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C A P I T U L O  62

Mentalmente, llevo un conteo regresivo. Percibiendo lo que se viene; tres... dos, uno. Aquí vamos.

Christian toma una fuerte bocanada de aire indignado. Mientras que Finn vuelve a soltar otra sonrisita emocionada.

―Ésto tiene que ser ―Sven se cubre los oídos lista para lo que se viene―: ¡Una maldita broma! ―grita molesto mirándonos.

―A mí me parece un lugar bonito; deja de gritar, pareces un loco ―la castaña lo regaña casi dándole un sentón. Aquel enano vuelve hacer otro berrinche.

Finn y yo nos reímos al mismo tiempo, ganándonos su mirada asesina. Sus ojos mieles ya no son tan inofensivos, ahora, son de un café oscuro; su nariz está roja y su respiración es tan precipitada que ocasiona que aquel humo por el frío salga por su boca y nariz.

Habían pasado tres meses desde que Finn había propuesto llevarnos a un lugar especial, no sabíamos a dónde hasta ahora. Se suponía que era una sorpresa. Una la cual casi mata a Chris de la furia ya que odia los lugares fríos. Y aquí paramos en Nunavut, con la temperatura bajo cero.

Estábamos en una especie de bosque, donde la mayoría de los arboles eran pinos secos cubiertos de nieve. Habían ramas y en la lejanía todo se pintaba en blanco por el hielo. Al fondo hay cabañas grandes y muy bonitas.

Según, eran hospedajes para los turistas, no tenía ni la mínima idea del porqué Finn nos trajo a éste lugar. Pero, no me quejo, estaba lindo.

―¡Pasé casi tres putas horas en un maldito aeropuerto! ―Chris vuelve a quejarse muy a la defensiva. Sven niega acomodándose el gorro―. ¿Ésta es tu absurda sorpresa Wolfhard? ¿Tan siquiera sabías que odio éste clima? ¡Me trae alergias y muy mal humor!

―Hey, cálmate ―pongo mi mano en su hombro y él me mira con el ceño fruncido―. Lo importante es que estamos juntos, ¿no?

―Éso es lo peor. Capaz nos perdamos en ésta mierda ―masculla a regañadientes.

―Christian, vamos ―la rulosa intenta convencerlo―. No es para tanto, además... Sí tienes frío podría...

―Tú me das calor entonces ―interrumpe, moviendo las cejas.

Sven abre la boca y la cierra con sarcasmo―. Ahm... No. Iba a decir que en tu mochila tienes una manta, puedes usarla si quieres.

―Muy graciosa ―la mira mal y ésta ríe a carcajadas―. ¡No da risa Svenja Bayer!

Ella le lanza una patada en le pierna ganándose un quejido de su parte desconcertado.

―¿¡Tienes complejo de caballo o qué!? ¡Estúpida!

―Sí, soy un caballo ―ríe.

―¿Me dejas montarte?

―¡Chris! ―se cubre la boca y empieza a reírse más fuerte.

El rubio ríe e intenta atraparla. Ambos empiezan a correr en círculos y se lanzan  bolas de nieve como críos de primaria.

Señoras y señores, aquí tenemos a Sven y Chris siendo ellos mismos atrayendo aires de una relación única que cualquier persona alguna vez desea en su vida.

EL CHICO DE MIS DIBUJOS© [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora