EL CHICO DE MIS DIBUJOS© [✔]

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C A P I T U L O 41

É L I S A B E T H

No podía creerlo, había pasado un mes completo. Un mes en los que los problemas parecían haber acabado, aunque la ausencia seguía ahí; días en los que perdí por completo el contacto con Finn. Desde aquel disturbio en la pelea. Ni siquiera lo había visto, y éso... Éso me rebajaba los ánimos a un nivel que no tenía ganas de nada.

Tan siquiera, no estaba emocionada por el baile. Hoy, ya era veintidós de Septiembre. Miré por ultima vez la fecha en mí teléfono; resoplé. No estaba decidida a ir, pero Jaeden insistía en que lo hiciera. En éstos momentos, lo tenía frente a mí en un profundo silencio que nos consumía a los dos.

Últimamente, no hablaba casi con él. No sé que tipo de relación sea ésta, pero, todo era neutro... Vacío, lleno de muchas peleas cada hora, odiaba que fuera así. Estaba cansándome de ésto. ¿En que momento pasé de ser una chica extrovertida, con pasión al arte a una chica que básicamente por todo estallaba en furia? Sabía que era mi culpa, sabía que me equivoqué una vez más en haber tomado ésta decisión.

―Tenemos que ir, por favor. ―insistió, Jaeden tomándome de las manos.

Inflé las mejillas y soplé. Ésto estaba difícil, analicé cada fracción de su rostro en pocos segundos, los moretones de la pelea habían desaparecido un poco, aún así se notaba apenas hematomas verdes por sus pómulos. Sigo sin creer que Finn no se haya ganado un problema con ésto, y tampoco sé que excusa le habrá inventado Jaeden a su madre para que no se preocupara.

Bueno, ya no era mi asunto. Ni siquiera sé el motivo del porqué se estaban peleando.

―Aún no me decido. ―respondí, haciendo una pequeña mueca.

―¿Por qué no? ―su voz salió desconcertada―. Venga, ésto no puede ser posible. No puedo creer que cambies de opinión en éstos momentos, estabas emocionada por ésta fecha.

―En ningún momento me emocioné por ése estúpido baile. ―rodé los ojos, soltándome de su agarre―. Sabes que no me he sentido bien en éstos días. No he hablado con mi mejor amigo desde que nos dieron los días libres para ocuparnos en los asuntos del evento, después de su ridícula pelea que aún no quieres decirme el por qué sucedió.

Él bufó mirando a un lado mientras se apoyaba aún más del sillón, frustrado.

―Finn me odia, lo sabes. ―objetó―. Y creo que es mejor que no hables con él, yo no lo quiero cerca.

―Déjame decirte que Finn es mi mejor amigo, el hecho de que no lo quieras cerca no es mí asunto. Y sí me preguntas a quién prefiero te diría mil veces que a Finn antes que tú. ¿Entiendes? ―me levanté del sofá quedaba frente a él para irme.

Pero él, me detuvo. Volteé con la poca paciencia que me quedaba; y así. Así era como iniciábamos una de las tantas peleas que habíamos tenido todo éste tiempo.

―Bien, si tanto lo prefieres a él entonces por qué lo hiciste de lado mientras estabas conmigo. ¿Eh?

―Porque tú me lo impedías. Me impedías que me acercara a él y ahora lo perdí por tu culpa. Ya no puedo más con ésto.

―Según mi conocimiento yo no te obligué a que lo trataras como la mierda. ―dijo, con dureza.

Apreté los labios expandiendo mis fosas nasales en un respiro fuerte para no perder la cordura. No estaba en mi cabales para pelear, no de nuevo.

―Yo te dije que no hablaras con Betty y fué lo primero que hiciste, traidor. ―espeté, señalándolo―. Por lo tanto, ya no puedes prohibirme nada. ¿Crees que te perdoné?