CAPÍTULO 9: La profesora de mates

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RAOUL

Se despertó con una sonrisa. Aun tenía los cascos puestos, pero no salía ningún ruido de ellos. Su madre seguía dando golpes a la puerta, diciéndole que se levantara. Miró la hora, y llegaba tarde. Rápidamente se vistió y bajo a desayunar. Su madre le miraba frunciendo el ceño.

-Raoul te digo siempre que revises la alarma. Ahora te tengo que acompañar yo al instituto porque si no, no te dejan entrar. Vale que vuelvas a estar centrado en la música pero no descuides tus otras prioridades.

-Que si mamá...-Raoul se acabó el cola-cao y acabó de prepararse.


A la hora del patio se encontraban  él y su grupo hablando sobre las optativas que escogerían ese curso. 

-Pues yo me iré a plástica.-Aitana dibujaba muy bien y quería ser ilustradora así que no le costó mucho decidirse.

- Yo tengo que seguir en francés, os podéis creer que llevo 6 años y solo sé decir bonjour, je m'appel Ricky. -Todos rieron por el comentario menos Nerea que seguía con la vista fija en su móvil y una sonrisa en su cara.

- La Nerea está enamurada...- A Raoul le encantaba picar a Nerea, ella, por su parte, le sacó el dedo y guardo el móvil.

-Os estaba escuchando, yo voy a hacer música.

- ¿Hay música?- Ricky le miró enarcando una ceja.- ¿Qué? Me he dormido y no me he enterado de nada.

Sus amigos le pusieron al corriente de todas las novedades que aguardaba el curso. También le comentaron que había un concurso de canto y baile para jóvenes que le recordó por un momento a Agoney. ¿Que hacía Raoul pensando en él ahora? 

Decidió apuntarse a música con su mejor amiga Nerea que quiso acompañarle a apuntarse. Mientras iban por el pasillo le preguntó con quién hablaba tanto por el móvil.

-Que no es nadie...- Nerea mentía muy mal, casi tanto como Agoney. Otra vez estaba pensando en él, su subconsciente le traicionaba.

- No me lo creo, tráelo el sábado con nosotros y así lo conocemos.- Raoul sonrió mostrando sus blancos dientes y adelantó a Nerea que se había quedado parada en mitad del pasillo maldiciendo a Raoul.

-¡Espérame! ¡Rauuuuul!- éste se giró mirando muy mal a Nerea,  y segundos después se estaban riendo a carcajadas camino de la clase.

La optativa de música consistía en pasar una hora aprendiendo una canción para, el siguiente día, tocarla con algún instrumento de los que haya por allí. Raoul se esperaba más, Nerea se emocionó y dijo que quería empezar cuanto antes.

Estaban en clase de mates cuando el móvil de Nerea empezó a sonar. Nerea se sonrojó y me miró esperando que no se escuchara mucho. Justo cuando apagó el móvil la profesora apareció delante de ellos.

- De quien era el móvil que estaba sonando.- Se dirigió a los dos, pero solo miraba a Raoul. Tenía fama de no atender a clase, y es que no le gustaban nada las mates, no las entendía, y la profesora tampoco ayudaba pues le tenía manía.- Señor Vázquez, ¿tiene algo que decir?

Raoul miró a Nerea para que dijera que había sido ella, pero tan solo bajo la cabeza. Así que, resoplando, sacó el móvil de su bolsillo y se lo tendió a la profesora. 

- Y ahora el señor Vázquez va a salir a la pizarra a explicarnos el problema que tendría que tener hecho.

Raoul se levantó furioso, sabía de sobra que no lo había hecho, ni siquiera entendía el tema. Se quedó frente a la pizarra mientras la profesora  le dictaba el enunciado. Empezó poniendo los datos y se quedó mirando a la profesora esperando un poco de ayuda. A Raoul le intimidaban pocas cosas, una de ellas es Helena, la profesora. Podía hacerse el gracioso con los demás, pero no con ella. Solo con ella Raoul se podía sentir el ser más insignificante del mundo y no poder hacer nada, pues le temía a las consecuencias que eso pudiera acarrear. Decidió ser sincero, como hacía siempre.

- No sé hacerlo.- Ya notaba como se iba poniendo rojo. Odiaba la sensación de no tenerlo todo bajo control, y para Raoul lo más importante es eso. Su habitación: ordenada. Su mente: ordenada. Su cabeza en mates: caos.- No sé hacer nada porqué no sabes explicar.

Y como también hacía siempre que odiaba algo, utilizaba toda su frustración con los demás. No sabía medir sus palabras cuando estaba enfadado o no sabía como actuar.

- Fuera de la clase, y ya puedes decir a tus padres que vengan a por tu móvil, porque no te lo voy a devolver.

Sentado en una de las sillas de dirección pensaba en como había llegado ahí. Se había levantado de buen humor, habiéndose dormido con esa canción que le recuerda al canario. Después había ido a apuntarse a la optativa de música y, por último, su gran amiga Nerea le había traicionado. Aunque no le echaba la culpa, la pobre nunca se mete en líos, y por una vez, no le importaba llevarse las culpas. Pero estaba harto de Helena, la odiaba con toso su ser desde que, en segundo de la ESO, le había llamado estúpido delante de toda la clase. Por aquel entonces no era el chico seguro y vacilón que es ahora, y además hacía poco de la muerte de su abuelo, por lo que aquel comentario le sentó fatal y le marcó bastante. Desde entonces su comportamiento cambió como también lo hizo su forma de ser.

El director había hablado con él y había conseguido que no le pusieran ninguna incidencia y le devolvieran el móvil sin tener que llamar a sus padres, aún así, le castigaron lo que quedaba de semana (que eran tan solo tres días contando aquel) a que limpiara la clase y subiera todas las sillas.

Enfadado llegó a casa dónde también se desahogó con sus padres respondiendo a todo lo que  decían negativamente.

- ¡Que me dejes mamá!- Su madre no paraba de preguntarle si estaba bien, ya que normalmente estaba más animado, su hijo no estaba bien, pero tampoco iba a decírselo.

- ¡Raoul!-Su padre se interpuso entre madre e hijo e intentó calmar a Raoul.- Estás muy raro hoy, no sabemos que te ha pasado pero ya está bien. Ves a tu cuarto hasta las 5.

Y, haciéndole caso a su padre, se fue a su habitación no sin antes soltar un gruñido y dando un gran portazo.





Clases De Piano(#Ragoney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora