Agoney se pone su gorrito de lana y coge las llaves, con el llavero de pollito, para salir de casa. Raoul le espera abajo para ir a dar un paseo por el centro comercial y comprar los últimos regalos para mañana. Esta bastante nervioso, pues es 24 de diciembre y lo va a pasar con Raoul y su familia. También con la suya, claro, pero le hace especial ilusión una cena familiar con tanta gente. Siempre solían ser su madre, Alberto, Glenda y Óscar (cuando venían de Adeje) y él. Pero esta vez iba a compartir la noche más mágica del año con su novio y sus padres. Como diría Raoul, ¡qué nervios!
Baja rápido las escaleras y abre la puerta encontrándose al rubio apoyado en la pared, con las manos dentro de los bolsillos. Le saluda con una sonrisa y se acerca a darle un beso.
- ¿Que tal pollito?- Hace ya tiempo que le llama por ese mote, y a ambos les encanta.
- Muy bien Micky.- Raoul sonríe y saca la mano del bolsillo para coger la suya, que, a pesar del frió, está caliente.- ¿Vamos?
Caminan de la mano por las calles, no hay mucha gente por lo que dan un agradable paseo hasta el autobús. A Agoney le encanta mirar todas las decoraciones que se han molestado en colocar, y disfrutar el ambiente navideño que se respira. A Raoul le encanta mirar a Agoney mientras lo hace, le gusta verle ilusionado como un niño pequeño, y por eso ha preparado su regalo con mucho cariño.
- ¿Sabes? Hace un tiempo imaginé que hacíamos algo así.- Raoul le mira extrañado, pero le sonríe.- Que salíamos juntos por la calle, de la mano, y había lucecitas y... No sé. Pensé que nunca se cumpliría.
- Me alegro de haber contribuido a que se hiciera realidad.- Raoul le sonríe y le da un pequeño beso.
Cuando llegan a la parada del autobús, aún tienen que esperar un par de minutos, así que Agoney aprovecha para abrazar a Raoul, juntando sus narices y dándose pequeños besos que acaban por ser una guerra de lenguas. Raoul sonríe en medio del beso y Agoney se separa.
- ¿De que te ríes?- Agoney también tiene una sonrisa enorme y no cree poder quitarla.
- Es que me haces feliz. Y mañana vamos a cenar juntos... Estoy nervioso.
- Y yo. Pero bueno, ya lo hemos hecho más veces.- Intentaba convencerse a su mismo a ala vez que al rubio.
- Ya, pero... A tu hermana aún no la conozco.- Agoney niega riéndose, y tienen que separarse para subirse al autobús, que acaba de llegar.
Una vez, sentados, Agoney apoya su cabeza en el hombro de Raoul, y este mete sus manos por los bolsillo de su abrigo.
- Pues yo creo que le vas a caer genial, mi hermana se hace amiga de todo el mundo. Es que es muy buena, ya verás.
Agoney esbozaba una sonrisa cada vez que hablaba de ella, y eso Raoul lo notó desde el primer momento.
Días atrás, se habían puesto a hablar sobre las vacaciones de Navidad, fue uno de esos días que quedaban juntos para estudiar, y acaban dejando los apuntes para echarse en la cama y conversar. Agoney le había contado un montón de anécdotas sobre su infancia, alguna más triste que otra, por culpa de su padre, pero siempre alegre cuando se trataba de ella.Agoney sintió que se quitaba un peso de encima cuando le contó todo lo de su padre, y le gustó saber que Raoul no preguntaba más de lo que el decía, y reprimía su curiosidad para hacerle sentir bien.
- ¿Sabes que yo hubiera tenido un hermano mayor?- Agoney se incorpora y le mira a la cara.
- ¿De verdad? - Raoul sabía que el moreno estaba siendo precavido, intentando escoger las palabras exactas, sin ser demasiado insistente, pero queriendo saber más.
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Clases De Piano(#Ragoney)
FanfictionCuando era pequeño, Raoul aprendió lo que era la música gracias a su abuelo. Pero desde que éste murió Raoul no ha querido saber nada más de ella. Un día sus padres ven un anuncio de una academia a buen precio y deciden apuntar a su hijo con la espe...