|CAPITULO FINAL|

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C A P I T U L O  73

CAPITULO FINAL

Despierto...

La manera en la que el sonido del mar se intensifica en mis oídos es extraordinario, cómodamente me muevo entre las sabanas. Hay calor en estas y un sentido de que hubo algo más allá aquí en una unión exacta.

A mi lado, esta la razón por la cual me siento viva.

Sonrío al verlo. Finn esta completamente dormido con la respiración baja, su pecho se mueve en una sinfonía que relaja mi mente. Sus perfectos rulos se le desparraman por la frente y sus hermosas pestañas hacen que sea más tierno de lo que es, incluyendo sus persuasibles pecas en su nariz respingada.

Las telas de la sabana blanca le cubre solo la mitad del cuerpo, su delgado abdomen se encuentra a la vista. La cama que antes parecía tener ni una sola arruga, ahora es un completo desorden. Y no me sorprende, después de tal noche agitada, es fácil de comprender.

Muerdo mi labio inferior al recordar cada detalle, cada caricia, cada beso.

Lo abrazo por la cintura apegandome más a su cuerpo, creando ese roce de piel con piel. Es tan suave. Tras sentir mi afecto, me abraza igual de fuerte sin querer soltarme, no tengo intención de irme, dormir con él es como estar arañando el cielo con ambas manos.

Con mi cabeza sobre su pecho, escucho el latir lento de su corazón, tan relajado, su pecho se alza, luego baja, y se repite la acción mientras yo contemplo el silencio que nos inunda. Le acaricio con la punta de los dedos por arriba de su ombligo.

Él se mueve un poco.

Siento que va a despertar, simplemente quiero que se quede así. Cuando alzo la cabeza para mirarlo, él está abriendo los ojos, tiene la cara hinchada y el sueño se le refleja en los parpados, le sonrío y el me devuelve el gesto con dulzura mientras se estira.

—Buenos días —su voz sale ronca y vaga.

—Buenos días, ¿como dormiste? —vuelvo a apoyar la cabeza en su pecho continuando con mis caricias lentas.

—Es muy obvio que mejor que nunca, cosita —besa mi cabeza y me acaricia el cabello—. ¿Sabes que hora es?

—No tengo ni la menor idea. ¿Acaso importa? —río—. Yo quiero quedarme aquí contigo un rato más.

—También yo... pero, ¿no quieres desayunar? —su mano se desliza por mi espalda.

Siento que un escalofrío me recorre, ya que la pregunta fué en un tono bastante, ¿directo? Es decir, reconozco las formas en las que Finn denomina las cosas y cuando usa ese tono de voz es porque tal "cosa" la esta diciendo o pidiendo en otro sentido.

Y ya creo hacia donde vamos.

—¿Por qué siento que lo preguntas de otra manera? —admito comenzando a reír.

—¿Qué? —el ríe también—. ¿De que forma lo entendiste tu?

—Olvídalo.

Finn entrecierra los ojos intentando comprenderlo, lo cual, me hace reír otra vez a mínimas carcajadas. Después de tantas preguntas, fraseos románticos —algo tan casual entre los dos—. Terminamos en un debate entre si ir a desayunar o no, optamos por ir a comer y luego caminar por la playa.

Cuando me levanto con la sabana enrollada en el cuerpo, me doy cuenta que hay un tremendo desastre en el piso de ropa y almohadas. El pantalón de Finn está tirado a unos metros de la cama, cuando intento recogerlo, el me jala por la sabana haciendo que toda mi espalda quede pegada con su pecho.

EL CHICO DE MIS DIBUJOS© [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora