CAPÍTULO 77: Arrepentimientos

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RAOUL

En cuanto se fue Agoney, Raoul se dirigió a la ducha. Necesitaba relajarse un poco, estaba muy tenso y no dejaba de ver la cara triste de Agoney en su cabeza. Bajo el agua, intentó tranquilizarse y aclarar sus ideas, pero cada vez se agobiaba más. No sabía que pensar, ni que sentir. Recordó las palabras de Agoney, y se negó a pensar que el era un dramático, él también lo había pasado mal, no era justo que no lo tuviera en cuenta. Salió de la ducha con todo el cuerpo arrugado y la piel un poco roja por lo caliente que estaba el agua. Sin ganas de nada, se metió en la cama y volvió a escuchar música con los cascos, por lo menos así, dejaba de escuchar a su cabeza.

Se despertó de golpe. No recordaba haberse dormido, pero fuera ya estaba oscuro y tenía su tablet (ya que no podía usar su móvil para escuchar música) en la mesita, así que seguramente su madre hubiera entrado.

Bajó al salón y se encontró a sus padres viendo una película ene el sofa, cuando su madre le vio, apartó la vista de la televisión.

- Eh, no te hemos avisado para cenar, pero tienes la carne en la cocina para que te la calientes.

Ella sonrió y volvió a ver la peli, su padre ni si quiera le miró. Le parecía mentira como actuaban, como si no hubiera pasado nada. Él estaba cada vez más nervioso y se sentía cada vez peor. Se dirigió a la cocina y comió allí mismo. Después volvió a su habitación intentando no hacer mucho ruido y no molestar a sus padres. 

Vio que el móvil roto ya no estaba en el suelo, y se dio cuenta de que su madre lo habría visto, por lo menos esperaba que fuera ella y no su padre. Estuvo un rato con el ordenador, intentando distraerse y no pensar en el canario, pero cada cosa que veía quería compartirla con él. Seguía enfadado, pero la rabia empezaba a dejar paso al arrepentimiento, y se dio cuenta de que se había pasado, mucho, demasiado.

Su madre se asomó a su habitación y le dijo que se iban a dormir. Raoul le dio las buenas noches y bajo al salón.

Se puso la chaqueta, encima de la sudadera, porque hacía bastante frío, y salió a la terraza.
Se tumbó en el césped, un poco húmedo, y respiró hondo. 

Nadie lograba entenderle. Todos pensaban que era el típico adolescente que no sabía nada de la vida, y en realidad tenían toda la razón, pero no se sentía del todo aceptado, notaba que había algo de él mismo que no gustaba a la gente. Y él quería gustar. Él quería que todos le quisieran, no quería malos rollos.
No quería haberse peleado con Agoney, y se sintió culpable por como debía de estar sintiéndose. Haber sacado el tema de su padre había sido un golpe  bajo, y no se lo perdonaba. Odiaba ser tan impulsivo.

Mientras miraba al cielo, escuchó unas voces provenientes de la calle. Se levantó y se asomó por la valla, pero no vio nada. Poco después, escuchó como esas voces se callaban y unas sombras pasaban por la esquina de su casa. Entró dentro y fue hacía la puerta para mirar por la mirilla, dejando ver su lado curioso.  Pero lo que vio le sorprendió. Nerea estaba frente a la puerta, hablando con otros dos chicos que no lograba reconocer bajo las sombras. Intento escuchar qu decían.

- ¡Pues llama a la puerta!

-Que estaran durmiendo, no voy a hacer eso.

- Joder Nerea que pesa.- Entonces Raoul se dio cuenta de que los dos chicos sujetaban a un tercero entre ellos. Empezó a preocuparse, así que abrió la puerta llamando la atención de los chicos.

- ¡Joder! Qué susto.- Uno de los chicos se llevó la mano al pecho y Nerea se acercó corriendo a él. Reconoció a Roi y Cepeda, quienes también se acercaban. Y por último, junto una mueca de sorpresa, reconoció a Agoney.

- ¡Raoul! Lo siento mucho... es que ha bebido, y no sabemos donde vive... 

- ¿Como que ha bebido? ¿Y que hacia con vosotros? ¿Por que lo habéis traído aquí?

Clases De Piano(#Ragoney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora