CAPÍTULO 22: Que revienten

1.6K 142 10
                                    

AGONEY

Había un pasillo en el instituto por el que Agoney evitaba pasar. Llevaba a la clase de música. Era un pasillo oscuro, situado en la última planta, a los lados habían puertas que llevaban a las diferentes optativas que habían, Agoney no cursaba ninguna de ellas. La clase de música tan solo tenía varios pianos eléctricos (y uno más grande para la profesora), un par de guitarras y un montón de flautas usadas. No hacía nada relacionado con la música dentro del instituto desde que era obligatorio en primero. Tuvieron algo que ver Cepeda y Roi, evidentemente. 

Pero Agoney se encontraba en ese pasillo, sin saber muy bien el porque. Escuchaba a alguien tocar el piano, y tuvo que seguir andando hasta pararse frente a la puerta del aula de música. Cuando entro vio a Raoul tocando, mientras Cepeda y Roi estaban detrás de él susurrándole cosas. Agoney sintió un escalofrío, sabía que eso no era nada bueno. Raoul dejó de tocar y le miró. Le miró con los ojos llenos de rabia, y ¿asco? Se estaba acercando a el muy rápido. Retrocedió hasta darse contra la puerta. 

- Eres un agonías. Jajaja. ¿Ahora tienes miedo?- Cepeda y Roi se pusieron a ambos lados acorralando a Agoney.- Somos mejores que tu, cuando antes lo aceptes mejor.  No sabes cantar, no sabes tocar y no sabes hacer nada. Das pena. 

Un puñetazo impacto en su cara y le hizo caer.


Se incorporó de repente, sentándose en una cama desconocida, y ahogando un grito. Raoul a su lado dejó el ordenador y le miró preocupado.

- ¿Que pasa?- Agoney negó cerrando los ojos para retener las lágrimas y se volvió a tumbar en la cama, estaba un poco mareado. - ¿Seguro? ¿Has tenido una pesadilla?

Le había parecido demasiado real y tener a Raoul delante suyo tampoco lo ayudaba a calmarse. Intentó volver a incorporarse pero la mirada atenta de Raoul no dejaba de observarle. Respiraba entrecortadamente, pero intentó hablar. 

- Solo he tenido un sueño un poco... extraño.- Sonrió para tranquilizarle.- ¿Cuando me he quedado dormido?

- Hace una hora o así.

- Dios, lo siento mucho...

Agoney se fijó en el ordenador y vio que estaba editando su vídeo.

- Oh, has tenido que editarlo tu solo. Lo siento...

-  Para de disculparte, no me importa. Además ya he acabado,a ver que te parece. - Le tranquilizó que no le preguntara nada más.

El vídeo había quedado genial, hasta creía que le había hecho algo a su voz para que se escuchara mejor. Entraron en la web del concurso y lo enviaron. Y cuando acabaron, se quedaron en silencio. Agoney seguía un poco incómodo al lado de Raoul, pero a la vez estaba deseando contarle todo. Porque, ¿a quien no le gusta desahogarse?

- Raoul...- Raoul le miró.- ¿Puedo contarte  algo?

- Pues claro que sí Ago- Raoul sonrió y hizo sentir más seguro a Agoney.

- Es que, bueno, en el instituto, a ver.- Estaba demasiado nervioso y no sabía por donde empezar.- Que en mi instituto se meten conmigo. Y...y estoy harto. Y a veces tengo pesadillas con unos chicos que me insultan y me pegan y... y ahora has aparecido tu también en ellos y no me gusta esto...

Agoney comenzó a llorar, pero tal como salían las lágrimas se las secaba con las palmas de las manos. Respiraba con dificultad e intentaba aguantar los sollozos. No había levantado la vista todavía así que no sabía como había reaccionado Raoul.

- ¿Que hacía yo en el sueño?- Agoney respiró hondo.

- Me dabas un puñetazo y me decías que te daba pena.- Se atrevió a mirar a  Raoul. Estaban los dos sentados como indios, uno al lado del otro. Raoul le miró. Podía notar en su mirada que estaba enfadado.- Pero tranquilo, sé que nunca harías eso, pero como me has preguntado...

- No pasa nada. Y si que pegaría puñetazos, pero no a ti, si no a todos los que se meten contigo. El de los mensajes, ¿que?- Agoney se sorprendió de que se acordara de eso, y más aún de que le importara.

- Lo bloquee.- Raoul soltó una carcajada que hizo al moreno sonreír.

- ¡Que revienten!- Raoul intentaba poner humor, al igual que hacía Mimi a veces. - Ya sabes lo que opino. Tendrías que enfrentarte  a ellos. 

- No puedo contra ellos... Y no me gusta pelearme. Pero... ¿crees que tienen razones para meterse conmigo? Intento caerles bien.

- No tienes que caerles bien a esos imbéciles. Eres un chico genial, y ya está. Mira tienes que decirles: Oye vosotros, o me dejáis en paz o os arrepentiréis. - Raoul fruncía el ceño y hacía un puño con la mano.- A veces solo hace falta asustarles.

Agoney se quedó mirando al rubio que tenía enfrente. ¿Como podían haber pasado tan solo dos semanas? Sentía que podía contarle todas sus preocupaciones y él las resolvería  todas. Le gustaba tener a alguien que le defendiera y que no tuviera miedo, le hacía sentir seguro.

 Sintió como que sonrojaba cuando le pidió  un abrazo. Raoul no lo dudó un segundo y lo envolvió en sus brazos. Se acordaba perfectamente de la primera vez que lo abrazó, el lunes, cuando se echó a llorar como un niño pequeño. También se acordaba de como olía su colonia, la que llevaba siempre y que olía tan bien.  Todo eso hacían que Agoney se calmara al instante y toda su inseguridad desapareciera. Y pensar que al principio el rubio le parecía un niñato.

No se había dado cuenta pero ya era bastante tarde así que tuvo que irse. Por el camino metió las manos en los bolsillos de los pantalones y sacó el papel con su canción. No lo había pensado mucho cuando dijo que quería cantar Milion reasons, la verdad es que se le había ocurrido de camino a casa del rubio. Pero sabía que había elegido bien. 

Cuando llego a casa le esperaban noticias: Su padre cambiaba el turno y ahora trabajaba por las mañanas, de 9 a 6. Y su madre trabajaba de 12 a 8. Así que tendría que hacerse él la comida, y encargarse de la academia.  Agoney sabía que si no fuera por Raoul (y en parte también por él mismo), la academia estaría vendida. Y Agoney se negaba a dejar marchar esa parte de su vida. Sin la academia, ¿donde iba a tocar? Y lo más importante, ¿Cuando iba a ver a Raoul?

Clases De Piano(#Ragoney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora