todas hablan... ―continuó―. No creí que fueses tú; querido Jaeden.

La ultima frase la mencionó con picardía recibiendo una mirada nerviosa por parte del mencionado.

―Betty... Yo... ―titubeó rascándose la nuca―: Yo... no creí que seguías continuando las clases aquí...

―¿En serio? ¿Después de tantos días? ―rió, meneando la cabeza―. Y yo no creí que estuvieses saliendo con Wilson. Ésto es inaudito; me crucé contigo un par de veces, pero... Acercarte a tu ex novio no es... Tan genial que digamos, no después de como terminó todo.

Él, resopló e hizo un gesto de incomodidad alzando las cejas sin verla ni siquiera un momento. Mencionó lo que por poco creyó haber superado. «¿Cómo es posible qué esté en esta situación?» se preguntó de nuevo.

―Haz cambiado ―optó por decir, ignorando lo antes dicho―: Creo que no eres la misma Betty que conocí hace tres años.

―¿Cómo? ―sonrió con diversión enrulando un pequeño mechón de su cabello rubio en el dedo―. ¿Engordé o qué?

Jaeden se volvió a verla riendo un poco; estaba entrando en confianza a medida que ambos influían la conversación.

―No; sigues igual de linda ―dió una sonrisa lánguida―: Pero hablo de tu actitud; para nada es la misma. Parece que ser hija del director va dando poco a poco resultados ―se atrevió a decir recibiendo un gesto incrédulo por parte de ella―: Sabes que es verdad.

―Bueno, ¿Para que mentirte? ―se alzó de hombros con descaro―: Todos son un asco aquí, y nadie es superior a mí. Es una secundaria prestigiosa, no para cabezas huecas que solo vienen a infectar el ambiente con sus personalidades ridículas. Aunque, no soy quién para juzgar, pero en serio son fastidiosos. ―acercándose un paso más a él, sonrió―: Volviendo al tema. Sigo siendo la misma, la misma chica de la cuál te enamoraste y saliste por un año. Y tú, tú sigues igual de lindo...

Aquel sonrió apenas levantando la comisura de sus labios alejándose tan solo dos pasos de ella―. No intentes jugar conmigo; estoy saliendo con alguien ahora. Y como dicen por ahí, Betty ―la recorrió con la mirada desde la punta de sus pies hasta su rostro―: Pasado pisado ―concluyó-

―Por más que intentes pisarlo sigues muriéndote por mí ―lamió sus labios y suspiró―. De igual forma si intentas que lo crea, espero que dures mucho con Wilson, ya no la veo por ahí con Finn y es una buena señal.

―¿Conoces a ése tipo?

―Sí, entró un año después que te fuiste, fuimos buenos amigos ―explicó brevemente sin mucha importancia―: Pero digamos que todo cambió cuando ella entró, ya no fué lo mismo y todo se arruinó.

―¿Por qué te da gusto que ya no estén juntos?

―Porque Finn me gusta, y es mi objetivo ahora ―musitó enarcando una ceja. Jaeden mofó mirando a un lado―: ¿A ti no te molesta que Élisabeth éste con él y todo sea su... "Mejor amigo"..?

―Un poco ―admitió―: Pero creo que es algo en dónde no debería meterme, aunque de por sí rulos me cae algo pesado y considero que es una amistad algo toxica.

―Si te molesta podemos llegar a un pequeño acuerdo ―aquel se interesó un poco viéndola otra vez―: Tu sigue con Wilson. Ambos se alejarán y yo trataré de acercarme a Finn, tendré más oportunidad. Al menos que te dé celos, claro.

―Jones, ya te he dicho que tu y yo ya no tenemos nada que ver. No siendo nada por tí y éso está claro desde hace mucho tiempo ―firme, se lllevó ambas manos a los bolsillos―. Y claro, me interesa. Solo quiero que ella pase tiempo conmigo y él ya no esté entrometiéndose en mis planes. ¿Tienes algún lazo con ella?

―Un lazo lleno de resentimientos ―continuó algo cansada―: Wilson es... tan patética, sigo preguntándome ¿Como puedes estar con alguien con tal estatus? ¿Cuanto tiempo llevan saliendo?

―Dos semanas...

La rubia se partió en risas arrugando la nariz―. ¿Y estás seguro de que te gusta?

―Nos estamos conociendo cada vez más, es una chica con muchas cualidades ―bufó ignorando su burla―: No la amo, ni tampoco diría que es mi vida entera. Pero de lo que si estoy seguro es que... Hay algo en ella que me hace sentir conforme.

―¿A mí nivel?

Apretó la mandíbula ligeramente. Su mirada se conecta a la de ella de forma rápida sin mucho que decir; sin duda alguna. Su corazón seguí palpitando excesivamente con su presencia, seguía sintiendo aquel nudo característico en su estomago al oír su voz. No podía mentir, los sentimientos son difíciles de ocultar cuando te encuentras frente a una persona que alguna vez significó tanto para tí.

