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C A P I T U L O 46

F I N N

Ésto es tan agobiante; pegué mi frente a la mesa suspirando con pesar.

―Así que... ¿Ya se solucionó todo? ―cuestionó Christian mientras se encaminaba a la nevera y así, sacando una lata pequeña de Coca-cola.

―No creo que solucionado sea la palabra correcta para nuestra situación.―repliqué en tono gutural casi inaudible para cualquier persona.

El olor tan característico a vainilla del perfume de Emma inundó mis fosas nasales, otra vez. Supe que estaba cerca mío por lo que levanté la cabeza para mirarla, y sí. Se había sentado frente a mí mirándome fijamente.

―¿Entonces? ―preguntó ella pasando los dedos por la mesa creando un chirrido espantoso para mis tímpanos―. Cuéntanos, Finn.

Bufé, meneando la cabeza apoyándome en la silla, puse mis manos por detrás de la nuca lamiendo mis labios pensativo.

―No sé, digamos que cierta tensión se liberó, pero aún así entre nosotros va haber ése resentimiento. Al menos por mi parte, claro. ―expliqué, fingiendo que ya no me importaba el tema.

Pero en realidad la extrañaba cada maldito segundo.

Lastima que ya nada será igual y tenía que enfrentar los hechos y que así fué mi decisión por más dura que suene. No volveré a dónde me hicieron tanto daño.

―Tienes que aprender a perdonar, Finn. ―opinó la pelinegra frunciendo un poco los labios en un gesto comprensivo.

Suspiré con poca voluntad―. La perdoné, créanme, lo hice. Pero por más que trato de olvidar el daño que me hizo, no puedo dejar atrás todo lo que pasó.

Chris dió unos cuantos pasos hasta llegar a nosotros mientras no separaba la lata de su boca, cada trago que daba sonaba en nuestro silencio que se formó. Cuándo dió un ultimo sorbo, eructó antes de hablar.

―Pues perdóname pequeño idiota ―dijo, sin intención de ofenderme―. Pero en mi opinión no la haz perdonado. ―dejó la bebida sobre la mesa, apoyó ambas manos y me miró―. El que perdona olvida, Finnland.

―Concuerdo con Chris ―ambos dirigimos nuestra mirada a Emma, quién se levantó acomodando su falda―. Primera vez que no dices algo estúpido. ¿Eh?

Chris solo la miró de arriba abajo admirando sus piernas, aparté la cara incomodo. Que tensión sexual se traían estos dos en estos últimos días.

―Como sea ―dejó de mirarla para después reír―. Finn tienes que darle una oportunidad.

Arrebaté su refresco y le dí un pequeño sorbo―. No sé, sigo pensando que es mala idea.

Oí como gruñó y se sentó frente a mí ocupando el puesto de Emma que ya abandonó hace segundos. Con sus dos palmas golpeó la superficie con fuerza captando mi atención en un sobresalto.

―Escúchame ―demandó con voz dura―. La estás haciendo sufrir mucho, además que ya parece un muerto viviente y ésto no es buena señal. ¡TU! Debes hablar con ella de una vez por todas. Además que mandó a Jared al carajo por tí, pobre de ella.

Me atoré con el liquido que ya hacía en mi boca y escupí en su cara con asombro.

―¿¡Qué!? ―repliqué con los ojos abiertos de par en par―. ¿¡Qué dijiste!?

―¡Asqueroso! ―se quejó indignado quitándose los lentes los cuales estaban salpicados de Coca-Cola―. ¡Me escupiste la cara!

Emma rió.

EL CHICO DE MIS DIBUJOS© [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora