EL CHICO DE MIS DIBUJOS© [✔]

|61|

C A P I T U L O 61

É L I S A B E T H

Mantener tanto silencio entre los dos era algo que me incomodaba un poco; y no era por su presencia, solo es que estaba acostumbrada a parlotear con Finn cada segundo sobre cualquier cosa que nos pasaba por la mente.

Pero el haber tocado un tema tan personal en el auto lo hizo retenerse a un nivel que ni siquiera me miraba.

Entendía que un tema por lo cuál durante todo nuestro noviazgo no hemos conversado hoy justamente lo toquemos, no me parecía algo del otro mundo. Supongo que algún día pasará. Y el no quiere sonar como un grosero.

O parecerse a su querido amigo. Sí, hablo de Christian Acker.

Lo tomo de la mano con el pensamiento de que en algún momento se le pase la vergüenza, el me corresponde pero sin cruzar palabra. Y yo tampoco quiero repetir algo al respecto; tendría por resultado a un chico más sonrojado y tímido de lo normal.

Cruzamos el patio y desde adentro se escucha la fuerte música; afuera hay personas dispersadas bebiendo y fumando. ¿A que clase de gente invitó? Ni siquiera los conocía, me hacían recordar a Jonathan y su grupo.

Que alguna vez nos persiguieron para matarnos, río al recordar ésos momentos. Y más que todo al recordar cuándo tapujé a Betty de basura.

Momentos inolvidables. Me pregunto, ¿por qué habrá mandado a Jaeden al diablo?

Los pensamientos se me esfuman cuándo la puerta se abre y aquel rubio con anteojos nos recibe gritando como para que todos escuchen.

―¡Hasta que llegan! ―alza los brazos, eufórico―. ¿Por qué tardaron tanto?

Río por como estaba vestido; tenía ropa ancha como siempre. Pantalones de mezclilla, una camiseta blanca con rayas negras y en la cabeza tenía unas orejas de gatito de aquellas que se usan en los disfraces.

―¿Por qué traes éso puesto? ―fué como si Finn adivinara lo que estaba pensando. Vuelvo a reírme.

―Sven dijo que me veía adorable ―fingió un puchero.

―¿Ya se arreglaron?

―De la manera más buena posible ―sonrió y movió las cejas rítmicamente.

Me preocupaba haber entendido a la primera éso, en cambio Finn frunció el ceño aún procesándolo.

―¿Cómo? ―pregunta todo inocente.

Chris abre la boca apenas para decir algo pero yo no lo dejo, ya que empujo a Finn despacio por la espalda obligándolo a entrar de una vez por todas. Cierro la puerta y suspiro inhalando todo ése olor a alcohol y otras cosas que no me atrevo a mencionar.

―Sentimos la demora, Christian ―cambio el tema, él rueda los ojos amargado―. ¿Por qué me haces así?

―Porque odio que me llamen por mí nombre completo ―objeta señalándome con acusación―. El único que puede llamarme así es Finn.

―Chris, delante de mi novia no ―sisea fingiendo esconder un secreto. Él ríe siguiéndole la broma.

―Lo siento, lindo ―finge voz de chica.