CAPÍTULO 54: Fiesta de cumpleaños

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AGONEY

Cuando llegó a casa después de su "cita" con el rubio, sus padres no pararon de preguntarle cosas. Querían saber donde había estado, y aunque Agoney sabía que era porque se preocupaban por él, no dejaba de molestarles tanta protección. 

- Ay mamá pues por ahí, que más te da.-Nunca le había hablado así, pero se sentía culpable de haber dejado a Raoul con la palabra en la boca. El chico le había dicho que le quería y él no había sabido que decir, ninguna de las dos veces. No quería pagarlo con su madre así que al segundo ya estaba abrazándola.- Jo perdona. Hemos ido a un parque y a tomar algo, ya está.

- Lo siento cariño pero como no has comido en casa me había preocupado. Luego Susana, la madre de Raoul, me ha dicho que igual estabais juntos y me he tranquilizado, se le ve buen chico.

- Estoy de acuerdo.- Su padre apareció por la puerta de la cocina con la olla de macarrones.- ¡A cenar!

Se había puesto a ver una película con su madre en el comedor, mientras su padre acababa de recoger la mesa. Aunque más que prestar atención a la televisión, estaban hablando.

- ¿Y que tarta quieres para tu cumpleaños?- Agoney se mordió el labio y sonrió inocente.- ¿Que pasa?

- Es que... a lo mejor lo celebro con Raoul, ya sabes, a lo mejor vamos al cine... no sé.- No quería que a su madre le sentara mal no pasar el cumpleaños con ellos, y pensó seriamente en cambiar el día y quedar con Raoul en otro momento.- Pero que si quieres le digo que quedamos otro...

- ¡No! Tu con Raoul. Seguro que te lo pasas mejor que conmigo.- Su madre parecía más ilusionada que él con Raoul. Le gustó saber que le caía bien, así tanteaba el terreno para cuando le dijera que estaban saliendo, o que eran novios. Aún veía raro llamar a Raoul su novio.

El resto de la semana pasó normal, sin ningún comentario de Cepeda. Alguno escuchó de Carlos y otra gente por los pasillos, pero nada más. Se sentía mucho más cómodo, y ya no iba encogido por los pasillos. Mimi también lo notó y le vio más animado. Aunque ella estuviera bastante distraída con el móvil (y nunca le dejara ver con quién hablaba). 

Las clases con Raoul volvieron a la normalidad, aunque mucho más divertidas si contamos que cada poco se daban un beso, aún con un poco de vergüenza, u otras veces que tenían que poner toda su fuerza de voluntad para separarse si no querían acabar en algo más. Sin duda Raoul era muy intenso, pero Agoney estaba descubriendo cosas de si mismo que no sabía. Le gustaba que Raoul le mirara (que le deseara) y insinuar cosas para que se pusiera rojo. El rubio se ponía nervioso muy rápido, y ni hablar de lo rápido que se empalmaba. Intentaba disimularlo, pero Agoney se daba cuenta. Se había sentido atraído antes por otros chicos, y aunque no hubiera hecho nada, las ganas las tenía.Iban despacio, no querían cagarla. Para Agoney era la primera relación, dudaba que Raoul tuviera mucha más experiencia (aunque tal vez había salido con alguna chica), y menos con un hombre, así que estaban en las mismas condiciones. 

Era sábado por la tarde y, sin saber el porqué, se estaba poniendo "elegante". Así le había dicho Raoul que tenía que ir, pero no sabía si encontraría algo así en su armario.  Buscó algún pantalón de vestir, y después se puso una camiseta blanca básica. Encima, por supuesto, una chaqueta militar. Como no sabía donde iban a ir, se puso un abrigo encima. Esperaba que con eso ya fuera suficiente elegante para Raoul, porque las botas negras las iba a llevar igual. 

Picaron al timbre y Agoney se secó las manos sudadas en el pantalón, deseando que Raoul no notará lo nervioso que estaba. Nada más abrir la puerta, un rubio con tupé le dedicó una sonrisa. Se despidió de sus padres y se marchó con él. Iba muy guapo, con camisa blanca (con chaqueta roja encima para el frío) y pantalón negro. A medio camino, de no sabía dónde, Raoul le tendió la mano.

Clases De Piano(#Ragoney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora