RAOUL
Después de la charla que tuvo con Agoney, se marchó a casa pensativo. Todo lo que le había dicho era cierto, a su lado no tenía miedo. Pero no quería enfrentarse a su padre, solo. Y cuando Agoney le contó todo aquello se sintió mal, ¿como podían haberle echo eso? Y además su propio padre. Ya lo odiaba y ni si quiera lo conocía. Le ofrecieron quedarse a cenar, pero rechazó la oferta. Quería hablar con su madre antes de que llegara su padre, pero por desgracia ambos se encontraban sentados en la mesa, a punto de cenar.
- ¿De donde vienes tan tarde?- Raoul se acercó a su madre y le dio dos besos, a su padre le dedicó una simple mirada. Sin saber muy bien porqué, seguía teniendo en mente al "padre" de Agoney y tener al suyo ahí, no ayudaba.
- De casa de Agoney. No tengo hambre, me voy a mi habitación.
- Espera.-Raoul se giró y volvió a mirar a su padre.- La semana que viene nos vamos de viaje, tengo que cerrar un trato con...-A Raoul no le interesaba lo más mínimo lo que tuviera que hacer, lo iba a perder de vista una semana entera.- Y bueno por eso también tiene que venir tu madre.
- ¿Qué?-Se había perdido la mitad de la conversación, pero cuando escuchó nombrar a su madre se centró.- Por qué se tiene que ir, ¿me quedo solo?
- A ver, escúchame. Tienes 18 años, puedes quedarte solo, y necesito que tu madre este allí para firmar unas cuantas cosas y... no te voy a dar más explicaciones. Nos vamos el lunes y volvemos al siguiente.
- Vale.
- Ya sabes que nada de fiestas, liarla, emborracharse, etc. Que nos conocemos. Puedes traer chicas a casa pero hacerlo con protección.
-¡Álvaro!
- Papá.
Su madre estaba avergonzada, Raoul furioso.
-Tranquilo, no me voy a traer a ninguna chica a casa. No necesitaré putos condones.
Se fue corriendo a su habitación, sin entender porqué se había puesto tan nervioso. Tenía una semana para pensar en como decírselo, poder explicarle porque no iba a entrar ninguna chica a su cama. Lo bueno es que podría invitar a Agoney a su casa por su cumpleaños y preparar algo chulo para los dos. También tenía que pensar en un regalo. ¿Que podría hacerle ilusión al canario?
-¡Raoul!- Su madre estaba picando a la puerta.-¿Puedo pasar?
- Si.
Su madre entró con un plato de sopa que dejó encima del escritorio. Después se sentó a su lado en la cama y lo abrazó.
- ¿Que te preocupa?- Raoul miró extrañado a su madre. ¿Tan mal se veía?
- No pasa nada mamá. Es que papá es muy pesado con las chicas.
- Bueno, no te preocupes por él, y tráete a quién quieras a casa.- No entendió muy bien a su madre, quien tenía una sonrisa en la cara.- Sé que no la vas a liar así que solo te llamaré una vez al día.
- Joder mamá.
- Y otra cosa...- Raoul empezó a ponerse nervioso. Desde que había dicho en voz alta como se sentía (y básicamente que era bisexual), le daba la impresión de que todo el mundo lo sabía.- El otro día estaba limpiando y bueno... me encontré esto.
Su madre le tendió una fotografía. En ella se podía ver a Raoul y a su abuelo de espaldas al objetivo, ambos tocando el piano. No se acuerda de cuando fue, pero no era de hacía mucho, puede que de una de las últimas fotos que se hicieron tocando el piano antes de que su abuelo tuviera que irse ingresado al hospital. Raoul miró a su madre. Seguramente se había dado cuenta de que se acercan fechas difíciles. Aunque quedaba casi un mes.O puede que tan solo le hubiera dado la foto porque sabe lo importante que es para él.
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Clases De Piano(#Ragoney)
FanfictionCuando era pequeño, Raoul aprendió lo que era la música gracias a su abuelo. Pero desde que éste murió Raoul no ha querido saber nada más de ella. Un día sus padres ven un anuncio de una academia a buen precio y deciden apuntar a su hijo con la espe...