Seguía enamorado de ella, a pesar de querer olvidarla todo ése tiempo.

Con todo el miedo en sus pupilas, labios temblorosos, reaccionó saliendo del trance que solo sus ojos y aquel bello rostro le transmitían. Porque sí, ella era tan hermosa como todos los sentimientos que le proporcionaba en minúsculos gestos. Sabía cambiando. Sí. La chica dulce con alma noble parecía haberse esfumado. Quizás ya nada de éso estaba en ella, pero, seguía manteniéndolo embobado en muchos niveles.

―No a tu nivel ―admitió apenas en un hilo de voz―: Ella jamás se compararía a tí, tampoco... Mis sentimientos...

El silencio fué la respuesta más obvia para los dos. Ambos sabían que el sentimiento seguía ahí, como si nada hubiese pasado. Como si todo no hubiese terminado mal por una traición por parte de la rubia. Ella, lo había herido. Nada llego a nada bien, por lo que decidieron tomar su rumbo y así, el cambió de instituto poco tiempo después.

Quería olvidar el acontecimiento, pero, no podía.

A pesar de todo, sería capaz de intentarlo otra vez. Sonaría incongruente para muchos, no podía hacerlo, estaba con Élisabeth, no podía traicionarla también. «¿Por qué estoy pensado esto ahora?» se preguntó, ahogado. Sabía ese sentimiento. No iba a volver donde antes lo lastimado. O tal vez sí.

Negó sin hacerse tanto lío en la cabeza, no iba a tomar ésa decisión tan estúpida.

―Ups, parece que a tu enamorada no le agradó mi compañía ―mencionó Betty haciéndolo volver―: Mejor me voy, no quiero que tengas problemas. Te veo luego, Martell.

La ultima frase resonó como un eco en su subconsciente dejándolo como si fuése un canto hipnótico para sus oídos. Aquella melena rubia se movía con cada paso que daba y poco a poco fué desapareciendo de su vista; sonrió por inercia atrayendo un recuerdo inolvidable. Él recuerdo cuándo le transmitía ésa misma emoción cuándo cruzaban palabras.

―¡Jaeden! ―la voz molesta de Élisabeth lo hizo voltear. Aquella tenía las mejillas rojas por poco expulsando vapor de sus oídos―: ¿¡Que demonios estabas haciendo!?

El chico se sobresaltó un poco por el tono de voz que usaba. Jamás la había visto tan enojada con el rostro tan transformado en su vida, no hasta ése día. O lo poco que llevaba conociéndola.

―¿Qué hacías con ésa estúpida? ―ladró―: ¿¡Que hacías hablando con ella!?

―No deberías referirte así hacía otra chica ―fué lo único que pudo responder alzando las manos inocente. Élisa, lanzó una mirada fría por poco matándolo―: ¿Por qué te pones así, cariño? Ni siquiera la conozco, solo me estaba saludando y, no podía ser grosero. Hay tener amabilidad, es mi segunda semana.

Ella resopló tratando de calmarse cerrando por unos segundos los ojos exhalando por la nariz―: No te quiero cerca de ella ¿Si? ―se volvió a verlo más severa―: Por favor Jaeden, es lo único que te pido.

―¿Por qué?

―Pues, porque me odia ―tiró su cabello hacia atrás meneando la cabeza―. Hemos tenido un par de problemas y para lo único que se acerca hacía mí y hacía mis amigos es para molestarnos, por éso no quiero que se acerque a tí, todo lo hace con segundas intenciones.

―Entiendo... ―asintió más tranquilo―: Cálmate, ¿si?

―Lo siento, solo actué en base a lo que vi, estaba sonriéndote y tu también lo hacías ¿Que ocurre contigo?

―¿Celosa?

Élisabeth, rodó los ojos sonando la lengua. Jaeden se acercó un poco más jugueteando con su humor, sin temer a que probablemente podría recibir una patada y un "Aléjate de mí" por su parte.

―No lo soy.

―A mí me parece que lo estás ―sonrió, jocoso―. Tranquila, no dejaré que acerque otra vez a mí ni a nosotros, está claro para mi, pequeña. ―lentamente, pasó un pulgar por su mejilla acariciándola―. Solo te pido que confíes en mí...

―Seguro intenta algo y no estoy preparada para ello...

―Nada va a interponerse en ésto que apenas está comenzando ―le sonrió transmitiéndole seguridad―. Ahora somos tu y yo. Somos desde ahora un equipo.

―Prométeme que no vas a acercarte a ella.

―Lo prometo...

Suspiró un poco más tranquila depositando toda su confianza en él, no podía seguir discutiendo sobre ello, por lo que, intentó continuar a lo que iba.

―Iba a mostrarte algo... ―musitó.

―¿Qué cosa?

―Sígueme...

EL CHICO DE MIS DIBUJOS© [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora