CAPÍTULO 53: La sorpresa

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RAOUL

Antes de que ambas familias se separaran, Raoul consiguió llevarse a Agoney al baño. Desde que su padre había abierto la boca, lo había notado extraño. No quería que ese día acabara mal, así que quiso hablar con él mientras los adultos pagaban la cuenta.

- Lo siento.- Agoney se estaba mirando la herida del labio en el espejo, y Raoul se puso detrás suyo, observando su reflejo.

- ¿Por que?- El moreno se giró quedando uno frente al otro. Raoul miró sus labios y recordó el morreo que le dio Agoney en la heladería. ¿Como podía haberle puesto tan caliente solo con hacer aquello? Ninguna de las chicas  con las que había estado, le había hecho empalmarse tan rápido.- ¿Raoul?

- Mierda... digo, que... perdón por mi padre.- Agoney negó con la cabeza, restándole importancia. Pero Raoul ya llevaba varias semanas conociendo al moreno, y sabía que aquello le importaba más de lo que quería admitir.- Ago, de verdad, ni caso a lo que el diga eh. 

-  No pasa nada, de verdad. Es solo que... que me rallo yo solo... no pasa  nada.- No quería que Agoney se sintiera así. Él quería que se sintiera bien, por lo que antes de que el moreno pudiera abandonar el baño, lo acorraló contra la puerta dispuesto a devolverle el beso de la heladería.. Pero contra todo pronostico, Agoney le miró asustado, intentando zafarse de su agarre.-¡Déjame!

Le soltó tan rápido como lo había cogido, dejando a Agoney en la otra esquina del lavabo, respirando entrecortadamente. 

- Ago...- Raoul no entendía nada, no le había cogido fuerte, estaba seguro de que no le había hecho nada de daño, aún así se sintió culpable de poder haber herido a Agoney.- Yo... no se... lo si...

- Tú no tienes la culpa...- Agoney sonrío triste y, más relajado, fue acercándose a Raoul, quien seguía igual o más confundido que antes.- Lo siento... es que... no quiero que me dejes... y...¿podemos salir del baño?

No se fueron muy lejos, estaban cerca de la salida trasera, al lado de las cocinas. A Raoul se le removieron las tripas al oler comida, pero presto toda su atención a Agoney, quien intentaba buscar las palabras exactas para explicarse. 

-  A ver, puede que me hayan sentado un poco mal  los comentarios de tu padre.- Raoul sabía que había algo más, necesitaba saber porque se había puesto así minutos atrás.- Y... pensé que estabas enfadado, así que cuando me has cogido en el baño... bueno... pensé que...

-  ¿Que iba a pegarte?- Agoney asintió levemente, sin atreverse a mirarle a los ojos. Raoul tuvo una mezcla de sentimientos. Por un lado no pensaba que Agoney le creyera capaz de hacer algo así, pero por  otro, sabía lo mal que lo había pasado y se dio cuenta de la de veces que habría estado arrinconado contra una pared, esperando un puñetazo, una patada, o simplemente malas palabras. Decidió no ser un orgulloso, difícil viniendo de él, y abrazó al canario, con la delicadeza justa, como si fuera a romperse si le apretaba demasiado. - Dios Ago, nunca te haría nada, nunca. Te quiero joder.

Vale, tal vez se había pasado diciendo lo último, pero ya que estaba porque no añadirlo también. Ya se lo había insinuado en la heladería. Le quería, claro que le quería. Esperaba que Agoney le correspondiera, pero el estúpido destino decidió enviar a su madre a buscarles.

- Chicos, nos vamos ya.

Al día siguiente, en clase, estaba más distraído todavía. Aitana hablaba de Vicente y Ricky de Kibo. Ambos estaban muy enamorados. Todavía no habían hecho ningún comentario sobre él y Agoney, cosa que agradecía. No sabría muy bien cómo definir su relación. Aunque... ayer quedó claro que podían ser novios. Bueno, para él ya eran novios. O muy buenos amigos que se dan besos, y se meten la lengua, y...

Clases De Piano(#Ragoney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora