CAPÍTULO 7: Amigos

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RAOUL

Encantado. Así se había quedado Raoul después de escuchar a Agoney cantar. Cómo podía llegarle tanto una canción que ni si quiera entendia, ya que estaba en francés, pero a la vez la había sentido tanto por la manera en la que la había cantado.

Y así se lo había dicho: que como conseguía cantar tan bien, pero Agoney solo se había quedado callado mirando el piano.

-¿Agoney?

El nombrado salió por la puerta diciéndole que se había acabado la clase. Raoul todavía no quería irse, después de tanto tiempo sin disfrutar la música no iba a alejarse de ella otra vez. Tendría que haberse dado cuenta antes, y es que la música es su vida, todo giraba alrededor de ella, todo le recordaba a ella. Dos años llevaba sin tocar el piano, y con solo tocarlo dos veces ya no quería despegarse de él. Agoney convertía la música en algo mágico, su voz era espectacular y le hubiera gustado empezar a aplaudir como un loco. Porque lo mejor de Agoney, era él mismo, y bueno su voz. Raoul nunca había sentido tal admiración por nadie, excepto su abuelo. Aunque no estaba seguro de si lo que sentía era solo admiración. Cansado de esperar a ver si volvía, salió en busca de Agoney. 

Se  recorrió casi toda la academia y, cuando iba a desistir e irse, la puerta del baño se abrió dejando ver a un Agoney lloroso. Raoul no quiso comentar nada sobre su estado pero se acercó a él igualmente.

- ¡Agoney! ¡Espera!-Agoney se dirigía hacía recepción, y seguramente hacía la salida, pero antes tenía que pasar por al lado de Raoul que lo cogió del brazo impidiéndole pasar.- Te quería decir algo antes de irme.

- ¿Qué?-Se había parado delante suyo, teniendo que bajar un poco la vista debido a la altura del rubio. Sabía que Agoney no tenía ganas de hablar, pero Raoul  era muy directo y siempre decía lo que pensaba.

- Me ha gustado mucho como has cantado y... Bueno que yo  antes como que odiaba la música. Y todavía no entiendo que demonios tenía en la cabeza porqué ahora solo me parecen chorradas si las comparo con como me hace sentir escucharte cantar o simplemente sentarme enfrente de un piano y tocar.- Puede que Raoul hubiera hablado demasiado deprisa y puede que tampoco  sé le diera muy bien expresarse oralmente. Temía que el moreno no le hubiera entendido bien, así que concluyó con su explicación.- En conclusión que me gustaría que me enseñases a cantar así y que no se, gracias por abrirme los  ojos.

Raoul era muy buena persona, ya se lo decían sus amigos, siempre trataba bien a todo el mundo y intentaba que todos se sintieran bien.Por esa razón, a lo mejor, era tan sociable y hacía amigos en cualquier parte. Agoney se le había quedado mirando con una tierna sonrisa. Si había estado llorando, sabía disimularlo muy bien, porque ya no veía ningún atisbo de tristeza.

- Yo, no sé que decir. ¿De verdad canto bien?

-Pues claro, además tu acento se te nota más al cantar, le da un toque más personal a la canción.- Y es que Raoul se había dado cuenta del acento de Agoney, aunque éste último intentara disimularlo. Le gustaba como pronunciaba una s cuando era una c, o como utilizaba esas expresiones propias de otra lengua que todavía no sabía.- Por cierto, ¿de donde eres?

- Soy de Tenerife, de Adeje, pero a los 12 años me vine para aquí con mi madre.

-!Que guay!-Raoul sonreía esperando que Agoney hiciera lo mismo, pero no pasó.- Oye, no sé que te pasa, pero que me lo puedes contar eh. Yo me he desahogado contigo antes, no pasa nada.

- No me apetece contarle mis problemas a un desconocido, la verdad.-Raoul había abierto la boca sorprendido. Agoney, en cambio, tenía una pequeña sonrisa burlona en el rostro, lo que le hacía saber a Raoul que le estaba tomando el pelo.- Es bromeeeta. 

- No somos unos desconocidos en verdad. Yo se que te llamas Agoney y que no te gusta que te llamen Agonias, jajaja.

-Mira si quieres ser mi amigo no me vuelvas a llamar Agonias en tu vida.- Ambos soltaron una carcajada y se sentaron en los sofás de una de las salas. Ya casi no quedaba ninguna mesa, y ni hablar de los instrumentos. 

-Esta bien, esta bien. Y, ¿porque no me lo quieres contar?- A Raoul no le gustaba quedarse con la duda de nada, siempre insistía hasta que se lo decían. 

-Por que no me siento cómodo hablándolo contigo, aún no tenemos tanta confianza. Además, seguro que no te interesa lo más mínimo, te vas  aburrir.- Raoul  le miró entrecerrando las cejas.

- Acabaras contándomelo, tienes que hacerlo, yo te he contado mis cosas.

-  Seguro que no todas. Y no me puedes obligar a nada.- Agoney también entrecerró los ojos y sonrió.

Se quedaron hablando un rato más sobre banalidades. Hasta que  Noemi apareció por la puerta y les dijo que iba a cerrar ya. A Raoul le parecía extraño que solo estuviera él en toda la academia y se preguntaba si le darían clase a alguien más, o él era el único. Pero no le dio tiempo a preguntar a nadie puesto que Agoney se había levantado muy rápido y Noemi le había acompañado a la puerta casi como si le estuviera echando.

Aquella noche durmió bastante bien. Soñó con su abuelo, pero no eran pesadillas, como las que tenía siempre que soñaba con él, si no que eran recuerdos, recuerdos bonitos entre ellos. Raoul quería mucho a su abuelo. De pequeño sus padres viajaban mucho y siempre se quedaba con él, y así también le hacía compañía, ya que desde que murió su abuela vivía solo. Pero sus recuerdos acabaron en el día en que murió, y se despertó. No podía volver a dormirse, y el miedo volvió hacerse presente en forma de dolor. Fue por eso por lo que se alejó de la música, por que le causaba ansiedad, le daba pánico seguir disfrutando de la música sin su abuelo, la persona que se la descubrió. Cogió el móvil y buscó la canción que había cantado Agoney aquel día. Tenía que superarlo, tenía que confiar en la música. A su abuelo no debería importarle,¿no? él quería que Raoul fuese músico. 

Raoul dejó de pensar esas cosas y le dio al play a la canción. Con los cascos puestos y el móvil en el pecho, se fue quedando dormido .

Clases De Piano(#Ragoney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora