CAPÍTULO 3: ¿Agonías?

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RAOUL

Raoul sabía que se estaba poniendo rojo, peor también sabía que en esos momentos lo mejor era quedarse callado. Se había presentado, y el moreno se le había quedado mirando. Bajó la mirada y espero a que el chico le dijera su nombre. Había entrado a la academia y su padre le había dicho que fuera a investigar, la directora, por su parte, le había dicho que su hijo estaba por allí. Suponía que ese chico sería el que tenía enfrente y que poco antes había escuchado tocar el piano de una forma mágica, se había quedado tan embobado que sin querer había tirado uno de los taburetes al querer sentarse.

- Bueno, pues supongo que te tendré que enseñar todo esto ¿no?- Raoul sabía que estaba conteniéndose una carcajada, su tono era burlón y le estaba sacando de quicio. Aún así, asintió con la cabeza aguantando las ganas de responderle.

El chico, que aún no le había dicho su nombre, le enseñó el resto de salas, había una de canto, otra con diversos instrumentos y una pequeña sala con un escenario.

- Y por último esas puertas son los baños, que supongo no hace falta que te enseñe.- Raoul se había mantenido callado todo el rato, se había tranquilizado y ya podía hacer una pregunta sin que fuera muy borde.

- ‎¿Me vas a decir ya como te llamas?- vale, le había salido borde. Y es que esas cosas Raoul no las podía controlar, cuando estaba enfadado salía a la defensiva, no iba a dejar que nadie le pisara, tenía que quedar él por encima de todo.

- ‎Bueno muchacho, tranquilo- mostró una pequeña sonrisa. Raoul soltó un suspiro de alivio, parecía que se lo había tomado bien.- Me llamo Agoney.

- ‎¿Agoney? Jajaja. ¿Y ese nombre? Cómo agonías ¿no?

A Raoul se le cortó la risa cuando vio la cara de Agoney. Le miraba entrecerrando los ojos, y de repente se giró para marcharse. Joder, que borde había sido, le había dejado allí solo. No sabía qué hacer, así que volvió a la recepción donde su padre estaba hablando animadamente con la directora.

- ¿Nos vamos ya?- Raoul abrió la puerta y esperó la respuesta de su padre.

- ‎¿Te ha gustado la academia Raoul? ¿Vendrás mañana a probar?- Noemí se acercó a él y le tocó el hombro amistosamente. Parecía muy amable, pero la conversación con Agoney le había dejado mal sabor de boca. Así que, como es él, tuvo que responder mal otra vez, esta vez dirigiendo la mirada a su padre.

- ‎No creo que vaya a hacer muchos amigos aquí, solo hay un chico en toda la academia y no me ha caído bien.

Y así, Raoul salió dejando a los dos adultos con una expresión de confusión. Álvaro se disculpó y le dijo que se verían mañana.

Raoul llegó a casa enfadado. No le gustaba que le tomarán el pelo, ese tal Agoney era muy raro. No le gustaba la gente que se ofendía por todo, ¿porque no podía entender que era una broma?, además con ese nombre cualquiera se reiría debería estar acostumbrado. 

Su móvil empezó a sonar y un montón de mensajes hacían que se iluminará cada dos por tres. Raoul lo cogió y abrió el grupo de donde provenían todos los mensajes.

Grupo: AMIGAAAAS!! 

Ricky: Chicooooos, quien se apunta a fiesta este sabado?

Aiti: Yoooo! Se puede venir mi novio Vicente?

Leona: Eeeella que quiere restregárnoslo por la cara

Aiti: jooo que no es por eso 

Nerea: yo no puedo, lo siento chicos

Leona: Aitana no te preocupes llevatelo y así t enrollas con él en los baños jajaja

Ricky: Jajaja puta Miriam

Nerea: dejar a Aitana, pobrecita

Aiti: Gracias Nerea!

Yo: Me apuntoooo

Ricky: perfecto, pues fiestooooon!!!

Bueno por lo menos habían conseguido animarle, y ese sábado iba a poder desestresarse un poco. No le gustaba el verano, se desconectaba de todo, ya que todos los años se iban a una cabaña a las afueras, y todos sus amigos quedaban, menos él. 

Ya eran las 20h cuando su madre llamó a la puerta de su habitación. Sin dejar que Raoul respondiera su madre entro hecha una furia. 

- ¿Se puede saber que ha pasado? Habías dicho que ibas a probar, no me vengas ahora con que no te cae bien aquel chico.- Raoul se había levantado de la cama y se había acercado a la puerta.

- Ese chico es un imbécil, ni si quiera me dijo su nombre. además esa academia es muy pequeña, seguro que no son ni profesionales.

- Ah! Así que ahora te importa si son profesionales o no. Raoul estoy harta! Ya está bien! intentamos hacerlo lo mejor que podemos, no solo te afectó a ti la muerte del abuelo. Quiero, no, necesito, que vuelvas a ser el Raoul de antes. El chico que siempre estaba sonriendo, cantando y...

Se puso a llorar. Raoul no sabía que hacer, se sentía incómodo cuando alguien lloraba. Se acercó a su madre y la abrazó.

-Lo siento, mamá. Mañana iré, y el resto de los días, lo prometo.- su madre le acariciaba la cabeza.

- Cielo, ya se que no son profesionales, por eso mismo te he apuntado a esa academia. Les gusta lo que hacen, es un negocio propio. Incluso ese chico que dices que te cae mal sabe tocar muy bien y cantar, me lo dijo su madre. Pensé que podríais llevaros bien...

- Lo intentaré mamá, lo intentaré.

Clases De Piano(#Ragoney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora