RAOUL
Si ya llevaba enfadado todo el día, no ayudó que Agoney empezara a decirle todo aquello. Se estaba cansando un poco de la faceta de víctima de Agoney, como si solo fuera él quien sufriera. Se levantó de la cama y le miró desde arriba, en un intento de imitar a su padre y dar más poder a sus palabras.
-¿Sabes? Estoy cansado de que siempre tengas que remarcar lo mal que lo has pasado. Yo también he sufrido, yo también he pasado noches llorando. Pero al contrario que tu, yo no me preocupo tanto por el dinero. Ah, y me voy a borrar de tu academia.
- ¿Por que?- Bajó la cabeza, se le notaba dolido, pero en aquel momento de ceguera, a Raoul le importó bien poco.
- Ya vas a ganar el premio ¿no? Ya no te hago falta.
- Te estas pasando...- Era consciente de que ya llevaba un rato pasándose, pero aún no se había desahogado suficiente. Le daba rabia que se estuvieran peleando, y le daba más rabia que Agoney no le hubiera parado a tiempo. Él le conocía, lo único que necesitaba era que le abrazara, que le dijera que todo iba a estar bien. No quería pelearse... pero ya había empezado y no podría pararle.
- Me da igual...Y que sepas que no es mi culpa que tu puto padre no te pagara la mierda pensión y que os hayáis tenido que venir aquí. Seguro que habría ido mejor si te hubieras quedado allí.
Agoney abrió la boca sorprendido por las últimas palabras del rubio. Había dado en el punto clave para hacerle realmente daño, y no estaba disfrutando en absoluto de como el canario se rompía delante suyo.
- ¡Eres... eres un... eres un gilipollas!-Se levantó de la cama y se dirigió a la puerta, pero antes de desaparecer por ella pudo ver cómo se limpiaba las lágrimas con las palmas de las manos.
Una parte de su cerebro le estaba gritando que se marchara, que le dejara en paz y que se olvidara de él. Pero la otra quería que volviera, que le perdonase, y que le diera de hostias por haber dicho esas cosas.
Lo único que escuchó fue el sonido de la puerta al cerrarse.
AGONEY
Salió de esa casa sin despedirse de Susana. Respiraba entrecortadamente pero le dio igual la vergüenza y el ridículo que pudiera sentir en aquel momento. Corrió a casa de Mimi, la única enterada de todo y con la que podría hablar. Las lágrimas le hacían ver borroso, y el día estaba nublado, pero consiguió llegar a su casa sin ningún incidente. Paró en la puerta para recuperar el aliento y secarse las lágrimas. Respiró un par de veces y le envió un mensaje a Mimi.
Yo: Estas en casa?
Yo: Puedes bajar?
Mimi 👅: Estas bien?
Yo: No
Mimi 👅: Estoy bajando
Se sentó en el bordillo y se pasó las manos por el pelo. Seguía asimilando las palabras de Raoul, no había ido con la intención de pelearse, tan solo quería... tan solo quería verle. Le hubiera bastado con eso, no tendría que haber abierto la boca, era culpa suya. Escondió las manos en las mangas de su chaqueta y apretó los puños. Se limpió un poco la cara para que Mimi no le viera tan mal. Agradeció la ráfaga de viento que le sacudió y despeinó un poco, y respiró hondo. Cerró los ojos evitando que volviera a ponerse a llorar y se mordió el labio nervioso.
- ¡Ago!- Esperó a que fuera ella quien se acercara, y cuando lo hizo abrió los ojos.- ¿Que ha pasado?
Mimi llevaba puesto un pantalón de chándal y una sudadera, típico de un sábado de relax. Se sentó a su lado, sabiendo que el moreno no le iba a contestar, y le abrazó.
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Clases De Piano(#Ragoney)
FanfictionCuando era pequeño, Raoul aprendió lo que era la música gracias a su abuelo. Pero desde que éste murió Raoul no ha querido saber nada más de ella. Un día sus padres ven un anuncio de una academia a buen precio y deciden apuntar a su hijo con la espe...